Desde que iniciamos las actividades de nuestro Espacio Cultural, tanto en los escritos como en las emisiones radiales, fue este tema nuestra principal preocupación.
Siempre entendimos a la cultura no como esa acumulación de datos o conocimientos, interpretación que muchos le adjudican, sino como la presencia de los saberes profundos de los pueblos.
La cultura es la forma de ser, de pensar, de comportarse, de la gente.
Una persona culta es la que piensa con prudencia, buscando una verdad, y no atropellando con datos o estadísticas a un interlocutor desinformado.
No pueden considerarse cultos aquellos que no son comprendidos por los pueblos, aquellos a los que no se les pueden descifrar sus pensamientos, emitidos con palabras difíciles o mediante conceptos solo dirigidos a sus pares.
Una persona culta es un maestro natural, aunque no se lo proponga.
Cuando una persona simple escucha una frase sensata, piensa: esta persona es culta.
No es cultura saber y opinar sobre pintura o escultura. Eso es conocimiento artístico.
Los conocimientos pueden ser adquiridos.
La cultura está incluida en nuestro ADN.
Una cultura profunda es la que puede expresarse con palabras simples.
La cultura es como la tierra, contiene los nutrientes, solo necesita ser cultivada con paciencia, no dejar que la invadan las malas hierbas (decía Don Atahualpa), cuidarla de las plagas, no utilizarla para otros fines que no sea el beneficio social.
La cultura es y debe ser social, por esencia.
Porque es propiedad de todos. Cada cual la expresa como puede o quiere.
En estos tiempos de agrietamientos la cultura social no debe ser atropellada por las ideologías, éstas son solo accesorias de la cultura.
Las ideologías, como algunos conocimientos, cambian y pasan, las culturas perduran.
Espacio Cultural El Sitio
Octubre 2, 2021.