El mangrullo

magrullo

Cuando el horizonte es bajo, suele ser necesario subir unos metros para poder evaluar la realidad.

Así surgieron los mangrullos, en épocas de fortines pampeanos.

La cuestión es subir solo un poco, no demasiado, porque la realidad, vista desde muy arriba, suele ser diferente.  Efectivamente, los de arriba, a la realidad,  la ven diferente que los de abajo.

Pero es necesario poder asomarse un poquito por encima de los árboles, subirse al Mangrullo, digamos. Para que no nos confundan los espejos enfrentados que repiten una y otra vez la misma imagen. Y la multiplican en la repetición. Y frustrados, nos descubrimos resolviendo sin resolver siempre  las mismas cosas.

Este es un intento dúplex de El Sitio FM: un programa en audio con réplica escrita en facebook y en la página web.

Respetaremos el principio básico de la “buena onda” (hasta lo más duro o crítico se puede vivir con buena onda).

Comentaremos cosas de la realidad, conscientes de que nosotros estamos dentro de ella, y no afuera, o distantes, como algunos que piensan que el destino los puso en el podio  de los árbitros inmaculados.

Una sola diferencia: estamos arriba del mangrullo. Decidimos subirnos. Tres metros por encima. Nada más.

No nos interesa lo trivial, esas noticias que duran dos días y desaparecen en la bruma.

Nos preocupa lo permanente, lo que nunca comienza o termina de resolverse. Esas son las cosas que buscaremos y trataremos se sumar opiniones propias o de terceros.

 


 

01- Las Vanidades

Decía mi abuelo conservador: a la gente hay que darle pan y circo…

Pero el pan, bien entendido, es el alma de la tierra.  Y el circo, un precursor de la divulgación de la cultura… el circo era un teatro transhumante….Recorría extensas distancias  mostrando destrezas y curiosidades, en tiempos donde la comunicación era solo posible con la presencia.

Las vanidades del presente – y no estamos atacando a una famosa y lujosa revista chilena que cautiva a las señoras en los salones de belleza-  son la medida de un mundo hueco.

Que nos ha sucedido?   Que pecado consumista hemos asumido para que nos charlen con semejantes tonterías? Y nos distraigan…. Y nos hagan leer, escuchar y hablar  de Tinelli como si fuera un referente importante… o de la Viky Xipolitakis en primera plana ofrendando sus manos (recatada esta vez) al mismísimo Papa Francisco;  o sobre las interminables querellas del “pelusa” con su ex; : o si la hija de Mirta Legrand tiene o no tiene novio….

Uno escucha o lee a los medios convencionales y encuentra titulares increíbles: tomamos algunos al azar:

“…duro cruce entre Juanita Repetto y Gisela Bernal…” ;  “ la insólita confesión de Catherine Fulop…”;  “  a Selena Gómez: ya nadie le puede decir “gorda….”;   “ el perro “fernetero” que es furor  en WhatsApp…”   “ …Las últimas fotos de Jim Carrey y su novia Cathriona White antes del suicidio…”

Obviamente también hay noticias de las otras, las que se supone tratan temas que nos importan o incluyen…pero la tendencia del sistema es arrastrarnos hacia las vanidades, entretenernos en discusiones intrascendentes…simbólicamente, el “pan y circo” que expresaban los abuelos.

La presencia de los venenos suele manifestarse mediante indicadores…  el indicador del veneno informativo se llama rating…. Un invento malicioso de la televisión, extendida a otros medios…  Se dieron cuenta sobre qué programas gira el rating?

Ray Bradbury, en su novela Faranheit 451, plantea un mundo extremo en el cual la gente está dentro de una pantalla de TV tridimensional e interactiva que genera y regula las sensaciones, y propone la forma de pensar…. No se trata de represión… se trata simplemente –en la novela- de convencer a la gente que esa es la vida que tiene sentido…en la cual se pueden sentir todas las emociones y sensaciones, sin riesgos, ni peligros.

En ese mundo de ficción, claro está, estaban prohibidos los libros.

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02- El Recambio Generacional

Este tema está a la vista de todos:

Se viene al galope el recambio generacional. Particularmente en el manejo de la cosa pública.

Es necesario e inevitable.

Una nueva generación de políticos se hace presente en la escena.

Debe ponerse a la altura de las circunstancias. Debe superar a la generación que le precede.

Pero no son pocos los obstáculos.

Hace dos o tres décadas, los jóvenes de entonces – hijos de la reciente democracia-, que son justamente los sucesores a los que nos estamos refiriendo, posiblemente impotentes ante la realidad estacionaria que los envolvía, decidieron crear un mundo propio y se adueñarse de la noche, bajo el reinado de la música y algo de alcohol, como es sabido.

La fórmula resultó cómoda para ambas fracciones etarias: los viejos tenían su mundo diurno, obligados solo a una disimulada vigilancia sobre los eventuales peligros nocturnos. Los chicos disfrutaban de la libertad conquistada hasta el amanecer.

Y las cosas vinieron funcionando así, con un doble sistema de códigos: el de la noche, signado por una suerte de despreocupación sobre las cosas mundanas, que parecían suceder en automático en un mundo que de alguna manera seguía funcionando. A los jóvenes noctámbulos parecía no importarles demasiado el cómo funcionaban las cosas, lo importante era que funcionaran.

Y sin proponérselo, fueron aceptando los códigos del funcionamiento generacional anterior. Incluida la ética.

Dos cuestiones importantes: una: el mundo real funciona más de día que de noche. Dos: el recambio generacional debiera incluir también la remoción de los códigos envilecidos, que se fueron acumulando producto de múltiples claudicaciones.

Podrá la generación sustituta superar el encandilamiento que puede producirle la realidad solar?   Podrán vencer la nostalgia del barullo sónico nocturno para dedicarse a las cosas triviales del día? Podrán mantener y controlar sistemas productivos eficientes que recarguen las góndolas de los almacenes sin especular con sus apetencias? Podrán comprender y resolver las enormes desproporciones sociales existentes

Esos, y algunos más, son los desafíos que deben enfrentar.

Me decía un joven economista, hablando sobre este tema: hay decenas de miles de jóvenes cuarentones que nunca trabajaron. Muchos de ellos tampoco estudiaron. Y de los que lo hicieron, la mayoría solo pensaba en su salida laboral.

Esta generación intermedia que debe ahora tomar la posta y hacerse cargo. Una generación que fue castigada por las circunstancias de la historia. Quedó atrapada entre dos mundos contradictorios: el mundo de cada uno y el mundo de todos.

Nada menos que esa contradicción le toca resolver.
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03-Nuestra Democracia

Comenzaremos con algunas definiciones de las enciclopedias: democracia: Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.

En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.

En nuestro país, la constitución consagra el modo de democracia indirecta, es decir, el pueblo elige a sus representantes para constituir el Poder Ejecutivo (Presidente y Vice) y el Poder Legislativo (Diputados y Senadores, y ahora los diputados al Mercosur).

Nuestro sistema democrático, a mi juicio, se encuentra en estado de degradación. La representación de la voluntad del pueblo no está garantizada con el actual funcionamiento.

La degradación comienza con el instrumento intermedio: los partidos políticos. Se supone que desde ellos surgen los candidatos… Pero…quién los elige?   Los afiliados, como lo establece y supone la ley? La grandes preguntas; Hay vida política dentro de los partidos? Hay agrupaciones que trabajan y elaboran propuestas y proyectos? Se discuten las ideas y propuestas? Participa la juventud?

Conceptualmente la democracia debe comenzar a practicarse dentro de los partidos políticos, siendo los afiliados los que eligen a los representantes que el partido llevará a la contienda electoral. En el trabajo y lucha interna dentro se los partidos se deben formar los cuadros que irán renovando a las estructuras, Allí se construyen y surgen los líderes. Todo esto es solo teoría. En la práctica, un mínimo grupo, algo así como el directorio de una empresa tomas las decisiones y elige a los candidatos, más por su compromiso con la estructura de poder que por su capacidad o lucidez.

Es posible que los candidatos a los grandes cargos surjan de situaciones de claros y marcados liderazgos. Aún así sería sano que fueran refrendados por mecanismos de consulta internos. Pero al resto, a los candidatos a diputados, senadores, concejales….quién y cómo se los elige? Y luego, a los funcionarios técnicos: secretarios, directores, cuales son los criterios de selección que se aplican?

Consumado este primer paso mediante mecanismos oscuros, a los ciudadanos nos queda solo la posibilidad de resolver la competencia entre ellos. Y a eso llamamos pomposamente democracia.

Alguna vez tuvimos la posibilidad de tachar algunos candidatos, o cambiar el orden en las listas, pero creo que hasta ese atisbo de soberanía popular se ha eliminado.

En los partidos políticos se ha eliminado la democracia. interna. Los candidatos surgen de compulsas de poder entre grupos internos o por aplicación del poder concentrado en él o los caudillos que lo manejan.

Todos los instrumentos que se están ensayando (las PASO, por ejemplo) son solo para ratificar a los candidatos, no para elegirlos.

El pueblo, en las elecciones, debe optar por candidatos impuestos a priori, sin saber quién y cómo los designó, y que valores o intereses representan.

Ahora, voy a contarles una historia. No se si es realmente cierta, porque hemos aprendido a dudar de lo que leemos. Pero al menos, tiene su lógica. Allá, a finales de los 70` cuentan que se reunieron en un conclave los mayores empresarios del mundo y que llegaron a la conclusión de que se habían acabado los negocios. Todos los negocios estaban ya repartidos entre las grandes corporaciones. Todo parecía indicar que comenzarían a comerse entre ellos.

Alguien dijo: No, todavía quedan los Estados.

“Conquistar los gobiernos significa hacerse de todos los negocios que maneja y requiere el Estado. Una multitud de negocios. Piensen en todos los países de la tierra…incluso los gobernados por socialistas. Todos son negocio, porque todos requieren obras e inversioones…”.

Muchas historias sucedidas en las décadas siguientes se pueden entender a partir de ese macro acuerdo del poder económico. Quizá la más clara es la disputa por el petróleo.

Dicen que desde entonces, los partidos políticos se convirtieron en agencias de esas empresas y corporaciones..

La lucha por el poder trascendió las ideologías y se instaló en la verdadera realidad, que –como alguien dijo- es la economía.

Los partidos ya funcionan como empresas… hay alguna duda sobre esto?

El sistema actual defiende su espacio. En nuestro país quien habla mal de la democracia se convierte en un conspirador golpista, o en un nostálgico de los militares.

Me pregunto: no es hora de modificarla?

Los ciudadanos debemos comenzar a recuperar y defender la verdadera democracia. Debemos ocupar el espacio que nos corresponde adentro de los partidos políticos. Debemos afiliarnos; exigir la democracia interna para que se destaquen los mejores, los más comprometidos con los intereses de la gente. No debemos aceptar más la elección a dedo de los candidatos. Los nuevos dirigentes deben surgir desde abajo, mostrando su capacidad y honradez…. no necesitamos superhéroes de la política ni sacrificados revolucionarios, solo necesitamos gente común, comprometida moralmente y con la capacidad necesaria y suficiente para hacerse cargo, por un tiempo, de la cosa pública….

Entonces si podremos hablar de democracia.

Es urgente volver a colocar el tren sobre los rieles. Antes de que caigamos al abismo.

Así lo vemos y pensamos desde El Mangrullo.

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04- Dos enfermedades peligrosas

El estrés y el desencanto.

No respetan edades. Y se alimentan mutuamente.

Posiblemente la primera se manifieste más en gente joven, competitiva. La segunda en cambio persigue a los adultos, y es endémica en generaciones superiores.

El estrés tiene muchas veces que ver con ansiedades insatisfechas, con metas que no se alcanzan y con ritmos vertiginosos que nos contagian.

Vivir apurado se ha vuelto una cultura generalizada en las generaciones intermedias. Horarios programados. Actividades múltiples organizadas y cronometradas. (la improvisación en el resto de la vida). El desafío en el gimnasio con indicadores de eficiencia. La ventanilla abierta pero el paisaje pasa demasiado rápido. Lo viste? No.

Se va armando una telaraña que desorganiza las pulsaciones, restringe o agiganta las secreciones gástricas y hasta llega a producir ceguera. Ceguera? Ceguera si, dejar de ver las cosas simples e importantes, las que no están en la pantalla del móvil o de la compu. Mirar las caras reales, no las fotografiadas. Escuchar y escucharse –al menos de tanto en tanto- en directo. Si, también una especie de sordera. A veces aumentada por oídos atrofiados por volúmenes descomunales en los bafles. O escucharse solo a si mismo, auriculares de por medio.

El desencanto es una enfermedad más compleja y elaborada. Cuando se la detecta suele ser tarde.

Tiene que ver –por ejemplo- con mirar una vieja foto que te haga recordar como pensabas que sería el mundo y la vida que te tocaría vivir.

Y comprobar que la realidad tiene poco que ver con aquella proyección.

Imaginabas un mundo limpio, ordenado, culto y racional, lleno de oportunidades, te pensabas más libre y seguro.

Hubieras apostado con los ojos cerrados que disminuiría la pobreza, que aumentaría la educación y que se consolidaría la paz.

Te sentías capaz de asegurar que en tu entorno habría entendimiento, que la cultura se encargaría de equilibrar las diferencias generacionales.

En los cálculos de hace 50 años no existía la perspectiva de las drogas ni la violencia individual y de género.

No imaginábamos las ventanas con rejas, más bien pensábamos en cárceles abiertas, y con talleres de oficios.

El desencanto se instala y se convierte en un inhibidor de la alegría.

Ambas enfermedades tienen variados orígenes, pero se destaca uno que es común a ambas: el consumo.

La necesidad de consumo es una causa generalizada del estrés. Porque nos obliga a esforzarnos más allá de los límites del cuerpo y de la ética para satisfacerlo. Nos obliga a vivir para ello, para lograr lo que no tenemos y otros tienen. Nos obliga a ver o leer más las publicidades que las notas temáticas. Todo parece necesario, todo te lo plantean como alcanzable. Asume deuda y vive, te dicen. Una especie de soledad te empuja: el terror de quedarte en el andén cuando el tren parte …aunque no sepas muy bien su destino. La cuestión pasa a ser subirse al tren en el que viajan todos.

En el andén solo queda un solitario poeta conversando con el Viejo Matías.

Alcanzado el objetivo del consumo suele venir el desencanto.

Porque los productos relucientes de las publicidades pierden brillo en la realidad.

De pronto darse cuenta que no valía la pena tanto esfuerzo por tan poco.

Diez días después comprobamos que la multitud ya está corriendo por el nuevo modelo, actualizado, que supera obviamente el que con tanto esfuerzo, compramos: la sensación demoledora de que éste “ya no sirve”.

Estrés, desencanto, enfermedades del presente. No hay vacuna ni antibiótico que pueda con ellas, solo nuestras propias defensas, escondidas en algún rincón inactivo de nuestra conciencia.

 

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05 – El Proyecto Nacional

No vamos a hablar de política, sino, más bien, de historia.

En nuestra emisora hemos trasmitido 20 capítulos de un programa de revisión histórica: La Causa Federal, que sintetizaron las luchas internas entre Unitarios y Federales que siguieron a las de la independencia. Luego otros 13 capítulos de Los Movimientos Sociales de la Argentina de comienzos del siglo XX.

Allí están todos los hitos vinculados con la idea del Proyecto Nacional.

El Proyecto Nacional no es un invento nuevo, es una construcción política que se fue realizando a lo largo de varias décadas, por muchos protagonistas: dirigentes políticos, sociales y de la clase trabajadora de diversas vertientes ideológicas. Lograron darle forma explícita intelectuales como Jauretche y Scalabrini Ortiz, y otros que integraron el grupo FORJA a comienzos de la década del 40 del siglo XX.

En mi concepto concurren a la definición del Proyecto Nacional, varios elementos:

1) La necesidad de un enfoque federal, en el sentido de la participación plena, con sus derechos y obligaciones, de todas las provincias/regiones del territorio nacional.

2) La incorporación de un concepto amplio: la “clase trabajadora” en reemplazo del esquema obrerista del socialismo original. Esto generó el concepto básico de un proyecto policlasista, con importante compromiso y participación de la clase media, eje del Yrigoyenismo.

3) El concepto de modelo productivo diversificado agro industrial, en reemplazo del modelo puramente agro exportador ideado por los conservadores encabezados por Mitre, Sarmiento, Roca, y otros que lo continuaron durante décadas.

4) El modelo productivo que propone el Proyecto Nacional conlleva una mayor distribución de los ingresos, lo cual introduce un fuerte signo social en beneficios de los sectores populares.

5) El control por parte del Estado, como representante de todos los sectores que componen la sociedad del uso y disponibilidad de los recursos naturales, conservando el patrimonio de los mismos aún cuando se entreguen en concesión para su explotación. 6) El control directo de todos los servicios públicos: energía, agua, transporte, comunicaciones, garantizando el acceso a los mismos a toda la población.

7) Garantizar el acceso a la educación gratuita, en todos sus niveles, y la atención de la salud de todos habitantes de la Nación, en todas sus regiones, mediante una red de hospitales públicos solventada por el Estado.

8) Disponer de una estructura legal que defiende los derechos e intereses de los trabajadores.

A estos conceptos generales se sumaron otros, según el sector o grupo que lo formuló en cada coyuntura.

Las corrientes socialistas han puesto siempre énfasis en los derechos de la clase obrera. El sector empresarial o burguesía nacional, como quiera llamarse, acentuaron siempre la defensa de la producción nacional frente a los bienes importados, a través de regulaciones/protecciones de diverso tipo.

Los sectores vinculados a la cultura explicitaron la defensa del pensamiento nacional, de la literatura, el arte y la música.

Los pueblos originarios trataron siempre que se expliciten sus derechos y se reconozcan las usurpaciones sufridas.

Se pueden agregar, seguramente, varios conceptos más modernos concurrentes a la idea central expresada en los primeros puntos. Por ejemplo, en el presente ha tomado mucha importancia estratégica el desarrollo científico y tecnológico para aumentar el valor agregado de las producciones nacionales. Y la importancia cultural y estratégica de las nuevas tecnologías comunicacionales que atraviesan todo el planeta.

El Proyecto Nacional no es patrimonio de ningún partido, agrupación o grupo de poder que pueda pretender convertirlo en su plataforma exclusiva.

Es producto de un proceso histórico ligado a ideales y luchas desarrolladas desde la independencia y fortalecidas a comienzos del siglo XX por socialistas, anarquistas, radicales, estudiantes y trabajadores que protagonizaron intensas jornadas de lucha proponiendo y defendiendo estos pensamientos.

Sirvió de referencial explícito o implícito en el diseño de todas las políticas propuestas por las organizaciones populares. Fue siempre un eje central de la lucha de los trabajadores de diferentes vertientes ideológicas.

El Yrigoyenismo le dió vida institucional incorporando a la clase media en la administración del poder político.

El peronismo lo expresó en términos de policlasismo, y lo expresó mediante tres consignas que lo sintetizan: “un país económicamente libre, socialmente justo y políticamente soberano”. Esas son las tres ideas fuerza del Proyecto Nacional.

Sin embargo, en el acontecer histórico muchas fueron las organizaciones que quisieron hacerlo suyo e interpretarlo o criticarlo desde sus concepciones y acorde a sus intereses.

El pensamiento de la izquierda clásica nunca quiso aceptar su estructura policlasista y puso en duda la existencia de una burguesía nacional.

Los poderosos sindicatos y centrales de trabajadores surgidas a partir de los años del 50´ también quisieron apropiarse del Proyecto y ejercer su patrimonio.

Y más de una vez, sectores reaccionarios y conservadores, bajo la bandera de un falso nacionalismo tomaron algunas de sus banderas para ligarlas a la defensa de sus intereses sectoriales. Valga como ejemplo la guerra de Malvinas, impulsada por una dictadura apátrida, al servicio explícito de las multinacionales y del neoliberalismo extremo.

Históricamente, el Proyecto Nacional nació para enfrentar el modelo conservador agro exportador de materias primas a granel. En el mismo concepto, a ese modelo, que obviamente subsiste y es defendido por los grupos económicos tradicionales, se han sumado actualmente las explotaciones mineras, las cuales presentan el agravante de que son controladas por grandes corporaciones internacionales, a la vez que desconocemos con precisión, que pagan o aportan al país, y que al igual que los grandes monocultivos producen contaminaciones cuya dimensión y consecuencias son preocupación d elas nuevas generaciones.

El surgimiento del fenómeno de la globalización muchas veces pretende ser el pretexto que niega la necesidad de la defensa de las pautas esenciales del Proyecto Nacional. Sin embargo, ante esto, hay que pensar que ningún país del mundo renuncia a disponer de su soberanía o del control de su economía, y que siempre ha sido por la fuerza de las armas o de la política que se impusieron los poderosos en sus acciones de expansión y/o dominio.

El Proyecto Nacional acepta la globalización entendida en términos de intercambios justos y equilibrados, principalmente a nivel de balanzas comerciales que promuevan un intercambio justo entre naciones y entre pueblos.

El Proyecto Nacional no debe ser visto como perteneciente a un partido o grupo ideológico. Es un patrimonio histórico de las grandes mayorías nacionales.

Debe ser visto como una verdadera constante histórica, que a veces se muestra como adormecido, pero siempre despierta ante el clamor de las necesidades.

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06 – Breve historia de un militante cubano

 

Juan P. tenía 19 años en 1959, cuando triunfó la Revolución Cubana.

Era entonces estudiante de 3º año de ciencias económicas y dirigente estudiantil del Partido. Ganada la guerra, había que gobernar.

A Juan P. el gobierno revolucionario lo designó interventor de las minas e industria del Níquel, un negocio importante de Cuba.

Tuvo que hacerse cargo, desde su juventud, cargando su falta de experiencia. Con humildad y honestidad se hizo cargo, y no le fue mal.

Allí comenzó una larga carrera como cuadro político técnico al servicio del gobierno revolucionario.

Nunca pudo terminar su carrera, pero se formó en el oficio de la práctica.

Tuvo que recorrer el mundo aprovechando los vuelos económicos y la solidaridad de los países amigos.

Vivió varios años en la Unión Soviética, en China, y en Africa.

A Juan P. Vásquez (todos lo llaman simplemente Juan P.) lo conocí a comienzos de los 90´, en Caracas.

Hombre maduro y calmo, y con una visión muy realista del proceso político propio de Cuba, y del proceso global que comenzaba a extenderse en el mundo, incluso en los países socialistas, cuando se tambaleaba definitivamente el muro de Berlín.

Juan P. era asesor del Ministro de Industria de Cuba, y como tal, andaba por diversos países buscando las mil formas de resolver carencias tecnológicas de todo tipo que le producía el bloqueo económico y comercial de los EE.UU.

Yo, por ese entonces, tenía una oficina técnica en Caracas vinculada con la tecnología del aluminio.

Juan P. me fue a ver por un tema muy trivial: necesitaba repuestos para los Fiat 124 que Argentina les había vendido, durante el breve Gobierno de Cámpora.

En Cuba necesitaban repuestos simples para centenares de esos autos: bujes, retenes y cosas similares.

Le conseguimos una buena cantidad.

Luego, ya entrado en confianza, me preguntó si nuestra oficina podía importar desde EE. UU. repuestos que requería para viejas máquinas norteamericanas que conservaban desde los tiempos de Batista y algunos instrumentos nuevos que requerían.

En Miami existen unas grandes “chacaritas” que se dedican a la reparación y venta de máquinas de generaciones tecnológicas anteriores. De buena calidad y precio. Un pariente de un socio nuestro, residente allá, nos oficiaba de agente de compra. Les conseguimos los repuestos y los instrumentos.

Asi fue surgiendo y fortaleciéndose una sincera y solidaria amistad.

Sin proponérnoslo nos fuimos convirtiendo en una oficina de las muchas a las que recurrían los cubanos para sortear el bloqueo.

De más está decirles que a los empresarios norteamericanos les parecía excelente venderles cosas a las empresas de Cuba a través nuestro. Para los norteamericanos, primero están los negocios, luego las ideologías. Por otra parte Venezuela siempre fue un país amigo de Cuba, antes y después de Chávez.

Lo cierto es que con Juan P. nos hicimos amigos y conversábamos a menudo. A Juan P. le gustaba que le contara sobre el peronismo y sobre las pymes argentinas. A mi me interesaban sus historias en la URSS y en China. Pasamos muchas horas en Caracas, tomando ron con empanaditas de cazón y en La Habana, bebiendo cerveza bien fría con bocaditos de cerdo frito.

Me pidió que fuera a la isla a asesorar a varias empresas que ellos tenían, dedicadas a la producción de objetos de aluminio. Padecían muchas dificultades técnicas. Fabricaban desde cacerolas grandes para los comedores de las escuelas; perfiles para carpintería metálica, y tubos colapsibles para dentífrico. Estos últimos los fabricaban en una planta súper moderna, provista por Alemania, pero que le faltaba la unidad de pintura, de modo que el dentífrico se vendía en tubos grises, sin etiqueta alguna.

Viajé tres veces a Cuba a dar cursos a ingenieros y técnicos de esas empresas y alguna asesoría para resolver problemas. Jamás cobré un honorario, pero ellos me atendían muy bien. Ya en ese tiempo podíamos tomar Coca Cola provista por Canadá y la famosa cerveza “Cubana” envasada en latas de aluminio en Holanda.

Juan P. me sorprendía con su visión crítica del socialismo de la URSS. Solía decirme: los rusos son muy poco competentes…. Peor que los cubanos… y se reía con sinceridad.

Un día estaba dando un curso a ingenieros y técnicos en la planta Alcuba, que era donde fabricaban los perfiles de aluminio.

Estábamos tratando el problema de un horno que se enfriaba por una corriente de aire que entraba por la puerta del galpón que generalmente dejaban abierta por comodidad.

En el fondo del aula había un personaje silencioso que no participaba, solo escuchaba.   En un momento decidí ir al baño, y no pude cerrar bien la puerta, se trababa. Volví a la sala a continuar con el curso y dije: para que no se enfríe el horno deben arreglar la puerta del baño… me miraron sorprendidos….si, les dije, porque si no les preocupa hacer sus necesidades con la puerta del baño abierta cómo les va a importar cerrar la puerta del galpón para que no se enfríe el horno….?

Se levantó el silencioso del fondo, me abrazó y me dijo: lo felicito compañero, yo soy comisario político del Partido… eso necesitamos corregir los cubanos.

A Juan P. lo ví por última vez en Buenos Aires en el 95´. Yo, recién regresado a Argentina, trabajaba en la Secretaría de Industria de la Nación. Logré que se reuniera formalmente con el Secretario de Industria al cual le solicitó algunos apoyos que seguramente nunca recibió.

Me pidió que le consiguiere un tarro de aluminio conformado, de esos que se usan en los tambos para juntar la leche.

Juan P. quería hacerlos en Cuba, en la fábrica de cacerolas. . Se lo conseguí, en una empresa de Córdoba, junto con su manual de fabricación.

Y allá se fue Juan P., con ese inmenso tarro que no sé como hizo para sacarlo por la aduana….pero los cubanos eran expertos en esas cosas…los años del bloqueo fueron una escuela en ese sentido. Seguramente demostró que se trataba de una artesanía para su jardín.

Y no me cabe ninguna duda de que en Cuba lograron fabricar esos tarros, por dos razones: porque la necesidad es el motor de la historia. Y porque un cuadro como Juan P. que a los 19 años supo dirigir una de las producciones más complejas que tenía entonces la Isla, ahora, no hay tarro lleno o vacío que lo frene.

Ojalá Juan P. pudiera leer esta nota. Se alegraría mucho. Y seguramente le gustaría venir a comer un asado en Valle de Anisacate.

Debe ser visto como una verdadera constante histórica, que a veces se muestra como adormecido, pero siempre despierta ante el clamor de las necesidades.

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07 – Al borde del abismo

A finales del siglo XVII el hombre comenzó a utilizar combustibles fósiles que la Tierra había acumulado en el subsuelo durante su historia geológica.

La quema de petróleocarbón y gas natural  ha causado un aumento del CO2 en la atmósfera que últimamente es de 1,4 ppm al año y produce el consiguiente aumento de la temperatura en la superficie terrestre. Se estima que desde que el hombre mide la temperatura hace unos 150 años, ésta ha aumentado 0,7 °C y se prevé un aumento de 1 °C para el 2020 y de 2 °C en el 2050.

Además del dióxido de carbono (CO2), existen otros gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global, tales como el metano; el óxido nitroso los Hidrofluorocarbonos, los Perfluorocarbonos y el Hexafluoruro de azufre.

Rachel Kyte, vicepresidente para Desarrollo Sostenible del Banco Mundial anunció en el año 2013, que el costo económico por los desastres naturales aumentó cuatro veces desde 1980.

El efecto invernadero es el fenómeno por el cual determinados gases, que son componentes normales de la atmósfera terrestre, retienen parte de la energía que la superficie emite por haber sido calentada por la radiación solar.

Este fenómeno evita que la energía recibida vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala planetaria un efecto similar al observado en un invernadero. Si no fuera por el efecto invernadero, la vida en la Tierra, tal como la conocemos, no sería posible, ya que la temperatura en la superficie estaría en torno a los −18 °C.

Sin embargo, el efecto invernadero se está acentuando en la Tierra por la emisión descontrola de aquellos gases, debido a la actividad humana, principalmente la producción industrial desmedida y la producción de energía a partir de combustibles fósiles.

Hubo varios intentos internacionales para promover el control y la reducción de la emisión de estos gases.

El  Panel Intergubernamental del Cambio Climático  (IPCC) fue establecido en el año 1988 por la Organización Meteorológica Mundial (WMO) y por el Programa Ambiental de las Naciones Unidas..

El objetivo es asesorar a los gobiernos sobre los problemas climáticos y recopilar las investigaciones científicas conocidas en unos informes periódicos de evaluación.  Estos informes de evaluación constan de varios volúmenes, y proporcionan todo tipo de información científica, técnica y socio-económica sobre el cambio climático, sus causas, sus posibles efectos, y las medidas de respuesta correspondientes.

El Primer informe de evaluación del IPCC se publicó en 1990, y confirmó los elementos científicos que suscitaba preocupación acerca del cambio climático. A raíz de ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió preparar la Convención Marco sobre el Cambio Climático. Posteriormente el IPCC ha producido otros tres informes de evaluación en 1995, 2001 y 2007.

El Tercer informe de evaluación de 2001 expresaba una mayor comprensión de las causas y consecuencias del calentamiento mundial. Presentaba para finales del siglo XXI un calentamiento mundial de entre 1,4 y 5,8 °C que influiría en las pautas meteorológicas, los recursos hídricos, el ciclo de las estaciones, los ecosistemas, así como generar episodios climáticos extremos.

El cuarto informe, denominado Cambio climático 2007, reúne los últimos conocimientos de una amplia comunidad científica siendo realizado por más de 500 autores principales, 2000 revisores expertos y examinado por delegados de más de 100 países. Las principales conclusiones de este informe confirman la gravedad de la situación.

El tratado internacional Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se firmó en 1992 y los países firmantes debían comenzar a considerar como reducir las emisiones de gases y el calentamiento atmosférico.

En la Convención se solicitó a los países el establecimiento de inventarios precisos y periódicamente actualizados de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La primera acción concurrente al tratado fue el Protocolo de Kyoto que se aprobó en 1997.

Los países industrializados se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero durante un periodo de compromiso de 2008-2012, un mínimo de 5 % con respecto a los niveles referenciales de 1990.

Para que el Protocolo entrase en vigor debía ser ratificado por países que representaran al menos el 55 % del total de emisiones de 1990. Con la ratificación de Rusia en 2004 se llegó al 55 % y el Protocolo de Kyoto entró en vigor.

Actualmente lo han firmado 184 partes, 183 países y la Unión Europea, y todos lo han ratificado salvo dos: Estados Unidos y Kazakhstan.

Estados Unidos no ha ratificado el Protocolo. Las emisiones de CO2 de Estados Unidos en 2005 representaron el 25 % de las emisiones totales en el mundo.

Los países en vías de desarrollo entre los que se encuentran China y la India, no estaban sujetos, en aquel momento, a restricciones de emisiones.. Los motivos eran dos. Por un lado las emisiones históricas que están provocando el calentamiento actual las originaron en el pasado los países desarrollados. Por otro lado si se limitaran las emisiones de los países en vías de desarrollo no se permitiría su progreso social.

De este modo se acordaron políticas diferentes para los países desarrollados (con alta responsabilidad en la situación) y los menos desarrollados. Esto obviamente produjo disconformidades políticas..

Para la cumbre sobre el tratamiento del clima, la ONU convocó en Copenhague en diciembre de 2009, a 192 países para acordar un límite a las emisiones de gases de efecto invernadero para el periodo entre 2012 y 2020. Este periodo de compromiso debía suceder al periodo 2008-2012, acordado en el protocolo de Kyoto.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su discurso del 22 de septiembre de 2009 en la Cumbre sobre Cambio Climático en la ONU, señaló que la amenaza del cambio climático es seria, es urgente y está aumentando… los países desarrollados que han causado tanto daño en nuestro clima durante el último siglo tienen la responsabilidad de ser líderes. Pero los países en desarrollo y de rápido crecimiento producirán un gran aumento en las emisiones mundiales de carbono en las próximas décadas, de modo que también deben poner de su parte..

El presidente de China, Hu Jintao, anunció en la cumbre de la ONU sobre cambio climático, que su país intentará la reducción de emisiones de CO2 por unidad de PIB para 2020 con respecto al nivel de 2005 y el desarrollo de energía renovable y nuclear alcanzando un 15 % de energía basada en combustibles no fósiles.

En la primera semana de la cumbre se produjeron duras manifestaciones cruzadas entre los dos principales emisores mundiales de CO2, China y Estados Unidos. El segundo día, China dijo que los recortes de emisiones para el 2020 ofrecidos por Estados Unidos, la UE y Japón eran insuficientes y que era fundamental tanto el objetivo de Estados Unidos sobre reducción de emisiones como su apoyo financiero a las naciones en desarrollo.

El acuerdo final se gestó entre cuatro grandes países emergentes y Estados Unidos.

El acuerdo sostuvo el objetivo de que la temperatura global del planeta en el 2100 no suba más de dos grados centígrados. Sobre cuando las emisiones deberán alcanzar su máximo solo se dice que “lo antes posible” y no establecen objetivos para 2050. Este acuerdo no fue aceptado por unanimidad en la Convención.

Un nuevo intento: La Conferencia de Cambio Climático de Cancún en diciembre de 2010.

Se consiguió un acuerdo que incluye a 193 países entre ellos Japón, EE UU y China que inicialmente tenían criterios muy diferentes.

El acuerdo reconoce la gravedad del calentamiento global y pide limitar el calentamiento a dos grados centígrados mencionando que una futura negociación podría limitarlo a 1,5 grados según solicitaban los pequeños estados isleños del Pacífico.

Comunicado de prensa del IPCC del 13 de abril de 2014: Las emisiones de gases de efecto invernadero se aceleran a pesar de las medidas para reducirlas. Un nuevo informe del Grupo muestra que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero han aumentado a niveles sin precedentes a pesar de un número creciente de políticas para reducir el cambio climático.

Este es el calamitoso estado actual. Miles de científicos y tecnólogos investigan nuevas formas de producción de energía y como adecuar las tecnologías productivas. Mientras tanto, los ciudadanos vemos como se acrecientan los fenómenos violentos de la naturaleza.

Esto es lo que entendemos e informamos, Desde El Mangrullo.

 

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 08 – El debate argentino

Hubo dos editoriales anteriores de Desde El Mangrullo que invitaban a la reflexión o a la polémica. El Nº 2, titulado El recambio generacional; y el Nº 3 Nuestra democracia. Este será seguramente un complemento –también polémico- de aquellos planteos.

Sobre el debate político del sábado pasado no vamos a hacer valoraciones partidistas porque ante todo, como emisora, hemos decidido la neutralidad partidista e ideológica. Pero no queremos ni debemos esquivar la cuestión cultural. Y a ello apuntaremos.

Los medios convencionales, sabiendo que es un producto de y para sus negocios, pretendieron vestir de primavera el debate, pero no logró superar lo otoñal.

Fue un debate gris y triste.

Somos conscientes los argentinos que en las competencias debiera ganar el mejor y no esperar ver perder al peor???

Así se compite en nuestra cultura. Si no sabemos ganar, nos conforma la derrota del contrario. Por eso hablamos del otro, no de nosotros. Pensamos que el examen no es para que lo aprobemos, sino para aplazar al otro.

Esta es –lamentablemente- una cuestión cultural, no política.

Sucede en casi todos los planos: Para que valga Tévez, es necesario que fracase Messi.

Que estupidez. Cuando si los dos funcionan bien multiplicamos nuestras posibilidades… Además, debiéramos pensar que los desafío requieren de equipos, no solo de liderazgos.

Scioli y Macri no hablaban de sus ideas ni de sus propuestas, hablaban solo de las del otro, para desacreditarlas. En un marco de improperios, amenazas e ironías.

Algunos periodistas festejaron el debate como si hubiera acontecido un hecho nacional trascendente. Hubiera sido trascendente si a la gente le hubiera quedado claro qué decisiones concretas tomaría cada uno en un supuesto triunfo. Pero eso no sucedió.

La opción seguirá siendo de tipo sentimental, poco analítica. Una especie de solidaridad abstracta con ideas que nunca terminan de estar en claro.

Desarrollo de debate bastante mediocre, y desenlace de telenovela barata, con las chicas subiendo al escenario para un final de amor. Con beso y todo.

Mucha gente votará en blanco. Una falsa opción, dicen algunos.

Error, el voto en blanco representa, desde siempre, una protesta. Una explicación pueden encontrarla –si quieren- en Desde El Mangrullo 3 cuando hicimos una crítica profunda al funcionamiento de nuestra democracia, que nos obliga a elegir entre candidatos que a su vez no fueron seleccionados democráticamente por el único instrumento que admite el sistema cerrado: los partidos políticos.

En contra de aquella opinión, sostenemos que el domingo habrá tres opciones: el acuerdo con uno de los dos candidatos o el desacuerdo con ambos. Si el voto en blanco “construye” o no, solo el tiempo podrá decirlo.

No lo propiciamos, pero creemos que es válido, como cualquier protesta que exprese un desacuerdo. Es parte de la democracia global.

Esto pensamos, Desde El Mangrullo.

Valle de Anisacate, 20 de Noviembre de 2015

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09 Reflexiones necesarias

Desde hace algún tiempo, en nuestros programas de El Sitio FM, venimos insistiendo en la vigencia de tres palabras que se nos aparecieron como íconos de algunos momentos y/o procesos recorridos: esas palabras son COMPROMISO; DIGNIDAD Y EQUILIBRIO.

Tengo la certeza de cada día que pasa cobran mayor significado e importancia. Sobre todo para que las reflexionen las nuevas generaciones, que son las que deben enfrentar el presente y construir el futuro, justamente, con compromiso, dignidad y equilibrio.

Muchos jóvenes se activaron políticamente y se movilizaron sintiéndose parte del proceso iniciado por Néstor Kirchner y continuado por Cristina, y hoy, incrédulos, no pueden terminar de aceptar una derrota electoral, y oscilan entre la rabia, la ironía y la depresión.

Otros jóvenes trabajan, seguramente con ilusiones, en el espacio ganador.

Los que venimos de grandes y dolorosas derrotas tenemos cosas para decir en estos momentos. Es en las derrotas cundo más se aprende. Solo hay que ser reflexivo y autocrítico.

Más que mirar con soberbia lo que hizo o hace el adversario, es necesario mirarse con humildad a sí mismos, a los compañeros, y preguntarse: cuales fueron nuestros errores?

Nos gusta ver a Belgrano ganador en las batallas de Salta y Tucumán, pero seguramente su oficio militar lo aprendió en Vilcapugio y Ayohuma.

La derrota de Las Malvinas nos dejó un enorme dolor abierto, pero también un aprendizaje profundo sobre como no se deben hacer las cosas.

Contaré una anécdota. Año 1994. Mundial de futbol en los EE.UU. Yo estaba recién retornado, en Buenos Aires. Fui a ver el partido decisivo a casa de un amigo en barrio Belgrano. Doble derrota, en el campo y en la vida. Maradona (nada menos que Maradona), dopado con cocaína, sancionado y repudiado mundialmente. Noche desierta, no había ni taxis para volver. Caravanas de chicos caminando silenciosos por las calles, llorando, arrastrando banderas argentinas. Se juntaron en la esquina de Cabildo y Juramento y se sentaron en el piso. Mudos. Incrédulos.

Nunca tuve una sensación de tristeza mayor que esa noche. Era la derrota de los jóvenes. Se caía su ídolo, Se fugaban los sueños. De probables campeones pasamos, en media hora, a ser los humillados del mundo.

Han pasado más de 20 años de esa noche. La vida continuó. Maradona también, con todas sus contradicciones, amores y odios a cuestas. Todos esos jóvenes recordarán para siempre esa noche triste y negra, se la contarán a sus hijos. Y le dedicarán una sonrisa a tanto amor desplegado y a tanta desilusión inesperada.

Nuestro espíritu latino suele hacernos más difícil la vida, nos pone siempre ante el cara o cruz; o el blanco o negro; ellos o nosotros. Posiblemente necesitemos admitir que a veces es necesario admitir que el gris nos pega mejor, convive sin tanto trauma con corbatas azules o rojas.

Y también debemos aprender a pensar y convivir con los opuestos, porque es el motor de la dialéctica, y de la vida.

Nada es tan grave ni tan tremendo. Como tampoco fue todo tan bueno lo que vivimos ni será tan malo lo que vendrá. En el mundo se han achicado las distancias, y también gran parte de las diferencias.

Quedan solo fuera de nuestra comprensión, los fanatismos extremos, por su dimensión y su carencia absoluta de los grises, que son los facilitadores del diálogo.

El compromiso es el amor, al blanco o al negro.

La dignidad es el culto al esfuerzo, a la sinceridad y a la honradez.

El equilibrio pasa por comprender que el gris no es una degradación, también podemos verlo como una combinación apropiada del blanco y del negro.

Eso es lo que pensamos Desde El Mangrullo.

27 de Noviembre 2015.

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10 Consumo, Producción; Energía

Ese podría ser el orden de la demanda que impone la cultura del presente.

Como corolario aparece el Cambio Climático, según las primeras conclusiones que se visualizan en la cumbre COP21 que se desarrolla en París.

Obviamente que en el medio de esa ecuación se ubica el problema social medido desde la óptica del empleo que generan la producción y el consumo.

Es decir, podemos escribir otro orden de conceptos:

Consumo, Producción, Trabajo.

Pero con la tecnología actual, (automatizada, competitiva), el indicador universal de la producción ya no es el trabajo, es el consumo de energía.

El 90% de la energía que consumimos es (todavía) generada con la combustión de la trilogía fósil: carbón, gas y petróleo. De ahí, en un solo paso llegamos al aumento del efecto invernadero y con ello el ascenso sostenido la temperatura promedio de la superficie del planeta.

Asi parece que se origina el cambio climático, cada día más amenazante.

Desde 1750 la temperatura promedio de la Tierra subió aproximadamente 1 ºC. Si no sucede algo, grande y pronto, a fin de siglo subirá 4 o 5 ºC más. Suficiente para derretir todo el hielo de los polos y subir en 5 o 6 mts. el nivel de los océanos. Y trastocar del todo y para siempre el clima de la Tierra, con consecuencias imprevisibles.

Nos parece que, en la Cumbre de París, seguimos en las chiquitas. Ahora: el objetivo que se plantea es lograr un compromiso para que el aumento de temperatura no supere los 2 ºC, con lo cual, un montón de pequeños países insulares quedarían definitivamente bajo el agua.

Y nada sabemos, ante esa hipótesis, qué pasaría con el clima global, con la agricultura, con la salud y otras pequeñeces por el estilo.

Señores .. esto no se arregla con las chiquitas !!!. Esto solo tiene arreglo si en la primera ecuación cambiamos la cultura del consumo. Y en la segunda el concepto del trabajo, de la productividad, y de ese slogan con el que disfraza al lucro: la competitividad.

Consumir menos, producir menos, usar menos energía y ajustar lo social, armonizando el trabajo real con los ingresos. Un orden diferente para que se entretengan los economistas en su diseño y ajuste. No habrá llegado la hora de pensar seriamente en achicar la jornada de trabajo aún a expensas de disminuir ganancias? Y dejar de producir cosas inservibles que consumen recursos, energía y nos tapan de residuos?

Decimos que una ecuación posible es simplificar un poco la vida…. Consumir menos, buscar la felicidad en otros horizontes.

El otro camino que se intenta: es dudoso y preocupante: utilizar energías limpias. Las energías realmente limpias están lejanas todavía, en términos tecnológicos. Este camino nos llevará transitar obligatoriamente por el uso – temporario al menos- de las fuentes nucleares. Que son las únicas que tenemos a mano para obtener la cantidad de vatios que podemos sacarle en el presente a los combustibles fósiles. Y no podemos dejar de admitir que tiene sus riesgos la producción masiva de energía nuclear.

Las fuentes de energía como la solar y la eólica son soluciones interesantes para consumos menores o intermedios. La bioenergía nos puede conducir a un agotamiento de los recursos minerales del suelo fértil. El hidrógeno no es más que una ilusión: para obtenerlo debemos gastar tanta energía como la que nos puede devolver al quemarlo. Solo puede ser pensado como un mecanismo de transformación y almacenamiento, pero todavía sin resolver bien como envasarlo.

Definitivamente, la única fuente de energía alternativa a los combustibles fósiles que disponemos para obtenerla en escala compatible con el actual consumo, es la energía nuclear. Hacia allá vamos.

Pero además de la escasez de la energía nos acosan otros problemas similares que cada día se muestran como más incompatibles con este modelo de vida que hemos adoptado: los recursos naturales comienzan a escasear, en particular, el agua dulce. Se pueden sumar también el agotamiento de muchos nutrientes que debe proveer la capa fértil de los suelos, el encarecimiento de las explotaciones mineras a medida que disminuyen los tenores de mineral; la disminución marcada de los recursos pesqueros; y suma y sigue.

Debemos tomar conciencia: lo que realmente se agota es este modelo de vida, consumista y despreocupado. Esta ambición desmedida de disfrutar riquezas sin pensar en lo que sucederá dentro de cien años, o mil.

Responsabilidad social, nueva cultura de consumo y de vida. Por allí pasa la cosa.

Esto es lo que pensamos Desde El Mangrullo.

Diciembre 4, 2015.


11 Echar raíces

Posiblemente sea este un concepto de la cultura anterior. La de nuestros padres. Y muchísimo más la de nuestros abuelos.

En épocas de globalización las ideas y el sentimiento del terruño han cambiado bastante.

Quizá el chip biológico de nuestro destino cósmico nos conduce a aprender a soportar el desarraigo.

De hecho, las familias se dispersan. Nuestros hijos andan por aquí y por allá. Y el allá puede ser en las antípodas del planeta. La mayoría de mis amigos y parientes tienen hijos o nietos viviendo en zonas diversas del mundo.

Yo mismo, mi hija mayor, Florencia lleva ya mucho años viviendo y trabajando en Bologna, Italia. La menor, Natalia, luego de recorrer varios destinos, decidió afincarse en Buenos Aires. Mi sobrino Gustavo, hijo de mi hermana, anduvo trabajando de ingeniero por Malasia, Australia y ahora, China.

Muchos chicos argentinos viven en Barcelona, Londres, Calcuta o en el Tibet. Seguramente hay alguno allí.

A mi me gusta echar raíces. Aunque sean temporarias.

He sido, por circunstancias de la vida, una especie de vegetal mutante, que aprendió a cambiar de suelo y a adaptar sus formas.

Nacido por Buenos Aires eché mis primeras raíces en Capilla del Monte, y no saben cuántas veces debo haber jurado, entre los 4 y 18 años, que nunca abandonaría ese lugar. Posiblemente, en el fondo del alma y en los recuerdos, nunca lo hice. Porque allí viví las etapas más fuertes y felices, la infancia y la adolescencia, la que nos marcan para siempre.

Luego fue la Ciudad de Córdoba, quizá es más preciso decir la Universidad Nacional de Córdoba, que es dónde comencé a adquirir conocimientos. Por momento sentí que allí, en los bosques del Observatorio, trataban de retenerme mis inquietas raíces intelectuales.

Pero vinieron épocas de tumultos y de represión brutal. Y como tantos otros tuvimos que emigrar.

Tuve suerte. A mí y a mi familia nos tocó aterrizar por Venezuela, y hacernos palmeras en las playas caribeñas. Poca raíz y mucha altura tienen los cocoteros, siempre inclinados hacia el mar, como señalando un destino.

Allí fuimos perdiendo el sentido del terruño original y nos fue ocupando el alma un nuevo sentimiento. El mar le fue ganando a la montaña. Muchas veces llegamos a pensar que nunca podríamos alejarnos de ese hechizo caribeño en el cual la alegría es siempre parte de la vida y de los acontecimientos. Ni los huracanes pueden con ella.

Pero siempre aparecen las circunstancias. Y un día, retornados, volvimos a lo que había sido un punto de partida: Villa Allende. Cuando todavía era un tranquilo pueblo, y no la sucursal de Córdoba que es ahora.

Hoy vivo en Paravachasca. Quizá es casual. Quizá no. Porque tengo en la memoria otra etapa feliz, en el camping El Caracol, aquí a pocas cuadras, sobre el Anisacate. Mi primera hija, Florencia, disfrutó allí varios veranos que pasábamos en carpa con viejos y queridos amigos. Eso fue a mediados de los setenta. Allí mi hija aprendió a pescar y comer mojarritas y a darle miguitas a un chingolito rengo que nos esperaba todos los veranos.

Así es que se van construyendo las raíces. Como un entretejido de recuerdos.

Ahora comienzan a instalarse en Valle de Anisacate muchas familias jóvenes, con sus hijos pequeños. Construyen sus casas. Sueñan objetivos, como crear bibliotecas y espacios culturales. Construyen raíces.

Posiblemente la vida actual, a muchos de ellos, los desparrame por el mundo. Quizá algunos vuelvan. Otros posiblemente queden atrapados en otros horizontes.

Solo quiero transferirles un concepto: por lejos que lleguen, no importa cuánto bien se sientan en sitios remotos, guarden el recuerdo de algún lugar querido, donde, pasado el tiempo nómade, puedan echar raíces, quizá definitivas.

Esto les digo hoy, Desde El Mangrullo

12 diciembre 2015

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12 Balance ambiental

Los finales de fin de año sirven para muchas cosas. Entre otras, para hacer balances.

En el Sitio FM hemos decidido poner el acento en un balance ambiental. Porque posiblemente sea uno de los temas más universales que debe ocupar (y preocupar) a toda la civilización humana, dado que trasciende todas las diferencias raciales, sociales, religiosas, ideológicas, políticas.

Es un balance que tiene que ver con la vida misma, o mejor dicho aún, con la continuidad de la vida.

No es nuestra línea editorial el alarmismo. Tampoco nos gusta el fundamentalismo en ninguna de sus variantes y aplicaciones. Pero el tema ambiental es serio, preocupante, y debe convocarnos a todos a una gesta decidida y solidaria, codo a codo, para iniciar el cuidado y recuperación del medio ambiente, seriamente afectado y comprometido.

La gente está reaccionando, lo entiende o lo intuye, es lo mismo. No es casual que el premio al mejor cordobés del año, otorgado por La Voz del Interior, y decidido por votación de sus lectores, haya recaído en el Dr. Daniel Renison, investigador del Conicet, vecino de Cuesta Blanca cuyo oficio y mérito se ha orientado desde hace años a la reforestación de los bosque serranos con especies nativas. Fue elegido entre muchos candidatos que poseían posiblemente méritos más publicitados, en el deporte, la ciencia el arte o la acción social solidaria.

El voto de la gente dijo: eso es importante: recuperar el bosque.

Tampoco es casual que hace apenas una semana se haya logrado por primera vez un acuerdo vinculante entre 195 naciones para iniciar acciones tendientes a frenar el avance del efecto invernadero que amenaza con convertir al planeta en una caldera descontrolada, derritiendo los hielos polares e inundando ciudades costeras y países insulares. Además de producir cambios impredecibles en la atmósfera y el clima global. Estos países han suscrito un acuerdo que exigirá cambios profundos en el consumo y generación de energía y en los sistemas productivos. Se pueden suponer y esperar crisis sociales y económicas derivadas de esos ajustes, pero esta vez se sabe que de no enfrentarlos es la vida la que está en juego.

En nuestro país el nuevo gobierno ha anunciado modificar el esquema de retenciones a la producción agropecuaria. Debiera ser el momento de impulsar una ley nacional que obligue a destinar un porcentaje de las tierras a la reposición de bosques, como ya lo han hecho varios países europeos. Una ley de nuestra provincia lo establece, pero el porcentaje es reducido, y no sé si está reglamentada y aplicada. El porcentaje de los campos de siembra que debieran destinarse a repoblar bosque, no debiera ser menor a 5% inicialmente y establecer valores crecientes a medida que las tecnologías elevan el rendimiento de la producción. Dese hace tiempo La utilidad no está en la extensión del campo sino en la calidad del proceso y en la selección del producto. De modo que ceder una parte de la tierra a la vida más que un sacrificio es una inversión válida.

Si se obligara a destinar los bordes del campo a ese fin se podrían generar bandas boscosas -suma de los campos adyacentes- suficientemente anchas como para posibilitar la recreación de especies de flora y fauna que posibilitan, a la vez, nuevas posibilidades productivas que se han ido abandonando en la alucinación del monocultivo lucrativo.

El cambio climático está haciendo sentir sus efectos de modo implacable con tormentas violentas que ponen de manifiesto la precariedad de las instalaciones de los servicios y la falta de sistemas de protección adecuados para contener la contaminación creciente de nuestros ríos y arroyos.

Los municipios y comunas deben comenzar a planificar con criterio ajustado el uso del suelo, y frenar la fiebre inmobiliaria en zonas que debieran protegerse y destinarse a usos compatibles con el cuidado y conservación ambiental. Se debe propiciar el tendido de redes de recolección cloacal y la instalación de plantas depuradoras, y terminar con el volcado directo a ríos o arroyos y con la multiplicación de sangrías que terminan contaminando los suelos y las napas.

Y ya es hora de iniciar la separación de los residuos sólidos urbanos y la promoción de los procesos de recuperación y reciclado. Y tratar de reintegrar a los suelos los residuos orgánicos para reponer elementos que se han convertido en carencias.

Y suma y sigue.

Venimos diciendo que estos no son problemas solo de los estados, deben ser problemas nuestros, de los ciudadanos. Todos debemos comprometernos en el día a día poniendo el aporte que nos toque.

Debemos generar una verdadera conciencia social, predisponernos al esfuerzo que seguramente nos tocará compartir para poder tener un mundo en el cual valga la pena vivir.

Esto es lo que pensamos y decimos Desde El Mangrullo.

Felices fiestas y feliz año para todos.

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13 Reflexiones sobre el Poder

Desde las culturas germanos-prusianas que adoptaron nuestros militares vino reinando el tonto concepto de pensar y creer que el poder es asignable. Que es una cuestión de charreteras. Lamentablemente, esa cultura caló hondo en la frágil conciencia-memoria de muchos argentinos.

La heredaron, entre otros, lamentablemente,  muchos políticos.

Creen, por ejemplo, que tienen poder porque han ganado unas elecciones. Y es más, creen que pueden transferirlo a sus funcionarios de turno, cualquiera sea la capacidad que posean para el desempeño de sus funciones.

Un verdadero castillo de naipes que se desmorona vergonzante frente a los primeros desafíos.

El poder, en política, lo genera el liderazgo. Y no se trata de un discurso, se trata de una construcción.

Cuando un candidato gana unas elecciones solo logra la oportunidad que le otorga el pueblo para demostrar que puede construir poder.

Y cuando un funcionario es designado sucede exactamente lo mismo, en una escala inferior.

Decía con acierto un gobernador: “yo te designo, pero luego, el cargo, te lo debes ganar todos los días, si quieres conservarlo”.

El poder es importante. Es un símil del concepto de la potencia: la energía necesaria para producir cambios.

Para dejar las cosas como están no es necesario disponer de mucho poder. El desafío que conlleva el poder consiste en realizar las transformaciones demandadas por la sociedad para disponer de un mejor orden y calidad de vida.

Volviendo al comienzo. Los militares (en todo el mundo) creen en el poder de las armas. Existe, pero es de corto alcance. Basta recorrer la historia y ver cuánto duraron los regímenes basados en las armas y en la represión. Hicieron mucho daño. Solo eso. Las grandes transformaciones siempre fueron obra de los pueblos.

Frases como “empoderar” al pueblo son absurdas, propias de una concepción vanguardista. El pueblo tiene el poder. Solo que cuando duerme, como los osos, pareciera que no existe. El tema es cuando despierta.

Es muy importante reconocer y recordar esto: el poder no se obtiene ni se transfiere, se construye. Y aún al que logra construirlo le es imposible compartirlo y, menos aún, repartirlo. Cada uno debe conquistar su espacio de poder. Trabajando, construyendo.

La gente quiere y necesita dirigentes capaces. Capaces de hacer las cosas bien. Capaces de construir poder. Y aplicarlo dónde y como corresponde.

El resto, son caricaturas de corto vuelo.

Eso pensamos Desde El Mangrullo.

Diciembre 26, 2015.

 


14 A desalambrar

“ Que la tierra es tuya, es mía y es de él, de Juan, de María, de Pedro y José…”

Cuantos años han pasado?

Casi un siglo y medio desde que nació el proyecto agro exportador en las ricas tierras de la Provincia de Buenos Aires y se fue expandiendo lenta pero persistentemente en todas las direcciones y latitudes.

Hubo que acabar con muchas resistencias, primero terminar con los bárbaros caudillos federales que se oponían al progreso. Uno a uno, en directo o a traición, los mataron,  de frente o por la espalda.

Luego hubo que desalojar a los pueblos originarios, que poseían las tierras, pero no entendían nada de desarrollo económico. Solo sabían vivir. Acabaron también con ellos.

Se fundó por fin la pampa gringa, a imagen y semejanza de la decrépita Europa. Hubo que talar mucho monte para preparar la tierra y adaptarla a las tecnologías mecánicas en ascenso. A la ganadería a destajo la siguió la agricultura avasalladora. Se formaron unas cuantas fortunas que se hicieron cargo de los negocios y del poder en el país.

Entretenidos en ganar plata fácil se percataron algo tarde que en el mundo había comenzado la era industrial, el concepto del valor agregado. Una arquitectura apta para generar trabajo. Del bueno, y del malo. Pero trabajo al fin.

Comenzaron entonces a dividirse las aguas, en el poder y en la política. Esa historia ya la contamos.

………………………………………………………………….

En estos días leemos que se han comenzado a movilizar los productores del norte cordobés para ganar espacio (concepto literal) frente a la llamada “ley de desmonte” que les impide llevar adelante promisorios emprendimientos. Pretenden que les autoricen el desmonte selectivo y poder criar –sin mucho trabajo-  una vaca por hectárea, a pasto natural, y algunas más si se usa el agua de Pichanas y la subterránea, para producir alfalfa a destajo.

Pobre Presidente Illia. Había concebido el Dique de Pichanas para posibilitar el riego en el Campo Fiscal de Paso Viejo, para que pequeños productores residentes pudieran disponer de tierra y de riego para cultivar el olivo, el algodón, la vid, las aromáticas, el ajo, la cebolla….todas especies que requieren poco riego, compatible con las posibilidades máximas de esa represa.

Con la democracia del 83, (y en su nombre) vino el desquicio. Las parcelas de Paso Viejo, que por ley eran intransferibles, se entregaros a productores regionales que se adecuaban a las condiciones de la ley. Pero luego se fueron transfiriendo y concentrando en pocas manos. Estos productores, con la complicidad de funcionarios corruptos, organizaron la mafia del agua. Desde el propio Estado Provincial hicimos, allá por el 2006,  un intento por reencauzar la historia… Vana ilusión. Los productores concentrados tenían sus amigos en el gobierno y en la justicia. En la legislatura se frenó el Decreto. Y los jueces regionales, fieles a los poderosos,  con hábiles amparos, detuvieron la gesta reparadora.

Decidimos por entonces convencer desde lo técnico: una hectárea de espárragos puede producir U$ diez mil al año:  Una de vid, algo equivalente. Tratamos de impulsar ambos programas en esas regiones. Complementados con el olivo y con las aromáticas.

Todos cultivos que no requieren demasiada agua, compatibles con el suelo y el clima de esas zonas. Con poco espacio se podía generar suficiente trabajo y riqueza para equilibrar socialmente esas despobladas regiones.

Pero en esos desarrollos hay que trabajar. Hay que emplear mano de obra. Hay que complementar la producción primaria con algún nivel de industrialización. Más trabajo todavía. Eso no suele estar en los planes de improvisados empresarios que andan buscando la fácil.

Es más fácil comprar a bajo precio (o apropiarse, porqué no? ) muchas hectáreas, deforestar y poner vaquitas que se crían casi solas, con la mínima ayuda del veterinario y un par de gauchos a caballo para conducir la tropa.

Y con socios como Monsanto hasta se puede luego llevar la soja a esas regiones y correr el ganado más al norte todavía, a los Llanos Riojanos…total, ya no anda El Chacho ni Felipe Varela por allí.

……………………………………………

Hace algunos años, me decía una viejita en Serrezuela: “ con los cercos, me han encerrado a las cabras con los pumas…”.

…………………………………………..

Los verdaderos dueños de esas tierras ya no están. Sus herederos naturales tampoco, seguramente andan desencontrados, tratando de sobrevivir,  en las grandes ciudades.

Los desaprensivos de mirada corta irán por la poca tierra que queda y terminarán con el bosque residual. Los funcionarios “productivistas” se sentirán patriotas firmando decretos y ordenanzas que les permitan a aquéllos pasarle por el costado a la ·ley de desmonte”.

Hasta  podrán  derogarla, si es preciso, en nombre de la “justicia social”.

…………………………………………………………..

Perón fue el que trajo el olivo a Cruz del Eje.  Illia creó y posibilitó el Dique de Pichanas para dar agua a los pequeños emprendimientos productivos regionales. Y trató de asegurarles la posesión de la tierra con la creación del Campo Fiscal.  Los nietos radicales y peronistas de ahora no deben querer recordarlo (porque lo saben). Están entretenidos en los jueguitos electorales que les permiten vivir con cierta facilidad a costillas del Estado….

Que al medio ambiente lo arregle Minga.

Porque ni siquiera están ya Juan, María, Pedro o José. Se los llevó el progreso.

Eso pensamos y decimos hoy,  Desde El Mangrullo.

Enero 1, 2016

 


15 La Causa de la Dignidad

Seguramente es (debiera ser) la mayor de las causas por la que debemos compro-meternos y luchar.

No es casual la frase “Indignaos!!!” con la que Stéphane Hessel, el 21 de octubre del 2010 en conmocionó a las juventudes españolas primero y europeas después, dando origen a uno de los movimientos políticos sorprendentemente inesperado por el sistema dominante.

Hessel fue uno de los redactores de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. Ya anciano, no pudo soportar la pasividad de los pueblos frente al avasallamiento de los valores esenciales que acompañaron su vida. Y con ese libro de 32 páginas produjo un brinco en la política hispánica, quebrando el bipartidismo dominante.

Tampoco fue casual que la Guardia Especial que custodiaba el palacio presidencial de Panamá se denominara el Regimiento de la Dignidad. Más de cien integrantes murieron tratando de impedir la ilegal y asombrosa invasión de los marines y paracaidistas norteamericanos para llevar preso bajo acusación de narcotraficante al General Noriega, pocos años antes de que venciera el plazo de entrega del Canal al estado soberano panameño. Objetivo que, primero Torrijos, y luego Noriega hicieran su estandarte nacionalista.

Todas las grandes luchas de la historia tuvieron como principal protagonista a la dignidad: la pérdida de la dignidad de los pueblos o de las personas como causa y la organización de la rebeldía individual o social para pelear por su recuperación.

La dignidad no es un concepto teórico o abstracto. Por el contrario, está ligado con los valores esenciales de la vida. Porque los sintetiza a todos. Desde los derechos más elementales, como la alimentación, la salud, la educación, la vivienda, hasta cuestiones relacionadas con el avasallamiento de la libertad, de la privacidad, de las ideas políticas, ideológicas o religiosas.

Actualmente, en el mundo, hay una crisis de dignidad. Nos estamos acostumbrando a ser indignos. Se nos aparece como tan enorme el poder dominante que creemos inevitable pagar el precio de nuestra indignidad. Podemos investigar a lo largo de nuestros días y descubrir cuantas veces nos sentimos indignos. Hasta en la cola de un banco, para cobrar nuestros ingresos nos hacen sentir indignos. Y seguramente tampoco es casual, porque indignar es una forma de someter y dominar.

La indignidad es una debilidad, pero convertida en indignación se transforma en una fortaleza. Como el breve pasaje del silencio al alarido.

Esa, no otra, debe ser la Causa Principal de nuestros días. Por nosotros mismos que estamos obligados a padecer las pequeñas indignidades cotidianas y por aquellos otros, sometidos cultual, social y económicamente casi hasta el límite mismo de lo humano.

Indignaos!!! Dijo Hessel en aquel momento,

Nos unimos en coro a ese desafío, ahora y aqui.

Eso pensamos y decimos hoy, Desde El Mangrullo.

Enero 8, 2016

 


16 La Realidad y la Fantasía

Quienes me conocen, saben que me gusta jugar mentalmente con estos dos conceptos.
Pero no tienen solamente un valor literario. Muy por el contrario, están insertos en nuestras vidas permanentemente, condicionando nuestras conductas, nuestro comportamiento psicológico, familiar y social.

La etapa de la niñez se caracteriza por ser Fantasía, en esencia. Un pequeño mundo de alegrías, placeres y sentires. Las cosas importantes ahí, al alcance de las manos, o de los sueños despierto..

En algún momento comienza a hacerse sentir la presencia de la Realidad Aparece como inflexible. Definitivamente odiosa. Las obligaciones. La escuela. El orden personal. La disciplina. Los besos de las tías.

La adolescencia es una etapa de rebeldía en la cual la Fantasía lucha por permanecer en una constante disputa con las Realidades. Los ideales de libertad y justicia son proyecciones de la Fantasía en contraste con las normas del sistema, que más se encarga de legislar las obligaciones que los derechos.
En esa etapa nos disgusta el orden en que se acomodan las Realidades. Comenzamos a sentir el peso de jerarquías impropias.

Entonces, la mayor explosión de fantasía es imaginar una Revolución que ponga a las cosas en su lugar. 
Generalmente se trata de revoluciones derrotadas en la Realidad, pero invencibles en la Fantasía.

Por fin llegamos a ser adultos y maduros.
Que le sucede a la Fantasía? Permanece oculta, como otro pecado inconveniente de mostrar.
Ese fragmento de niño que conservamos no es otra cosa que la cuota de Fantasía que disponemos para poder adornar a las Realidades y hacerlas más digeribles.
Permanentemente nuestra mente inyecta Fantasía en todo lo que nos sucede o lo que pensamos o imaginamos. Nuestro cerebro dispone de un dispensador de Fantasía con el que alimenta los paisajes que miramos, los rostros que descubrimos, las palabras que dedicamos, el trabajo que realizamos.

Los inventores y los poetas son seres que logran conservar mucha Fantasía, que se la han retaceado a la vida y conservado en el rincón más oculto del alma.

Desde allí despegan las Fantasías, como mariposas en la noche, dedicadas a ponerle los colores al amanecer; a llenar de estrellas el firmamento; y a llenar de música y canto el callado silencio.

El resto de los mortales, nosotros, tenemos también a la Fantasía –en silencio- poblando de recuerdos y de esperanzas nuestras vidas. Es bueno saberlo. Es solo cuestión de mirarse hacia adentro y descubrirnos jugando con la mente en los caminos de la Fantasía.

Quien toma conciencia de este asunto tiene mayores posibilidades de acceder a la alegría, y tal vez, con una sobredosis de Fantasía, alcanzar la felicidad. 
Esa cosa que las Realidades se empecinan en negar.

Eso pensábamos hoy, Desde El Mangrullo
Enero, 15, 2016.


 

17 Primer Aniversario

El Sitio FM cumple hoy su primer año de trasmisión formal. Arrancamos aquel día de enero 2015 con el capítulo 1 de La Causa Federal. Hace pocos días, al iniciarse el nuevo año publicamos en facebook -y lo enumeramos al aire- el listado de temas y programas desarrollados durante el 2015. Hasta a nosotros mismos nos asombró la cantidad de trabajo realizado.

Muchas veces nos preguntaron –y nos preguntamos- porque hacíamos esto, porque la radio? La respuesta no es simple, quizá tenga que ver con el espíritu del artesano.

Porque nos gusta. Y porque hacemos falta.

Pareciera que en el mundo, a medida que avanzan las tecnologías de la comunicación la gente se siente más aislada. Se trasmite demasiado ruido, y pocas nueces. Y a veces las nueces son sólo cáscaras, sin nada adentro.

Sentimos y pensamos que se está disolviendo la cultura social. Ese conocimiento básico generalizado que nos permite tener ideas propias y no entregarnos en vida a las supuestas verdades ocultas de los hechiceros que nos marcan caminos que no sabemos a dónde conducen…. Con ese “Vaya tranquilo….por ahí es la cosa …”

Parece que las rebeldías se han adormecido. Mansos como ovejas predestinadas soportamos casi todo. Como rendidos ante un destino imposible de modificar. Las protestas, aisladas y solitarias son acalladas con facilidad.

Sin embargo nuestro mundo, nuestra civilización occidental, basada en la persecución angustiada de un confort que da dos pasos cada vez que nos acercamos uno, se encamina hacia una crisis insalvable. De esas que te dicen: mejor mirar para otro lado.

Cada vez es más breve el plazo que nos da el planeta en cuanto a disponibilidad de recursos básicos como el aire, el agua y la energía.

Y todo parece indicar que ante esta crisis la ciencia y la tecnología no tienen una solución a mano.

Los que piensan la cuestión a fondo, y opinan, expresan que solo un cambio profundo en la cultura del consumo y de producción –con su inevitable costo social- puede salvarnos, quizá en el borde mismo del precipicio hacia el cual vamos dirigidos como marionetas.

Muchos lo saben –lo sabemos- una máquina infernal, como una locomotora desenfrenada nos arrastra y nadie sabe o se anima a pensar en cómo detenerla. Porque todos somos cómplices de ella. Y el lugar de enfriarla le echamos leña a la caldera.

Nuestra emisora, El Sitio FM, y el Espacio Cultural que la sustenta, ha resuelto que durante el 2016 el propósito que nos impulsará será profundizar pública y socialmente este tema, sin fundamentalismo y sin fatalismo, al contrario, con verdades y propuestas. En la filosofía de entender que la única forma de salvarnos y de dejar un planeta vivible a nuestros descendientes, es con la participación de todos.

Porque lo hechiceros se están quedando sin respuesta.

Hasta hace poco tiempo la crisis del petróleo nos preocupaba por su eventual escasez, y por no visualizar con qué combustible reemplazarlo. Ahora se ha acelerado otra cuestión: la atmósfera parece que no tolera más emisiones de combustibles fósiles sin que se produzcan eventos inmanejables, como el acelerado cambio climático.

Hace 50 años los biólogos decía que la vida se acabaría cuando se contaminaran los océanos. Parece que lo estamos logrando.

Las grandes reservas de agua dulce del planeta están bajo la forma de hielos que se decían eternos. Son lo que se derretirán como efecto del cambio climático. Y sus aguas dulces se mezclarán en los océanos con la salada. Y para separarlas son necesarias enormes cantidades de energía. Que es justamente lo que también escaseará.

Estamos entrampados? Parece que sí.

Somos más de 7.000 millones los humanos que poblamos el planeta. A finales de este siglo seremos más de 10.000 millones, y no tenemos ninguna propuesta seria para resolver estas cuestiones.

Quienes creemos en la democracia profunda, la que practicaba la tribu alrededor de la hoguera, estamos destinados a plantear todas estas cosas –y muchas otras que las acompañan- para posibilitar cambios que solo podrán suceder si nos comprometemos todos y cada uno.

Todos y cada uno. Esa es la cuestión.

Por eso estamos jugando a la radio.

Esto les decimos hoy, Desde El Mangrullo.

Enero 23, 2016.

 


18 Los Principios y las Leyes

En las ciencias básicas existen, entre otras, dos estructuras formales para describir la realidad: los principios y las leyes.

Los principios son afirmaciones o negaciones inalterables, que no requieren ser explicadas. Su vigencia está dada por la realidad misma: nunca se contradicen, permanecen en el tiempo y en el espacio.

La leyes, en cambio, son convenciones aceptadas acerca del comportamiento de los fenómenos. Establecen la formas –cualitativas y cuantitativas- en que suceden los cambios.

Muchas veces los principios se expresan como leyes para su manejo formal, pero su característica es la inflexibilidad (ser o no ser), las leyes, en cambio, admiten ajustes y aproximaciones.

Los principios no son inmutables, pero nunca se contradicen. Por ejemplo, antes de Einstein existías dos principios diferentes: uno, la conservación de la masa (nada se pierde, todo se transforma); el otro, la conservación de la energía (puede cambiar de una a otra forma, pero el total es siempre el mismo). Con la teoría de la relatividad Einstein los unificó en uno solo: la conservación de la masa-energía, mostrando que una puede convertirse en la otra, pero conservando el total. Esto dio paso al desarrollo de la energía nuclear.

Los científicos tienen muy claros estos conceptos, porque son la base del conocimiento que manejan.

En la vida social existen categorías similares. Los principios fundamentales no necesitan ser legislados. La raza humana debe respetarlos per si. Pero no es así. Por ejemplo: no tomar de la naturaleza más de lo que necesitamos; no maltratar o matar inútilmente a un animal; ser respetuoso con los semejantes; ser solidario; proteger a los niños; y muchas cuestiones similares, tienen la forma de principios, no tendría que requerirse la necesidad de convertirlos en leyes. Pero el ser humano es contradictorio (algo le falla) porque hasta en las religiones debieron establecer a los principios como “leyes”, con premio o castigo. Quizá no hay mejor ejemplo que los Diez Mandamientos de la religión católica, que en el fondo, eran cuestiones básicas de la tribu.

Vivimos una crisis de principios. Y es muy difícil corregirla mediante leyes. Quizá por aquello de que “hecha la ley, hecha la trampa”.

La crisis de las religiones no es otra cosa que el alejamiento de los creyentes en la práctica de los principios. El cristianismo lo padece como una contradicción “cuasi mortal”. Con solo una mirada Jesucristo concluiría que su sacrificio fue en vano. Su principio elemental: “todos somos hermanos, porque somos hijos del Señor”, no es más que una frase hueca en el presente del “yo primero”.

Los que no tenemos una referencia religiosa, pero creemos en los principios básicos de la existencia, caminamos la vida con humildad y respeto. Apreciamos a la naturaleza. Amamos la diversidad biológica, aún cuando temamos o despreciemos a algunos de sus integrantes. La cuestión es aceptarlos, simplemente, como parte del Todo.

Es necesario retornar a los Principios para poder simplificar el entendimiento, dejando de producir leyes y más leyes inútiles.

Es un tema de educación. De formación. Tiene que ver con eso de enderezar el árbol de joven. En la casa. En la escuela. Y ahora, lamentablemente, también en la universidad. Donde ya no se puede aducir “yo no lo sabía”.

Educación. Formación. Cultura social. De eso se trata.

Restablecer cierto orden perdido: padres que sean padres, maestros que sean maestros, humanos que seamos humanos.

Esta es la consigna que proponemos Desde El Mangrullo, esta semana.

Enero 30, 2016

 


19 COP21 vs. DAVOS y las contradicciones

Esto no es ni puede ser un editorial afirmativo o negativo. Es en todo caso un glosario de dudas. Porque la falta de información nos lleva a eso: a las dudas.

Sin embargo, hasta de las dudas se pueden sacar conclusiones.

Las conclusiones aparentes del COP21 (cumbre del ambiente reunida en París, en noviembre) fueron supuestamente las siguientes: 195 países allí representados firmaron un acuerdo, basado en compromisos asumidos por todos y cada uno, de asegurar que el aumento de temperatura de la superficie del planeta, durante el presente siglo, no supere los 2 ºC, agregando la posibilidad cercana de bajar ese tope a 1,5 ºC. Cada país firmante comprometió sus medidas para alcanzar ese logro, que supone reducir drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero.. Argentina planteó que reducirá para el año 2030, en 30% la participación de combustibles fósiles en su mix total de energía. Esto significa reducir el uso de petróleo y sus derivados, y de gas y carbón.

Otra conclusión del COP21, que no quedó plasmada en el acuerdo pero que alcanzó bastante consenso fue coincidir en que la era de los combustibles fósiles no debe extenderse más allá del 2050, independientemente de las reservas existentes. El efecto invernadero no tolera mas emisiones masivas de CO2. Algunos participantes plantearon que la fecha límite debía ser 2030. Los países petroleros se opusieron tenazmente a ese objetivo. Que por otra parte no parece realista poder alcanzarlo.

Pero el final del uso del petróleo y parientes cercanos, el gas, por ejemplo, no está lejano. Ya no es un problema de “reservas”, es un problema de supervivencia ambiental de la propia casa planetaria.

Muchos de esos mismos países mandaron, con otras vestimentas y preocupaciones, sus representantes al Foro Económico de DAVOS. Allí no se habló casi nada de medio ambiente. Se habló de economía mundial, de inversiones y de producción. Como si estuviésemos en otro planeta. Pocas conclusiones se conocen. Algunas preocupantes. El tema de los emigrantes tiene enloquecidos a los europeos. Piensan que el barril de petróleo seguirá cayendo en precio y que entonces la invasión vendrá también del norte de áfrica y del Asia Menor. La crisis actual está en Europa, pero los “grandes” de Davos están preocupados por la crisis futura en Sud América, quizá porque piensan sólo en Brasil. También les preocupa Rusia. Se sienten un poco más tranquilos ahora con China, que parece controlar su aterrizaje. Los aterra el posible derrumbe de la UE, con Inglaterra preanunciando su retiro. La conclusión coincidente: el 2016 no será un año fácil.

En nuestra querida provincia el gobierno anuncia con tambores retomar la construcción de gasoductos troncales y sus redes de distribución.

Nos preguntamos: no estaremos haciéndolo con 40 años de retraso? Gasoductos? Ahora que el gas, además de estar cuestionado ecológicamente, escasea a punto tal que estamos por importarlo de Chile? El gas que hasta el año pasado (no sé ahora) tuvimos que traerlo en barcos desde Venezuela? Sigo preguntándome: cuantos años requiere la amortización de semejante obra? Ese proyecto ya tiene 10 años de atraso por demoras financieras. En aquel entonces ni se soñaba que iba a ocurrir un acuerdo como el del COP21.

No sería más inteligente invertir en redes eficientes de distribución eléctrica? Porque el origen de la electricidad puede ser el mismo gas, por ahora, y la energía nuclear luego, que seguramente es lo que se viene. En tal caso las redes eléctricas seguirán sirviendo. Que haremos con kilómetros de cañerías enterradas cuando ya no usemos gas? Y cuidado, la distribución barrial la tendrán que costear los vecinos.

No sería también más importante invertir en mejorar y construir ferrocarriles regionlales para gastar menos energía en el transporte y de paso volver a unir nuestros desterrados pueblitos fantasmas? Y dar vida a las economías regionales?

Más que una cumbre en DAVOS lo que necesitamos es hacer un gran foro nacional, con participación amplia (no solo los hechiceros), donde discutamos a fondo qué país queremos y cómo podemos construirlo.

Porque son muchas las cosas que tenemos que revisar.

Esto es lo que pensamos y decimos hoy, Desde El Mangrullo.

6 de Febrero, 2016

 


20 Los Stones, pasado y presente

Seis décadas de música que no se rinde anda recorriendo escenarios de América Latina y haciendo vibrar nuevas generaciones que no habían nacido cuando este carismático grupo comenzó a competir/complementar el mismo espacio sonoro del otro grupo inglés: el de los chicos con flequillo.

Seguramente el estruendo intergeneracional hubiera sido igual si sobre el escenario hubieran estado los legendarios Beatles o el inolvidable Elvis.

Se pueden citar, además, innumerables ejemplos de vigencias que perduran, y que por suerte, antes de partir de hicieron presentes para despedirse en directo de su público histórico, al cual se suman, extrañamente complacidos, los jóvenes nuevos, que necesitan recibir ese mensaje que viene de aquellas décadas que revolucionaron el mundo. Es que actualmente se hace difícil encontrarle el rumbo a las necesarias revoluciones que de tanto en tanto necesita la humanidad para sacarse la modorra.

En nuestro pequeño universo nacional podemos recordar los casos de Sandro, del “polaco” Goyeneche, de Leonardo Fabio, de Julio Sosa, de los Cantores del Alba (su eco fantasmal perdura en el escenario de Cosquin), del Turco Cafrune, de la Mecha Sosa, de Tamara Castro, de Gilda, del potro,Rodrigo, por solo nombrar a algunos, de una lista interminable, que conserva vigencia entre mucha (mucha) gente.

Otros, aún supervivientes, nos tienen en vilo desde su precariedad y nos alegran con sus permanentes retornos, como el querido Cacho Castagna y el interminable Horacio Guaraní.

Y por si fuera poca remembranza, todavía llega y perdura, desde los albores del siglo pasado, la voz de Carlos Gardel, difícilmente superada en la etnia tanguera del arrabal porteño.

La música tiene la virtud de universalizar los sentimientos. Podríamos imaginarnos una síntesis genial y coherente compartiendo un escenario Bill Halley y sus Cometas con la propia banda de la Mona Jimenez. El público, eufórico haría una síntesis rítmica interminable entre el rock and roll y el cuarteto. Y seguramente culminarían con una actuación suma, fácil de imaginar.

Los artistas ochentones de los sesenta han tenido una muy buena idea creativa de comenzar a compartir sus canciones exitosas en agradables duetos con nuevos interpretes, algunos más jóvenes, y otros ejecutores de diferente género musical, hablo de Serrat interpretando la Zamba del Grillo con los Chalcha; de Sabina cantando y provocándose con la Chabela Vargas; de ambos pájaros, Sabina y Serrat, hermanados en la ironía de buen nivel que caracteria a sus recitales; de la increíble Mercedes Sosa sobrevolando sus ancestros y abriendo el abanico de su voz en todas las direcciones del viento, del tiempo y de las latitudes. 
Los ejemplos se multiplican. Se trata de un pasado que la gente no quiere que se vaya. Más aún, quieren que vuelva.
Quieren que vuelva más allá de la música, que vuelva con su apego por la cultura, con su rebeldía, con su práctica solidaria.
La gente prefiere aquellas universidades encendidas, tumultosas, dedicadas a una búsqueda permanente, muchas veces poco prolija, pero consecuente y comprometida.

Es como que los Stones rodando, desenrollaron un calendario, una especie de caleidoscopio musical, social, político atemporal. 
Permanente, por suerte. Para que no desfallezcan las esperanzas.

Eso sentimos y decimos hoy, Desde El Mangrullo.
Febrero 13, 2016.


 

21 Cócteles Fatales

La palabra cóctel significa “mezcla”, combinación de dos o más especies para lograr un efecto suma.

El origen de la palabra lo refiere principalmente a la elaboración de una bebida mezcla.: “ Hubo hace algún tiempo, un establecimiento en el puerto de San Francisco de Campeche, México, donde vendían unas bebidas, mezclando dos o tres tipos de aguardientes con jugos de frutas, las cuales por su colorido se llamaban cola de gallo, las que empezaron a tener rápidamente aceptación entre los visitantes. Los extranjeros de habla inglesa, traduciendo, los llamaban ´cock tail´ (cola de gallo) y de esta manera se empezó a internacionalizar la palabra desde los Estados Unidos, que es donde se originó la costumbre de beber los cócteles. Se crearon modelos de vestir con ese nombre y sobre todo, se estandarizó la hora del cóctel.”

Hace algunos años yo trabajaba en un grupo al cual se nos solicitó un informe sobre el peligro de consumir “bebidas energizantes”, dado que se habían comprobado algunas intoxicaciones dudosas, en varios jóvenes.

Nuestro análisis de composición nos reveló que se trataba de un cóctel integrado por una cantidad máxima (admitida por el Código Alimentario) de Cafeína, con alguna proporción de Taurina y Guaraná, (extracto amazónico), azúcar o edulcorante, Vitamina C, saborizantes, Acido Pantoténico, Fosfato Monopotásico y agua carbonatada..

Son bebidas que cumplen con las exigencias de los Códigos, y útiles por su efecto, en personas que requieren disponer de un plus de energía en determinados momentos, por ejemplo, choferes de ómnibus o camiones en viajes largos.

SIN EMBARGO, nuestro informe agregaba que consumida junto a bebidas alcohólicas se generaba un cóctel letal. La razón es muy simple: el estimulante propone al organismo empuje, el alcohol, que es por naturaleza depresivo, propone lo contario. El cuerpo recibe órdenes químicas contrapuestas, y puede enfilar para cualquier lado, incluido, en caso extremo, a un paro cardíaco.

Hace algunos días el inefable Cacho Castagna en un sincero reportaje contaba los efectos letales que le causó el consumo de cocaína, y decía que además del efecto propio le promovía el deseo de tomar alcohol y de fumar, todo junto. Así fue aniquilando su organismo, el cual sobrevive deteriorado por semejante cóctel.

Una vez, hace muchos años casi tumbé a un amigo riojano, buen bebedor de vino y whisky, que me visitó en Venezuela, cuando bebimos un exquisito cóctel elaborado con Ron añejo y jugo de parchita (pasionaria). Sin saberlo había organizado una mezcla suma de dos elementos depresivos. Mi amigo durmió casi 24 horas para salir del aturdimiento.

En la vida institucional de los pueblos y de las empresas también se producen cócteles fatales. Uno de los más extendido es el que combina la ineptitud con la corrupción. En este caso ambos componentes son negativos, pero su suma es letal.

En una editorial anterior contábamos cuando las grandes corporaciones internacionales habían llegado a la conclusión de que el único negocio fuerte que quedaba era apropiarse de los Estados y de todos sus negocios, que no son pocos. Para tal propósito concluyeron que para lograr ese objetivo debían convertir a los partidos políticos, cualquiera sea su ideología, en verdaderas empresas, con sus gerentes ocupando los puestos estratégicos.

Aquel fue el tentador cóctel con el cual se convidó a los invitados.

La ineptitud se hace necesaria para garantizar el control. Los inteligentes y los bien preparados suelen tener ideas propias. La corrupción es el sobresueldo que compra almas y decisiones.

Antes de la caída del Muro de Berlín los bloques políticos se disputaban los países para alinearlos en ejes ideológicos y estratégicos, luego todo se volvió corporativo, en otros términos.

Resuena la frase de Clinton: “es la economía, estúpido….”

Esto es lo que hoy contamos y lamentamos, Desde El Mangrullo.

Febrero 20, 2016.


22 El oficio de la palabra

Es como que a veces caminamos la historia en sentido inverso.

Los pueblos primitivos trataron de expresarse entre sí y hacia nosotros (su futuro) al principio, como podían, mediante imágenes, por ejemplo.

Arduo trabajo ha costado descifrarlos, quedando algunos en la sombra de la incertidumbre.

Cuevas, cavernas, rocas importantes en nuestras propias serranías están pobladas de imágenes talladas con esfuerzo y prolijidad por nuestros pueblos originarios.

Algunas culturas desarrollaron estructuras más complejas, llamadas jeroglíficos que encadenaban ideas formando frases elementales, por ellos bien comprendidas.

Dos culturas muy distantes entre sí se destacaron por ese formato de escritura: la egipcia y la maya.

Es obvio que tal complejidad de idioma no era de uso social: solo podían practicarla los “destacados”.

Dos culturas milenarias desarrollaron complejos idiomas llamados “ideogramas”, una especie de composición entre pictografías y jeroglíficos. Se destacan la utilizada por los chinos y la de los japoneses, ambas con parentesco en sus orígenes.

Cuentan por ahí. Exagerando solo un poco, que a los japonesitos les costaba casi 15 años dominar la lectoescritura basada en los ideogramas. De ese modo la escolaridad se volvía tardía, cuando le llegaba el turno a las matemáticas, a la física, a la química, ya estaban superando la edad productiva.

Difícil competir de esa manera en el mundo de la tecnología.

Tan fuerte era esa cultura que cuando se comenzaron a utilizar las primeras computadoras las cajeras de los supermercados revisaban las sumas con el legendario ábaco.

Pueblo inteligente y sagaz supo que si querían competir debían reemplazar su complicado idioma por algo más simple y práctico. Obviamente, optaron por el inglés. Desde allí todos los japoneses jóvenes se comunican en inglés. Y en ese idioma estudian y desarrollan la ciencia, la tecnología y la cultura. Los ideogramas pasaron a formar parte de un nostálgico folclore custodiado por los ancianos.

En nuestras latitudes utilizamos uno de los idiomas más ricos en expresiones, sinónimos y construcciones literarias: el castellano, el spanish, como se dice por ahí. So origen latino lo relaciona con cierta facilidad con otros parientes cercanos: el italiano, el francés, el rumano, pos solo citar algunos.

Con esa estructura idiomática, frases y oraciones, sujeto y predicado, sustantivo, adjetivo, españoles y latinoamericanos creamos una literatura respetada por el universo humano. Poetas, novelistas, ensayistas, poblaron la galería con premios de todas las categorías. Discursos inmortales siguen resonando en acústicos salones del mundo, con palabras que hilvanan meticulosamente los recorridos de la lógica o la necesaria precisión de los teoremas o axiomas.

La palabra ha sido sin duda el instrumento más preciado que posibilitó el conocimiento y el saber.

Leer y escribir, después de respirar, es el oficio primero de la vida. Con paciencia y dedicación madres y maestras nos enseñaron desde la primera infancia el arte de expresarnos, comunicarnos y entendernos.

Cuando por necesidad o distracción recorro facebook, o cuando reviso los mensajes del WhatsApp, o cuando miro buscándole el sentido a algunos videos televisivos, a veces, incluso, propagandas, veo un idioma poblado de imágenes desconectadas, cuya lógica y significado queda restringida al grupo o a la elite que lo ha convenido.

Verdaderos ideogramas sin contenido comprensible para el colectivo: un idioma para pocos, para iguales, solo para pares.

Cierto es que a veces un emoticón se constituye en un cálido mensaje suficiente.

Pero el poderoso instrumento de la informática y de las nuevas tecnologías de la comunicación deben ser el vehículo de la palabra, de ese idioma que nos permite a todos comunicarnos con todos, y todas. Sin exclusiones.

El retorno a los jeroglíficos o a los ideogramas, no es un avance, es un retroceso cercano a las cavernas.

Eso pensamos y decimos hoy, Desde El Mangrullo.

Febrero 27, 2016.


23 Los Viejos Oficios

Mi abuelo paterno era italiano, de la zona de Asti. Integraba una familia de hacedores de vinos espumantes.

Vivió hasta 1891 en Calliano de Asti, un pueblito de 4000 habitantes.

La hambruna y falta de trabajo expulsaba a los italianos, a finales del siglo XIX, de su tierra. Partían en barcos, con una carta del rey que pedía fueran recibidos en cualquier país.

Llegó a la Argentina al año siguiente. Junto con un hermano y una sobrina de sangre con la cual se casó y tuvo 4 hijos.

Conocedor del tema, compraba vagones tanque de vino en Mendoza y los fraccionaba y vendía en Buenos Aires, con marca propia. Amasó así una pequeña fortuna.

Mi abuelo materno, español, andaluz, para ser más exacto. Llegó a la Argentina por la misma época, siendo niño todavía  fue a parar a San Juan. Allí regaba quintas y podaba vides.

Luego se lo tragó Buenos Aires. Se hizo ferroviario. Maquinista. Conducía el tren a vapor que unía a la Capital con Zapala. Tuvo 7 hijos. Tres varones (todos ferroviarios) y cuatro mujeres.

 

Uno de mis tíos, no recuerdo cual, manejaba el tren presidencial de Perón. Obviamente, todos eran peronistas de la primera hora.

Mi padre heredó varios oficios. Sabía hacer vino. Faenar un cerdo. Armaba parrales de madera Construía excelentes hornos de barro, bien criollos. Y era un estupendo cocinero. Pese a que la vida lo llevó a ser comerciante.

Si algo lo caracterizaba era hacer la huerta. Nunca estuvo sin tener una huerta. Ya de viejo, vivía en un piso 8 en el centro de Córdoba, y desde allí veía que en el medio mismo de la manzana de enfrente había un espacio como abandonado, cercado por los edificios. Ubicó a quien pertenecía, un negocio de calzado. Solicitó lo autorizaran y consiguió armar allí una huerta que se hizo famosa entre los comerciantes de la cuadra. No le importaban los productos, los repartía gustoso. El era feliz trabajando la tierra. Ancestros, que le dicen.

A mi me tocó integrar una generación bisagra, cuyas preocupaciones poco tenían que ver con aquellos oficios. La Universidad era nuestro desafío de nietos de inmigrantes.. Y poco a poco nos fueron ganando los valores intelectuales mientras padecíamos cierta incertidumbre existencial. No sabíamos muy bien cual era nuestro verdadero lugar, y arrastrábamos muchas contradicciones en el alma.

En aquellas familias los viejos oficios ocupaban parte de la vida. Madres e hijas leían Para Ti y Vosotras y compraban puntualmente la revista Labores. No faltaba la máquina de coser singer y la de tejer knittax. Diseñaban y se hacían su ropa. Agrandaban o achicaban según los cambios del cuerpo o de la moda. Leían novelas de amor y Selecciones del Reader Digest.

Yo, estudiante ya en la universidad,  volvía los fines de semana a la casa y me molestaba un poco toda esa cháchara hogareña poco trascendente, poco ligada a los nuevos asuntos que me ocupaban: el cálculo infinitesimal, la física cuántica y la astronomía,

Sin embargo, en los tiempos difíciles, los viejos oficios, de algún modo inscriptos en la genética, serían los salvadores de la vida y del alma. Preso político durante dos largos años sobreviví trabajando con las manos para que la cabeza no se deprimiera. Con cualquier material y con cualquier objeto vuelto herramienta hacíamos cosas. En los ratos libre leíamos filosofía o literatura.

Una vez afuera la cosa continuó. A Horacio y a mí los militares nos echaron, el mismo día, de nuestros cargos docentes en la Universidad. A él por comunista, a mi por peronista. Qué ironía.

Nos convirtieron en exiliados internos hasta que logramos salir y volvernos exiliados en serio.  Horacio era un sobresaliente físico, con mucho dominio de electrónica. Yo también era físico, y me parecía más a un carpintero. Comenzamos a fabricar juguetes para sobrevivir. Organitos electrónicos, casitas de luz y mueblecitos y ropita para las muñecas. Era como retornar al Para Ti, al Vosotras y sobre todo a la Labores.

Lo que más nos costaba y hería era salir a venderlos.

Nuevamente las manos salvaban a las desencontradas cabezas.

Horacio, mendocino de origen, extrañaba su terruño, hizo varios intentos por regresar. Pero ganaron las distancias y el desencuentro, un día, complicado en Canadá resolvió solicitar la nacionalidad australiana, y allá se fueron, él, María y sus chicos. Nunca regresaron.

Yo permanecí 14 años en Venezuela y logré sintetizar todos mis oficios. Dicen que en la tierra fértil  no hay planta que no crezca. Ese país y su realidad significaron mi salvación profesional. Pude ejercer plenamente todos mis oficios, los profesionales adquiridos, y también los ancestrales. Pero es una historia muy larga, y llena de detalles. Será para otro día.

Solo quiero rescatar a los viejos oficios, que eran los que eslabonaban a las generaciones. Era lo que se trasmitía, aún con el desencuentro cultural que nos condicionaba.

Durante la práctica de los viejos oficios la gente hablaba, se comunicaba;  se contaban historias y sucesos, mientras se enseñaba a los menores el arte que las manos desarrollaban.

Hoy pienso: revistas como Para Ti y Vosotras (a las cuales entonces miraba con menosprecio) no eran pura vanidades como algunas de las actuales. En aquellas hasta estaban las recetas de cocina. Y traían como suplemento los moldes para costura y tejidos que proponía la moda estacional.

Saltemos ahora medio siglo. Aquí estamos, penetrados e invadidos por las nuevas tecnologías, conectados con tal velocidad que no tenemos tiempo de decir las cosas que queremos. Contradictoriamente poco comunicados  Sin embargo, esas tecnologías son una herramienta descomunal si lográramos emparentarlas un poco con la filosofía de los viejos oficios, esos que nos congregaban por encima de nuestras ocupaciones, y nos permitían unir las manos con la mente.  Unir las manos con la mente, de eso se trata.

Como sucede con la vendimia, que año a año, reúne nuevamente a los hijos, a los nietos y bisnietos, cualquiera sea su actividad cotidiana, para juntar la uva, en aquella región de Asti, donde nació mi abuelo.

Esto recordamos, sentimos y decimos hoy, Desde El Mangrullo

06-03-2016


24 Una de realismo mágico

Mi amigo Luis Cárdenas Castillo nació en un pueblito del occidente venezolano, sobre las costas del Estado Falcón. Su madre, casi soltera (nunca supimos bien la historia del padre) crió varios hijos propios y algunos ajenos. Una luchadora. Nacer y vivir en un conuco (1), en Venezuela, es sinónimo de pobre. Posiblemente una pobreza digna, sin carencia de alimentos. Pero pobreza extrema.
Por alguna razón, esa madre luchadora, con sus hijos, emigraron un día hacia Caracas. Allí logró organizar una pensión para estudiantes, y fueron prosperando.
Algunos de sus huéspedes integraban las guerrillas de los 60´ que tenían epicentro en la Universidad Central de Venezuela. Un mal día las fuerzas represivas allanaron la pensión de los Cárdenas y a la mamá se la llevaron presa. Estuvo 5 años encerrada en la prisión de El Dorado, una de las más famosas y crueles de Venezuela.
Luis y sus hermanos lograron huir, y terminaron refugiados en Rumania.
Allá cursó una ingeniería metalúrgica que le permitió luego hacer un doctorado en Italia. Tremenda parábola generacional: nacer en un conuco y doctorarse en Europa. No tuvo ni tiempo de asentar los ladrillos de una cultura organizada, pero su inteligencia, sentido de la supervivencia y grandeza humana le permitieron adaptarse bien a las nuevas realidades que encontró a su regreso al Caribe. 
En Rumania se casó con una rumana tranquila y sensible que supo afrontar y sobrellevar el calor y el machismo del Oriente venezolano, y criar a sus hijas en ese medio duro que son los asentamientos mineros e industriales. Vivían en Puerto Ordaz, a orillas del Orinoco, en el poderoso Estado Bolívar, donde se obtiene y produce el acero, el aluminio, el oro y los diamantes. Luis era profesor en el IUPEG (Instituto Universitario Politécnico Experimental de Guayana) y dirigente docente con acentuada formación de izquierda. Un revoltoso noble y respetado por muchos.. 
Fue mi socio en los primeros proyectos tecnológicos que desarrollamos en esa región., Un excelente amigo (siempre alegre y cordial) y un gestor, conocedor de la zona y de la gente. Algún tiempo después fue designado Rector de la flamante Universidad de Guayana, hacia la cual derivó el viejo IUPEG.
Realismo mágico, solía yo decirle: saltaste en una sola generación desde el conuco al rectorado. Como buen venezolano le encantaba el humor, además: las canciones de Cafrune y las reflexiones de Facundo Cabral.

Si es cierto lo que dice la física, que definidas las condiciones iniciales del disparo, se puede determinar la trayectoria, Luis debe ser ahora un respetado dirigente bolivariano de la industria metalúrgica de aquella región. Vaya hacia él mi cariño y mi saludo, le debo un montón de horas alegres y solidarias que siempre supo brindarnos, en esas noches tórridas de Puerto Ordaz, cuando terminada la jornada, salíamos a respirar la brisa tibia (pero brisa al fin) que venía del Caroní, mientras bebíamos cervezas muy heladas acompañadas de arepitas y empanaditas de cazón, y disfrutábamos el espectáculo de las bailarinas dominicanas (hermosas) que dirigía un argentino, en un teatrito bar de esa áspera ciudad campamento.

Solo esto quería contarles hoy, Desde El Mangrullo.
Marzo 12, 2016.

(1) Conuco: Parcela pequeña de tierra o huerta destinada al cultivo, especialmente de yuca; suele estar administrada por un único agricultor. Muchas fueron otorgadas en una vieja reforma agraria que alguna vez legisló Venezuela.


 

25 De muertos y desaparecidos 
La historia de los hermanos Fernandez Palmeiro

Año 1972. Argentina. Cárcel de Villa Devoto. Desde el pabellón 41 al 48 estábamos los presos políticos. En ese momento, allí, éramos alrededor de 200. Sumando a todos los encerrados en diferentes cárceles del país, nos aproximábamos al millar.

En el Pabellón 42 estaba detenido Víctor Fernandez Palmeiro, el cual, junto a su compañera –libre- integraban mandos altos de la organización Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Desde jóvenes, la pareja, militaba en grupos trotskistas, panfleteando en las puertas de la fábricas del cono urbano bonaerense. A fines de los 60´se sumaron a la guerrilla conducida por Mario Santucho.

Víctor, alias el gallego, era hijo de un matrimonio de aquel origen que trabajaban de porteros y administradores de un pequeño edificio porteño. Tenía un hermano algo menor, Gonzalo, que lo amaba y admiraba.
Gonzalo era todo lo opuesto a un revolucionario. Callejero de los duros, vivía de vender cubiertos truchos a los automovilistas en la Avenida Del Libertador, frente al Automóvil Club. Un busca total, educado a pura selva, en las calles ásperas de Buenos Aires.

No eran físicamente muy parecidos. Solo los identificaba y unía, como hermanos, ese amor fuerte y solidario de apoyarse mutuamente, en la infancia cruel de las calles.
A Víctor lo atrapó el pensamiento e ideología revolucionaria de aquellas décadas. A Gonzalo solo le interesaban los mangos y la vida fácil. Las minas. Y un poco de marihuana o cocaína los fines de semana.

Algunos dicen que el ERP le puso plata. Otros que lo hizo de puro amor por su hermano.

Lo cierto es que un buen día Gonzalo se vistió de traje y entró a visitarlo como abogado, con alguna credencial trucha, supongo. Los abogados eran los únicos que tenías acceso físico con los detenidos y les permitían reunirse en un ambiente relativamente reservado.

Allí cambiaron sus ropas, y se fue Víctor, Gonzalo se quedó en su lugar.

Las autoridades carcelarias tardaron dos días en detectar el cambio.

Fue un golpe colosal que le aplicaron a la Política de Seguridad de Lanusse, por entonces Presidente.

Los abogados de Gonzalo adujeron que lo hizo por amor filial, no pudieron acusarlo de nada. Pero quedó detenido a cargo del Poder Ejecutivo hasta la amnistía decretada por Cámpora en el 73´.

La vida de Gonzalo en la cárcel fue terrible. Para él y para todos. Indisciplinado. Rebelde. Individualista. Cargaba con todos los vicios acumulados en 30 años de calle.
Si los peronistas del Pabellón 46 –más humanos- no lo hubiéramos protegido, la aristocracia marxista leninista del Pabellón 42 le hubiera hecho un juicio revolucionario anticipado.

Gonzalo, sintió la protección. Y allí nomás se hizo peronista. Así eran esos tiempos.
Muy confidente conmigo, me fue contando todos los detalles de su vida, que como ya lo dije, fue dura y áspera. Mi hermano es otra cosa, me decía siempre. Lo admiraba.
Yo conversaba mucho con él, lo calmaba, lo aconsejaba.
Poco a poco se fue adaptando la las reglas y códigos de esos tiempos.

Pocos días antes de la amnistía de mayo del 73´reapareció Víctor, en la calle, matando de certeros balazos, desde una moto, al Contralmirante Hermes Quijada, uno de los responsables de la masacre de Trelew, que se trasladaba en un auto. En el atentado murió también Víctor, acribillado por el guardia.
Fue presuntamente un golpe desesperado del ERP para que el peronismo no se quedara con todo el rédito de la libertad de los presos políticos.

Yo tuve que evitar, cuando supo la noticia, que Gonzalo, sintiéndose culpable por haberse prestado a aquel cambio, se partiera la cabeza golpeándose contra las paredes de un baño.
Pasó horas llorando de manera inconsolable. Allí supe que el cambio no había sido por dinero, fue solo por amor y admiración de hermano fallido.
………………………………………………………

Unos meses después de la amnistía Gonzalo vino a verme a Córdoba para contarme que con la ex de su hermano habían decidido formar una nueva organización: el ERP 22 de Agosto, con tendencia más cercana al peronismo. Había decidido reemplazar a su hermano en la causa revolucionaria.
Estás loco, le dije, tu no eres para estas cosas….vuelve a tu vida, a tu mundo… terminará muy mal si te metes en esto.

Fue una triste profecía de mi parte. Pocos meses después, en los medios, se informó que se lo encontró muerto por disparos de arma de fuego en una habitación de un hotel porteño.

Hubo dos versiones sobre su asesinato: una, que fue atacado por la Triple A . Otra: que había sido ajusticiado por sus compañeros cuando trató de huir de la organización con un millón de dólares producto de algún asalto o secuestro.

Solo puedo recordar y decir, que dentro de todo su desencuentro individual y social, era un tipo noble, generoso, y jugaba al futbol como un campeón.
Era un ser querible. Por eso siempre tratamos de protegerlo. Pero no lo logramos.

Esto quise contarles hoy, Desde El Mangrullo
Marzo 19, 2016.


 

26 La teoría de las dos violencias.

Esta suele ser una teoría repetida por quienes quieren ver, en el comienzo de las décadas violentas de los 60´y 70´ , como responsables de todo lo que sucedió después, a los jóvenes activistas y guerrilleros que, primero en centenas y luego en millares fueron protagonistas de las luchas, sociales, políticas y militares en esos años, en Argentina y en otros países cercanos, como Uruguay y Chile.
De forma que la violencia extrema llevada a cabo por el poder militar, pueda ser interpretada como una “respuesta”, y no como una acción asesina.

Tendenciosamente se quiere indicar que el comienzo de la violencia en nuestro país fue la muerte de Pedro Eugenio Aramburo, en manos de Los Montoneros, en 1970.

Para el pueblo peronista –al que nunca le faltaron víctimas- Rojas y Aramburo sintetizaban la responsabilidad de la masacre popular iniciada el 16 de junio de 1955 con los bombardeos a la Plaza y Avenida de Mayo, en los cuales murieron más de 500 trabajadores. Continuada con las acciones desmedidas de la llamada Revolución Libertadora de septiembre de ese mismo año para derrocar a Perón, que además de centenares de nuevos muertos, dejó como saldo a miles de perseguidos por varios años. Y si algo faltaba para completar ese cuadro de violencia oficial se debe agregar el fusilamiento, sin juicio previo, del General Valle y sus compañeros, en los suburbios de León Suarez.

El pueblo peronista no hubiera perdonado a Los Montoneros que Aramburo quedara con vida. Esto es muy duro, pero es así. Nosotros lo vivimos.

Agreguemos un dato: en los 60´ no existía la democracia. Ni el triunfo de Arturo Illia en el 63 fue un resultado democrático. En esa elección fueron mayoría los votos en blanco que emitía el peronismo proscripto.

Si nos corremos un poco del peronismo y analizamos el campo popular completo, la realidad mostraba que no existían canales para que la juventud participara en nada. Cualquier protesta era caratulada de “comunista” y decididamente reprimida. Tolo lo que los jóvenes querían resultaba ilegal para el sistema.
Paralelamente los militares se peleaban entre si: Azules y Colorados llegaron a las armas en más de una ocasión, por ejemplo para derrocar a Frondizi. En las policías sucedían cosas parecidas: a tiro limpio resolvían internas Federales y Provinciales en pleno Parque Sarmiento de Córdoba.
El panorama se complicó aún más cuando Onganía y los “cursillistas”, en nombre de un nacionalismo oligárquico, clerical y de derecha, derrocó a Illia, e inició el período más cruel de la historia argentina.

Toda expresión democrática fue disuelta. Los centros de estudiantes y gremios que no pactaban fueron declarados ilegales y sus dirigentes perseguidos. En las luchas estudiantiles de Córdoba tuvimos nuestro primer mártir: Santiago Pampillón.

El pueblo se expresó en forma violenta a través de El Cordobazo, el Rosariazo, y el Viborazo, y recibió una fuerte cuota de represión. Los gremios combativos se multiplicaban. La CGT superó su conducta negociadora y se plegó a las luchas populares.

El peronismo combativo desplazó su accionar en concordancia con las nuevas izquierdas nacionales que surgían. La iglesia se dividió: surgió la corriente del cristianismo de liberación. En las fuerzas armadas existían diferencias, pero el espíritu de cuerpo se imponía y se expresaba monolíticamente con la represión.

Durante varios años respiramos gases lacrimógenos y recibimos palos, hasta que alguien seguramente pensó y dijo: “Esto no va más: hay que armarse.”

Esa afirmación fue una especie de sentimiento colectivo, generacional. Y comenzaron a brotar las células guerrilleras, de diverso origen, género y objetivos. Y comenzaron a sucederse las acciones armadas. Si a esto se le quiere llamar la “segunda violencia” puede ser aceptable, pero nunca entenderla como la “primera”. Eso debe quedar claro: la generación de los 60´no se alzó contra un régimen democrático y legal. Se alzó contra la prepotencia represiva y violenta instalada en el poder.

Los años siguientes son historia conocida. Las organizaciones armadas cada vez más fuertes y osadas, los militares jugados a una salida “democrática” que incluyera al peronismo sin Perón, y consolidando adentro de sus líneas la doctrina anticomunista, alineada con la teoría de la “tercera guerra mundial” y la formación de un bloque anticomunista, impulsada desde Europa por Giscar D´Estaing y compartida por los EE.UU.

La jugada estratégica les salió mal. Volvió Perón e impulsaron con Cámpora el Socialismo Nacional, que podía mantener la alianza popular alcanzada.
Las contradicciones internas, sumadas a la precaria salud de Perón y su pronto deceso impidieron ese proceso. La “segunda violencia” se fue borrando y se fue consolidando ahora una sola, con un propósito muy claro: aniquilar a las fuerzas combativas, armadas o no, del campo popular. Primero lo hicieron con la Triple A, durante el gobierno de Isabelita, y luego, con el golpe del 76, sin careta ni maquillaje, asesinaron todo lo que admitiera la más mínima sospecha de militancia.

Debe quedar bien claro: desde el 76´hubo una sola violencia: la de un Estado asesino, que trató de justificar su barbarie, en nombre de aquélla ideología fanática, antidemocrática, antipopular y de espaldas a los interesas nacionales y sociales de nuestro país.

El saldo fue tremendo: 30.000 muertos y desaparecidos, la economía desnacionalizada; la deuda externa multiplicada en un factor 8 y dos generaciones anuladas por el terror, impedidas de pensar libremente y sin prejuicios.

La democracia de 83´ trajo un aire de libertad y participación, pero no logró instalar una mística comprometida con los valores y códigos que debieran conducirnos.

Esa tarea está pendiente.

Esto queríamos decirles hoy, Desde El Mangrullo.
Marzo 24, Día de la Memoria, 2016

 


27  La historia de Junquito Plumerón

Capilla del Monte, verano del 67´.

Ella se llamaba en realidad Silvia Bustamante. Y pertenecía a una de esas familias que solían pasar sus vacaciones veraniegas en nuestro pueblo. Yo la conocí de pequeña, cuando todos éramos niños. La recuerdo inquieta, movediza, no linda, pero sensual: piel dorada bronce, oscura, ojos marrones.

En ese verano del 67´ yo tenía 25 años. Salía maltrecho y descreído por las luchas estudiantiles en la Universidad de Córdoba. Necesitaba reflexionar, porque el horizonte y los anuncios pintaban oscuro el futuro inmediato. Me faltaban 4 materias para recibirme de licenciado en física. Me había salvado de la expulsión luego de dirigir una huelga que duró un año. Con movilizaciones de acompañamiento.

Ella llegó al pueblo al comienzo del verano, descalza, con una flor pintada en la mejilla, y un poco de sombra en sus ojos. Se presentó con un nuevo nombre: Junquito Plumerón. Su mirada había adquirido calma, y su sonrisa, breve, era permanente. La acompañaba Pipo el de “Ayer nomás”, que muchos coreábamos acompañando a Los Gatos, que estaban apareciendo en escena. Muchos queríamos subirnos a La Balsa.

Venían con un propósito: fundar una colonia hippy en Capilla mismo o en San Marcos Sierras. Soñaban con una colonia autoabastecida, imposible de pensar en las ciudades. Contaban y explicaban su inverosímil proyecto, que nunca pudo concretarse, porque la ciudad venía con ellos.

Yo era, al comienzo, solamente un observador expectante, no comprometido. Andaba en otras causas. Pero casi todas las noches nos encontrábamos en el bar de copas de mi amigo Juanjo, que se llamaba Nova, y allí discurríamos. Hablábamos de la paz que ellos proponían mediante una organización independiente del sistema, del ejemplo que se desarrollaba en California, de la imposibilidad de “hacer algo” en Buenos Aires, antes de decidir venirse a estas serranías.

Yo no creía en el modelo que proponían, pero comenzó a gustarme Junquito.

La atracción fue mutua, y días después Pipo bailaba solo arriba de una mesa, mientras Junquito y yo nos íbamos a dormir en la carpa que tenían junto al río. Casi de día ya, llegó Pipo, saludó, pidió permiso y se echó a dormir una borrachera triste que había alcanzado en su soledad. Pero nunca se quejó. Aceptó a la nueva sociedad.

Los triángulos amorosos son complejos. Y si son cuadriláteros, peor. El cuarto vértice lo ocupaban “los chicos del río”, una pandilla humilde, de edades entre 7 y 12 años, que habitaban la zona del Calabalumba, y que adoraban a Junquito, y la protegían permanentemente. Ella les enseñaba a leer y a pintar, ambas cosas las hacía muy bien.

El pueblo, ofendido por semejante desafío, la acusaba de hereje, y de prostituir a los niños. Es muy difícil ser diferente, sobre todo en pueblo chico. La condenaron sin conocerla: descalza, y con una flor pintada en la cara era suficiente. El resto era pura imaginación pueblerina.

Yo conseguí una casa en las afueras del pueblo y nos fuimos a vivir juntos. Días de mucho amor y descubrimientos. “Mira lo que nos ha traido el pintor loco…”, le gustaba exclamar cada vez que el atardecer vestía de rojo al cielo capillense.

Yo la veía hablar con una flor o con un bicho…pero sabía que no estaba loca.

Mi vestimenta totalmente normal contrastaba con su figura.

Ambos sabíamos que habitábamos mundos diferentes, y que la convivencia no duraría mucho. Me decían que mi madre lloraba ante sus amigas, por mi destino. Un domingo la llevé a almorzar a casa de mis padres, se acabó el conflicto. Era indudable que si algo sabía hacer Junquito, era despertar el amor. Mi padre, que siempre fue solo buenazo la recibió en su corazón. Mi madre, siempre algo desconfiada, solo la aceptó.

Al día siguiente, del negocio de mi padre, nos llegaron varias cajas con provisiones.

Duró tres o cuatro meses la convivencia. Antes de finalizarla, fuimos juntos a Córdoba, yo debía rendir dos materias. Nos instalamos en un apartamento que yo compartía con cuatro amigos. Creo que todos se enamoraron de Junquito. Terminados exitosamente los exámenes volvimos, pero pasamos una noche en el Observatorio Astronómico, situado en Alta Gracia. Estaba allí uno de los más destacados astrónomos que teníamos: el Dr. Sersic, junto con sus ayudantes. Todos quedaron atrapados por sus ojos marrones, su sonrisa y el deseo infinito de ver el universo. Pasamos toda la noche con el telescopio, tomando café y hablando de todo. Al amanecer volvimos a nuestro refugio.

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Poco tiempo después nos separamos. Cada cual debía continuar su vida. Yo volví a Córdoba, a terminar mi carrera y ella se puso a construir el rancho donde viviría. La ayudaban los chicos del río, que siempre me miraban con celos y desconfianza. Hubo decenas de anécdotas, que no cuento porque seguramente son solo accesorias.

Siempre estaban cercanas las alucinaciones. Junquito se castigaba a veces, con anfetaminas de la época, yo nada, un poco de alcohol, y punto.

………………………………………………………..

Pasó un largo año. Volví a Capilla el verano siguiente. La encontré a Junquito de casualidad en una noche de bar, y me dijo: debes leer lo nuevo que escribí. Era ya tarde, de noche. Yo había bebido algunas copas con los amigos y estaba ya casi de resaca. Nos fuimos a su nuevo rancho, que estaba muy bonito, me entregó su cuaderno y se echó a dormir en una hamaca. Leí sus escritos a la luz de una vela. Realmente escribía muy bien, todo lo que expresaba era bello, y ahora menos alucinado. Como a las 5 de la madrugada se me partía la cabeza. Salí en busca de alguna aspirina y como no encontré nada abierto, me fui a mi casa.

La noche siguiente estaba yo con amigos en una mesa de El Kaylo, otro boliche capillense, y Junquito en otra mesa con un muchacho desconocido. Se acercó a nuestra mesa y luego de chicanearme con que la noche anterior “la había abandonado”, nos dijo: nos vamos con mi amigo a La Falda…quieren venir? No, les respondimos. Y se fueron.

Regresando de La Falda, de madrugada, se estrellaron contra un árbol en la “curva de la muerte” que existía por ese entonces cerca de Villa Giardino. Murieron los dos.

El era un viajante de Buenos Aires, dejó una viuda y dos hijos.

La muerte de Junquito consternó a la misma sociedad que la había condenado. La velaron en casa de unos parientes lejanos que ella tenía allí. Todo el pueblo pasó ante su cuerpo. Los niños del río hicieron una guardia de honor.

Yo no quise participar de ninguna formalidad. Bebí tragos y le preguntaba al pintor loco el porqué de semejante tristeza y culpa absurda que me invadía…. Me resonaban las palabras de la noche anterior: …”me abandonaste…”   Yo sabía que nos habíamos abandonado mucho antes, por perseguir quimeras diferentes.

Pero el dolor profundo era inevitable. Dicen algunos que esa fue la razón que me alejó, casi definitivamente, de mi pueblo de la niñez. No lo sé.

Esa noche, solo y abandonado en una mesa, le escribí un poema despedida y lo pegué en una de las paredes de Nova.

Traté de conseguir su famoso cuaderno. Imposible. Los chicos del río se llevaron todo como un tesoro que les pertenecía. Y era verdad.

En algún rincón oscuro estará, como un misterio más.

Decidí volver a Córdoba, consciente de que ahora si partía definitivamente hacia otros rumbos.

Nunca escribí esta historia, lo hago ahora, con las penas atenuadas por los años, en memoria de Junquito Plumerón, la dulce y tierna Junquito.

Esto quise contarles hoy, Desde El Mangrullo.

Valle de Anisacate, Marzo 26, 2016.

 


 

28 El Uritorco y el comienzo de la mística?

Estábamos dejando la adolescencia. Andábamos por los 18. Entre muchas otras inquietudes se nos dió por la astronomía. Daniel Moyano, que por entonces no era mi cuñado (ni tampoco había sido todavía un desaparecido), había logrado que su padre, marino, le trajera un hermoso telescopio de los EE.UU. Pequeño, pero nos permitía distinguir loa anillos de Saturno y ver los satélites de Júpiter. 
El Observatorio de La Plata nos había mandado un atlas celeste que nos permitía reconocer las constelaciones, ubicar estrellas y diferenciarlas de galaxias y cúmulos estelares. El telescopio nos permitía diferenciarlas. Nos sentíamos sabios.

Un domingo por la tarde, a eso de las cinco, llegó corriendo una vecina a los gritos: cayó “algo” en Las Gemelas… apuntamos el telescopio y efectivamente, veíamos una luz en la punta misma de la gemela derecha.

Se armó la expedición: Monir Addur (nuestro maestro); un porteño cuyo nombre no recuerdo, Oscar “el gordo” Orsi y yo. Decidimos escalar derecho, por las laderas cubiertas de monte y piedra… éramos expertos en esas lides. El gordo Orsi y yo tomamos la delantera. A poco de subir, a los gritos, supimos que Monir y el porteño, regresaban, no podían con el monte. Nosotros llevábamos un machete y dos linternas. A medida que subíamos comenzamos a ver relámpagos en el sur, sobre unos lejanos cúmulos amenazantes, que anunciaban lluvia. Veíamos caravanas de autos que desde el pueblo llegaban a la base de la montaña, atraídos por la novedad.

A punto de anochecer llegamos, con cierto temor y excitación, a la cima. No se trata de un pico, la punta tiene forma de pequeña meseta. Había una pirca en la cual se encontraba un palo clavado con el fondo de una lata en la punta… miramos el ángulo y lo supimos: la luz que veíamos desde abajo era el sol reflejado en esa lata. Seguro.
De todos modos decidimos revisar el lugar e íbamos de aquí para allá con nuestras linternas. Desde el pueblo veían las luces y armaban todo tipo de teorías.
Ya nos hacían prisioneros de los extraterrestres.
Justo atrás de la pirca había una dormidera de vacas, las cuales vimos que formaban un círculo como de cien metros alrededor de ese punto, y nos miraban. No sabíamos determinar si se habían alejado por nuestra presencia o en realidad había caído “algo” allí. Buscamos un hipotético meteorito. No encontramos nada. Ni un pastito quemado. Nada.

Veíamos que los autos regresaban al pueblo, distante 6 km de la base de la montaña. Pensamos con ilusión que alguien nos esperaría para llevarnos a casa.

Decidimos regresar, pero no ya a monte traviesa sino que nos lanzamos hacia atrás del cerro, hasta encontrar el camino que procede del dique Loa Alazanes, y por él regresamos al Agua de Los Palos, en la base de Las Gemelas.
Nadie nos esperaba, y por suerte, la tormenta no llegó. Pero estábamos ampollados y maltrechos, con los brazos llenos de desgarros producidos por piedras y churquis.
Nos sentimos héroes abandonados. Pensamos en inventar una historia, pero desistimos.
Volvimos caminando hasta el pueblo. Llegamos como a las 4 de la madrugada. Yo caí en una cama y me planché.
Como a las ocho llegó la policía a preguntarme que habíamos visto. Nada, respondí, solo una lata que reflejaba el sol. Dicen que cayó un avión, me dijo el policía. Mmmm nosotros no vimos nada. 
Y para allá partió la partida policial, pero a caballo.
Tampoco encontraron nada.

Eso fue todo. Pero esta historia se proyectó por mucho tiempo con distintos formatos. Que sí habíamos visto “algo” pero que no lo contábamos. Que las luces no eran de nuestras linternas sino que nos perseguían…. Y cosas por el estilo.

Pasaron muchos años. Yo vivía entonces en Venezuela cuando apareció la noticia sobre los platillos voladores en el Uritorco…. Y los círculos quemados en varios puntos cercanos…. Y hasta un platillo que sobrevoló, acompañándolo a un demorado ómnibus de la COTIL que llegó a Capilla con el pasaje aterrorizado… y mil historias más.

En un viaje de visita que hice a Capilla, en una de mis venidas del exterior, me lo encontré en la calle a Monir Addur, que se había convertido en el referente capillense de lo extraterrestre. Nos abrazamos (había sido mi primer “maestro” en física, matemáticas y astronomía, tenía algo de genio). 
Le pregunté a quemarropa: son ciertas todas estas historias o generaron con ellas un buen marketing turístico?

Monir sonrió, y me dijo: solo te contaré una historia: hace algún tiempo vino un hindú, fuimos varios con él de visita a Los Terrones (curiosa formación arcillosa ubicada a la izquierda del Uritorco) y nos hizo cerrar los ojos y nos dijo: miren lo que hay adentro del Uritorco….y todos vimos la ciudad perdida….brillante, refulgente, antigua y moderna, despoblada…

Pocos años después Monir murió asesinado. Dicen que había cobrado una suma importante en el colegio. Dicen otras cosas. Pero si tenía un secreto, se fue con él.

Durante mi niñez y adolescencia fui 47 veces a pescar a Los Alazanes, dormíamos allá. Subí varias veces al Uritorco. Nunca sentí ninguna energía especial. Solo me llamó la atención la historia de “los chacheros” que nos contaba el viejo Luna, el cuidador del dique. Decía Luna que los chacheros eran unos hombres vestidos de negro que hablaban a través del sonido del viento en las rocas…. Que no se metían con nadie, pero todos les temían….decía Luna que creía que eran sobrevivientes o ánimas que quedaron dispersas desde las guerras montoneras…. Nunca pude saber algo más sobre ellos.

Esto quería contarles hoy, Desde El Mangrullo.
Abril 2, 2016.


29 Offshore 2

Rivadavia, Quiroga y las minas de Famatina.

Autor: Rogelio Alaniz

Hace casi ciento noventa años las minas de oro y plata del Famatina estuvieron de moda en el mercado financiero de Londres. Diarios como “The Times” y “The Sun” se referían a ellas con jovial familiaridad. Los relatos acerca del oro en las lejanas montañas de La Rioja no tuvieron nada que envidiarle a la leyenda del “Rey Blanco” que los españoles inventaron y consumieron hasta la alucinación.

La mala fe, la ingenuidad, la codicia desenfrenada y la ignorancia se dieron de la mano para instalar el mito de que en La Rioja el oro estaba abandonado en las calles. Según las historias contadas por testigos de insospechable honradez, para apropiarse de lingotes y piedras preciosas ni siquiera había que excavar en la montaña.

Un folleto que en esos días circulaba por la City londinense como pan caliente, narraba historias extraordinarias y fantásticas. Se decía, por ejemplo, que después de las lluvias el oro era arrastrado por el agua hasta los jardines de las casas. Se hablaba de que en la calle el oro se confundía con los cascotes y que el único trabajo para recogerlo era agacharse. Debajo de la hojarasca, a la vera de los caminos, entre los pastizales de los potreros, el oro yacía abandonado a la espera de que alguien fuera a recogerlo.

Los cultos ingleses consumían esas bagatelas con excitación y codicia. Los que tenían algunos ahorros se dedicaban a comprar acciones en las compañías que prometían ir al Nuevo Mundo a traer “el oro y el moro”. La fantasía duró unos meses, no más de un año. Después las cosas volvieron a su lugar. Lo obvio se impuso. Ingenieros británicos que viajaron hasta La Rioja regresaron con la noticia de que el oro no estaba desparramado por las calles y que si en las montañas del Famatina había algo parecido a eso había que montar una explotación que requería inversiones altísimas sin ninguna garantía de obtener algún beneficio en lo inmediato. Concretamente, los ingenieros ingleses aconsejaban no invertir. Según ellos, el oro era dudoso, pero mucho más dudosa era la mano de obra criolla y la honestidad de los financistas y caudillos políticos de la región.

La historia siempre nos relata episodios donde los ingleses a través del colonialismo estafan o despojan de sus bienes a los nativos. Esta es una historia donde los estafados y despojados fueron los ingleses. Bernardino Rivadavia, Braulio Costa, Manuel García y Facundo Quiroga, fueron los autores de semejante hazaña. En marzo de 1824 concluye su mandato el gobernador de la provincia de Buenos Aires don Martín Rodríguez. Su principal ministro, el poder real y efectivo de la gestión, don Bernardino Rivadavia rechaza el ofrecimiento que le hace el nuevo gobernador Gregorio de las Heras para que continúe en el cargo y viaja a Londres. ¿Su objetivo? Puede haber tenido varios, pero el principal es organizar una empresa de explotación minera con capitales británicos.

Un año antes, y en la plenitud de su poder se había sancionado una ley que promovía la formación de una sociedad en Inglaterra “destinada a explotar las minas de oro y plata que existían en el territorio de las Provincias Unidas”. Conviene prestar atención a este texto. La ley es de la provincia de Buenos Aires, pero Rivadavia le otorga alcance nacional. ¿Confusión, mala fe? No lo sabemos. Puede que haya habido un poco de las dos cosas. Puede que Rivadavia apostara a que en un futuro no muy lejano el país se organizara institucionalmente y, por lo tanto, ese decreto adquiriría validez en el acto. Puede que nuestro prócer haya pensado que los ingleses no iban a hilar tan fino e iban a dejar pasar las desprolijidades.

En ese último punto no se equivocó del todo. Rivadavia llegó a Londres y fue recibido como un héroe. Los principales diarios de la ciudad se refirieron a su llegada y ponderaron sus virtudes políticas. El hombre que unos años antes caminaba por las calles de Londres en el más absoluto anonimato, ahora era célebre y famoso. Maravillas de la prensa. También maravillas del protocolo. Rivadavia llegó a Londres con el título de “Enviado Extraordinario y Ministro plenipotenciario de las Provincias Unidas”. Mucho título y poco poder. Su investidura valía para Londres y París, naciones que aún no nos había reconocido como independientes y no nos habían reconocido, entre otras cosas, porque esto que empezaba a ser la Argentina: aún carecía de personalidad jurídica nacional.

Inglaterra no demorará mucho en hacerlo, pero a través de sus ministros no dejará de expresar su fastidio por la exagerada investidura de Rivadavia, una investidura que estaba muy por encima del modesto cargo de cónsul con el que Inglaterra había investido a Parish Robertson en Buenos Aires. En efecto, pocos meses más tarde George Canning hablará contra Rivadavia e impedirá que sea recibido por el rey Jorge IV, su máxima aspiración personal, según sus críticos.

A John Hullet, Rivadavia lo conocía desde hacía por lo menos ocho años. No le costó demasiado relacionarse con él y, mucho menos, entusiasmarlo para fundar una compañía destinada a la explotación de las minas de oro y plata. Fue así que se creó la “River Plate Minning Asociation” con un millón de libras esterlinas de capital y el propio Bernardino Rivadavia como director provisional. Ni el capital declarado ni el cargo otorgado a Rivadavia eran legítimos. Lo que importaba en todos los casos era dibujar algo parecido a una compañía seria y convocar a los accionistas para que invirtieran.

Por lo pronto, Rivadavia estaba vendiendo algo para lo que carecía de autoridad y jurisdicción. Su doble rol de representante de las Provincias Unidas y titular de la empresa estaba en abierta contradicción con la legalidad vigente. ¿Era un estafador don Bernardino? No es necesario ser tan duros en las adjetivaciones. Digamos, para ser benevolentes, que el hombre apostaba a que lo que hoy vendía de palabra, en poco tiempo lo podría avalar con el respaldo institucional de la Nación. Lo único que hacía por el momento era anticiparse a los hechos. Cuando se declare la Ley Fundamental, se convoque al Congreso Constituyente, se redacte una Constitución “unitaria” y se cree la presidencia de la Nación con su respectiva “Ley Capital”, Rivadavia estará en condiciones de respaldar con las instituciones los negocios iniciados un año antes en Londres.

Como se podrá apreciar, la operación, en el más suave de los casos, merece la calificación de desprolija. Pero además de desprolija sigue siendo ilegal y deja muy mal parado a Rivadavia ante la historia. Descartemos por el momento la imputación de que todo esto lo hizo para enriquecerse cobrando comisiones, pero admitamos que un presidente de la Nación breve y caótica presidencia- no puede ser al mismo tiempo el titular de la compañía beneficiara con la explotación.

Para tranquilidad de los observadores, todo salió mal. El ingeniero ingles Bond Head -cuya crónica de viajes “Las pampas y los Andes” merecen leerse porque están muy bien escritas y dice de estas tierras y nuestra gente cosas muy interesantes- desaconseja la operación, pero también el que la ha desaconsejado a su manera ha sido Facundo Quiroga, el hombre fuerte de La Rioja.

La leyenda revisionista dice que Facundo los sacó a los ingleses montados en burro. La leyenda pretende presentar a un Quiroga defensor de las cosas nuestras y enemigo del capital inglés y de los ingleses. La leyenda es una leyenda que pertenece al campo de la fantasía y no de la verdad. Quiroga se molesta con los ingenieros ingleses no porque sea un combatiente anticolonialista, sino porque a través de sus testaferros porteños apuesta a otra empresa de explotación minera y, obviamente, no está dispuesto a permitir que la competencia venga a escupirle el asado.

El socio de Facundo era don Braulio Costa, considerado para esa época el hombre más rico del Río de la Plata. Socio y testaferro, ya que no se debe  olvidar que la fortuna de Facundo es una de las más importantes de la región. Facundo y Costa no están solos. El otro socio es John Parish Robertson. Entre todos fundan la “Famatina Minning Company”, una empresa que correrá la misma suerte que su competidora cuando se descubra que todo fue un globo inflado por la especulación.

El tema de la frustrada explotación minera en el Famatina en 1824 y 1825 merece ser recordado porque casi ciento noventa años después se vuelve a hablar de la explotación minera en el Famatina. Y todo sucede con objetivos y personajes similares.

 

Nota de El Sitio: Parece ser, sin embargo, que la diferencia de propósitos entre Rivadavia y Quiroga era decisiva: Quiroga quería explotar Famatina para acuñar monedas provinciales, que hasta entonces provenían de Bolivia.

 


30 El alarmista

Hace muchos años, cuando todavía no existían los pueblos y ciudades, las tribus que habitaban las costas del Suquía disfrutaban de sus aguas caudalosas.
Imaginemos: el río sumaba un conjunto de afluentes importantes, actualmente denominados San Antonio, Cosquín, Los Chorrillos, Las Mojarras, y se agregaban pequeñas caídas de aguas provenientes de las vertientes serranas, todavía cubiertas por monte arriba y bosque abajo.

En época de verano el río se volvía navegable. Los nativos, en sus canoas recorrían kilómetros agua abajo, nutriéndose de abundante pesca, frutos silvestres que crecían en sus orillas y algunas presas excelentes, de una variada fauna, que sus flechas y lanzas les ponían al alcance.

El peligro, más que ahora, eran las imprevistas crecidas del río. No había represas que frenaran su impulso. Cuando se ponía bravo, se llevaba todo lo que encontraba a su paso.

Unas leguas arriba de lo que ahora es La Calera, los nativos instalaron un puesto en un sitio que el eco de las montañas permitía presentir el rugido de la creciente cuando se introducía en el cañadón en el que ahora se encuentra el Dique San Roque.
Entonces sonaban tambores con un ritmo conocido, que se propagaba río abajo hasta el llano, donde se generaban las inundaciones, que preocupaban a la gente, pero beneficiaban al valle con la renovación de nutrientes que las aguas descargaban en los sembradíos, todavía elementales.

Ese alerta temprano nunca fallaba: la velocidad del sonido tamboril era superior a la de avance de las aguas.

Al encargado de ese puesto de aviso se lo debió llamar el alarmista. Sin connotaciones fundamentalista, por ese tiempo, no existían.
Simplemente era su misión: alertar, alarmar.

Como tenía muchas horas libres extendió sus oficios hacia otras ciencias. Aprendió, por ejemplo, que cuando se cortaban muchos troncos de árboles en las riberas, la tierra se desmoronaba y obstruía el paso del río. Comprobó que luego de los incendios provocados por rayos en las laderas de las montañas, el ciclo del agua se modificaba, y el clima también. Poco a poco se fue convirtiendo en un consejero al que los ancianos escuchaban atentamente, para trasmitir sus recomendaciones a los jóvenes.

El sistema era simple, pero funcionaba.

Los ancianos recomendaron la necesidad de instalar muchos alarmistas, que se adelantaran a las catástrofes y desgracias. Así, fueron aprendiendo cómo, dónde y qué sembrar… Cómo usar el agua del río para no afectar su calidad, de modo que sirviera también a las tribus que lo habitaban más abajo… Cómo regular la pesca y la cacería para no poner en riesgo la supervivencia de las especies, ya que eso representaba el anuncio de hambre futuro…

Así se fue construyendo su cultura de vida, en equilibrio con las facilidades que la tierra les brindaba, y en la conciencia de defenderlas y conservarlas.

Mucho tiempo después, vino el progreso, el descontrol, y la inmediatez como modo de vida.

Pasaron muchos años y se sucedieron historias. Sin embargo, con toda la tecnología desarrollada en siglos de mecánica y electrónica, no se logra reemplazar eficientemente a aquellos alarmistas.

Los alarmistas de ahora, solo practican un discurso de protesta que casi nadie escucha, quizá, porque no propone soluciones.

Valle de Anisacate
Abril 16, 2016.


31 Antón Pirulero

Quienes me conocen, saben que desde hace algún tiempo tengo una preocupación obsesiva. Bueno, parece que mi temor se confirma.

Me ha llegado la información de que un grupo de legisladores se proponen presentar un proyecto de ley declarando al Antón Pirulero como el juego/deporte nacional. Obviamente el proyecto conlleva la consigna: “cada cual atiende su juego….”
Los argumentos apuntan a que el juego consolida la autovaloración personal y fortalece el modelo de división del trabajo de modo divertido y no conflictivo.

He visto esos anuncios digitales mediante los cuales se juntan firmas para lograr un objetivo solidario. Creo que es el momento oportuno de hacerlo en contra de este proyecto que, sin duda alguna, tiene un objetivo cultural contundente: acabar con los residuos de solidaridad que puedan quedar en esta maltrecha sociedad.

Cuando lo practicábamos de niños, el juego tenía un aspecto positivo: los oficios se intercambiaban. Una forma de señalar que a todos nos tocaba, en algún momento inesperado, el destino del otro.

Pero parece que el nuevo proyecto ha incorporado fuertes modificaciones a este concepto: cada cual se queda en el espacio económico social que le toca. Los conservadores proponen que el juego se practique dentro de cada clase social. Los liberales dicen separar los grupos de acuerdo con su capacitación, saldo bancario y/o competitividad. Los socialistas están estudiando qué estrategia adoptar.

El proyecto propone que el papel de Antón lo cumpla algún importante empresario, preferentemente que ocupe algún puesto importante en alguna cámara u organización económica.
También incluye metodologías, como que las estadísticas de los planes sociales brinden información para poder ubicar a los participantes en el sector de intercambio que les corresponda.

Está todavía en discusión un detalle interesante: si la prenda se pagará al finalizar cada ronda o se utilizará un sistema de retenciones, que permita eludir a los morosos.

Me contó un periodista que suele estar muy bien informado que reina una absoluta confusión en los diferentes sindicatos. Que la CGT no sabe si debe o no actuar en defensa de sus afiliados o simpatizantes.
Las funciones políticas también participarán de este gran juego nacional. En este caso la representación del participante se realizará mediante un movimiento de las manos que indique la acción de atrapar. El oficio de banquero se expresará mediante una amplia y franca sonrisa. El de jubilado, con una mueca de resignación.

Parece que esta iniciativa ha despertado insospechadas competencias. Las fuerzas de seguridad quieren que el juego oficial sea “vigilantes y ladrones” (los legisladores dicen que ambos oficios ya están incluidos en el proyecto); algunos funcionarios y empresarios inescrupulosos defienden la idea de que el juego debe ser “la escondida”; mientras que los movimientos de izquierda opinan que la rayuela o la payana son menos populistas y se adaptan mejor a la representación de las minorías. Los intelectuales no opinan, aunque alguno de ellos deslizó una idea coherente: el escrabel.

Amigos: se vienen horas de definiciones. A juntar firmas de oposición, porque si esto prospera, “una prenda tendremos…”

Hasta el próximo. Gracias.

Desde El Mangrullo
Abril 23, 2016.

 

 


33 Mucha gente en la calle

El Obelisco, la Plaza de Mayo; Colón y General Paz, El Patio Olmos, los lugares comunes. Pero también se escuchan reuniones y marchas en muchos pueblos y pequeñas ciudades.

Mucha gente en la calle es un índice, un indicador anticipado de que el sistema no está  funcionando. Cuidado.

Cortes de calles y rutas; colegios ocupados por alumnos y padres; piquetes. Movilizaciones universitarias. Cuidado.

La gente en la calle reclama más por la justicia y la seguridad que por sus ingresos económicos. Las marchas por ni una menos se multiplican. Asesinatos impunes y desapariciones no resueltas ensombrecen el ambiente. Cuidado.

Además todo sube. Intendentes, gobernadores, presidentes, ministros, no importa el signo político, padecen de irresponsable inconsciencia: resuelven sus equívocos, ineptitudes o desaguisados con aumento de impuestos, servicios y tasas. Esto induce inflación. Cuidado.

Los empresarios resuelven sus costos trasladándolos a los precios. La famosa competencia ha sido reemplazada por los lobbies y entendederas en las organizaciones empresarias.  Mientras  hablan fogosamente de innovación y competitividad.

La violencia individual y grupal aumenta, se desvaloriza la vida. Cuidado.

La gente está demasiado tranquila. Hasta parece impasible y tolerante frente a la corrupción que sucede a la vista de todos.

El gasista y el dinamitero saben que las explosiones suceden en segundos. Solo hace falta que se acumule la carga y estalle un detonante.

Estupefactos miramos el espiral por que trepa el costo de la vida.

Varios millones de desocupados. Otros tantos sub empleados. Setecientos cincuenta mil jóvenes sin trabajar ni estudiar. Cuidado.

Los hospitales públicos funcionan a medias cuando no hay huelga o asamblea, faltan camas o insumos. Las prepagas son caras y tramposas.. El asombro te espera en la farmacia.

Los colegios públicos casi sin cupo, o sin bancos, o sin edificio, o sin maestros. Pero se anuncia la computadora para todos y todas.

Los privados allá, por las nubes. Ni la clase media puede sostenerlos ya.

El costo del transporte asfixia. El precio de los combustibles sube sin retorno, cumple con la ley inversa: no importa que el petróleo baje, la nafta, el gas y el gasoil suben. La energía eléctrica, que es rápida, se escapa hacia las nubes. Y todo se va con ellos. Hacia arriba.

Las universidades perdieron el rumbo hace bastante tiempo. Y en el naufragio se les extravió la calidad académica y la mística revolucionaria. Solo sostiene un discurso pobre y decadente, y se refugia en su cueva y en sus intereses sectoriales..

Mucha gente en la calle está comenzando a moverse.

Ya vivimos estas historias. Y sucedieron muchas cosas. Cuidado.

Cuidado. Cuidado. Cuidado.

Antes que el aviso se convierta en estruendo.

Desde El Mangrullo, Mayo 14, 2016.

 


34 Soja y petróleo

En el mundo hay países grandes y grandes países.

Los primeros suelen pensar que su sustentabilidad es natural, que la garantiza las riquezas disponibles en sus vastas extensiones.
Eso parece haber sido cierto en épocas del pasado, cuando las guerras eran justamente de ocupación, para adueñarse del territorio del vencido.
Los países grandes suelen vivir épocas de abundancia cuando sus recursos adquieren valores fuertes en el mercado. Ese fue y es, sin duda, la bonanza que el petróleo u otras riquezas mineras convirtieron en potencias económicas a sociedades no preparadas para administrar semejantes fortunas.

En tales casos, la alegría y la paz social dura lo que dura el recurso.

En la otra ribera están los países que se hacen grandes gracias a su inventiva y al trabajo de su gente. Generalmente viven procesos lentos que les permiten avanzar en la organización a medida que integran y consolidan su economía.

En medio de esos extremos se ubican las sociedades en transición.

La inesperada anticipada crisis del petróleo ha puesto en evidencia la fragilidad de países que no hace muchos años derrochaban solvencia por los cuatro costados.
Hace algunas décadas, el estaño en Bolivia y el cobre en Chile también lograron producir bonanzas pasajeras.

Nuestro país era admirado en América latina por representar una sociedad en transición. De la bonanza extrema generada por el trigo y la carne a comienzos del siglo XX se fue transformando en un país integral, con un marcado desarrollo industrial y tecnológico.

Eso no sucedió por casualidad. Hubo políticos, pensadores y movimientos sociales que lo impulsaron y posibilitaron. Se hicieron inversiones estratégicas con las ganancias que dejó el modelo triguero. Hubo políticas nacionales que lograron vencer intereses imperiales (siempre representados por socios locales) y construir una red de empresas innovadoras que, junto con grandes empresas del estado, se animaron a apostar al desarrollo integral.

Y en su forma, y con limitaciones, se logró.

Ejemplos sobran: construimos aviones y cohetes con diseño y desarrollo propio; vehículos de diverso tipo; energía nuclear; microelectrónica y computadoras; astilleros que dotaron al país de una flota mercante capaz de transportar al mundo nuestra producción; industria química; servicios públicos y sociales que fueron modelo en su momento. Gas del Estado; YPF; YCF; Obras Sanitarias de la Nación; Correo y Telecomunicaciones Argentino.
Y mientras sucedía todo eso, nuestro país no contraía deuda, por el contrario, pagaba.

Lo podemos decir: estábamos aprendiendo a hacer todo, como los grandes países.

Los críticos de entonces decían que toda esa bonanza era producto de los beneficios de la pos guerra, y que todo lo estatal era “ineficiente”, y que estaba subsidiado.

Los herederos de esos pensamientos defienden ahora la tesis de que el Estado debe ayudar a las empresas privadas a financiar su riesgo. Sutilezas del idioma.

Pero volvamos al título de esta nota. Los ingresos generados por el modelo sojero tuvo y tiene su parecido con aquellos años de riqueza cárnica y triguera. Tiene también su parecido con la tentación de disfrutar de la riqueza como lo hacen los países petroleros.

Debemos volver al cauce de las políticas nacionales y populares que trazaron los procesos desarrollados por Yrigoyen y Perón, y apostar –hoy más que nunca- a un modelo económico productivo integral.
La consigna de los buenos tiempos fue nacionalizar, no extranjerizar.

No preocuparnos tanto de las famosas inversiones externas que parece que buscamos con desesperación y preocuparnos más por invertir bien nuestros propios ingresos y necesarios ahorros. Vivir más modestamente, sin dejarnos arrastrar por el consumismo sin límites que nos proponen. No son otra cosa que los espejitos del presente.

Las fórmulas económicas que se aplicaron en el país nacional eran menos universales y esquemáticas, pero más eficientes.
Por ejemplo, la famosa competitividad puede ser muy importante cuando tenemos que competir afuera. Pero todos los grandes países defienden sus mercados internos poniendo diques de diferente naturaleza para privilegiar las producciones propias, sean o no competitivas realmente. Saben que de ese modo defienden el trabajo y propician la distribución de la riqueza.

Vivimos en un mundo globalizado, supuestamente de fronteras abiertas, eso parece culturalmente bueno y quizá anuncia a un futuro interesante, pero hoy, cuando queremos vender lo nuestro afuera debemos sortear no solo aranceles de ingreso sino satisfacer exigencias de calidad cada vez más excluyentes.

La libre competencia es un cuento chino.

Y hablando de chinos…. Será realmente necesario recurrir a su tecnología para el desarrollo de las próximas usinas nucleares? O para instalar gasoductos y represas hídricas? Y eso de andar comprando trenes chinos…. Mientras los trenes de Cuba, por ejemplo, son argentinos, y funcionan bien desde hace cincuenta años. Que pasó? No recordamos que teníamos talleres aptos produciendo vagones y fábricas de locomotoras?

Entiendo que los chinos nos compran la soja, y algo tenemos que comprarles, por eso de la balanza comercial, pero acaso no nos nos venden todo lo manufacturado, desde computadoras hasta exprimidoras, ropa o juguetes?

Necesitamos comprarles también lo que se supone sabemos y debemos hacer?

Esto pensamos y decimos hoy, Desde El Mangrullo
Mayo 21, 2016.


35 Cuidado con Mayo

No es un mes cualquiera, ni aún finalizado. Ha demostrado a lo largo del tiempo ser un mes de acontecimientos y de incubación también. A veces, mayo explota en junio. Cuidado.

Ya en 1810 se mostró como un mes de decisiones.

El 1 de mayo de 1886, en los EE.UU. fueron ejecutados un grupo de anarquistas, marcando de ese modo el día de la celebración de los trabajadores en todo el mundo. Ante la movilización de 80.000 trabajadores liderados por Albert Pearson, el Presidente, Andrew Johnson estableció la jornada laboral de ocho horas. El movimiento había sido calificado por los empresarios como “indignante e irrespetuoso”, “delirio de lunáticos poco patriotas”.
La crisis de mayo de 1968 en Francia surge al término de una década de prosperidad económica sin precedentes. Sin embargo, desde hacía un año se manifestaban los primeros síntomas serios de un grave deterioro de la situación económica. El número de desempleados aumentaba de forma notoria, y al empezar 1968 ya eran 500.000. La juventud se veía particularmente afectada, y las circunstancias habían llevado el gobierno a crear en 1967 la ANPE (Agence nationale pour l’emploi). La crisis industrial amenazaba ya a muchos sectores. En 1968, dos millones de trabajadores cobraban el SMIG (Salaire minimum interprofessionnel garanti, salario mínimo interprofesional) y se sentían excluidos de la prosperidad. Los sueldos reales empezaban a bajar y crecía la preocupación por las condiciones de trabajo.
Una serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierda contrarios a la sociedad de consumo, a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales, los sindicatos y el Partido Comunista Francés.1 Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa occidental, secundada por más de nueve millones de trabajadores.

Mayo de 1969. Los hechos previos que derivaron en el Cordobazo comenzaron los primeros días del mes de mayo de 1969, y fueron una sucesión de huelgas y asambleas sindicales organizadas por diversas corrientes gremiales y agrupaciones políticas cordobesas, los cuales fueron duramente reprimidos por orden de las autoridades militares provinciales y nacionales del gobierno dictatorial.
El Cordobazo fue una importante insurrección popular ocurrida el 29 y 30 de mayo de 1969, en la ciudad de Córdoba, una de las ciudades industriales y estudiantiles más importantes del país.
A las 12:30 del 29 de mayo se produjo la primera víctima fatal entre los integrantes de las columnas populares (Máximo Mena) de filiación radical, hecho que provocó una reacción en cadena. Con incontenible furia, los manifestantes se adueñaron de la ciudad, levantando muros de contención (barricadas) contra la policía, que debió replegarse a sus cuarteles dejando la ciudad en manos de los trabajadores, estudiantes y vecinos enardecidos.

La imprudencia suele ser un tobogán por el que se deslizan los gobiernos que no saben medir el descontento social.
Se practicó un discurso gradualista, y se ejecutaron medidas desaforadas. No se debe hacer cirugía de precisión con un hacha.
La sociedad había entendido el asunto de las tarifas diferenciadas por región y los subsidios exagerados que se habían instalado. Puso su voto a favor del cambio y confió en la prudencia que debía acompañar al ajuste.
Entendemos que en este momento la confianza está en duda. El gobierno debe recuperarla. En sus manos y decisiones está esa posibilidad, y en su conciencia debe estar la responsabilidad de las cosas que puedan suceder.
Ojalá se sepa y pueda corregir el rumbo. Por el bien de todos.

Esto nos preocupa hoy, Desde El Mangrullo
Mayo 28, 2016.


 

36 Una corriente de pensamiento y de vida

No te preocupes, grandes hombres de la historia fundaron corrientes de pensamiento. Algunas tomaron la forma de ideologías, otras fueron menos pretensiosas y alcanzaron formas prácticas, como doctrinas.

A falta de proyectos convocantes y líderes distinguibles se me ocurre que tu idea no es mala: unos cuantos podríamos ponernos de acuerdo en un conjunto de valores e integrar una necesaria corriente de pensamiento.
Luego vendrán los hechos.
Porque alguien, acertadamente, dijo: cuando las ideas son buenas y responden a los intereses de la gente, se mueven solas.

No importa que ahora seamos pocos. Como en las viejas logias, se puede ir avanzando de a poco, sumando de a uno. Como las montañitas de arena.

El verdadero tema es saber recuperar esas ideas simples y profundas que unen y empujan.
Debemos aprender a explicitarlas, hacerlas formar parte de nuestras conversaciones cotidianas.
Comprometernos con ellas en nuestra vida, en nuestras rutinas, y propagarlas, para demostrar que es el signo de la suma el que interesa.
Debemos descubrirnos en las coincidencias.
Asumirlas sin temor.

Practicar la solidaridad social, como conducta de vida.
Defender la igualdad y la libertad.
Proponer que la educación sea el camino.
Asumir el trabajo como compromiso de vida.
Vivir en armonía con nuestros semejantes y con la naturaleza.
Recuperar y defender el medio ambiente, en todas y cada una de nuestras actividades.
Defendernos del consumismo inducido, optando por lo realmente necesario.
No aceptar que sea el lucro la razón por la cual estamos sacrificando la vida y la diversidad biológica.
Consumir menos energía y recursos naturales, defender el suelo, el agua y el aire.
Castigar la corrupción, premiar las aptitudes. Descubrir y apoyar a los idóneos.
Defender la verdad y la sinceridad.
Exigir y practicar una justicia imparcial y objetiva.
Dar cuentas de nuestros actos, ante nosotros mismos y ante el resto.
Practicar una democracia menos formal, más participativa y comprometida.
Oponernos a la violencia como medio para la resolución de conflictos o para satisfacer necesidades.

Si de esto se trata, no te preocupes, ya somos dos.

Desde El Mangrullo
Junio 4, 2016.

 


37 La  Gran Aventura Humana

Un poco más allá y algo más arriba de nuestros asuntos cotidianos está sucediendo la aventura humana más trascendente de la historia: el salto al espacio.

Sin embargo, la noticia parece no trascender. Es como si no nos importara.

No es fácil encontrar hechos de trascendencia comparable. Quizá cada partida incierta de aquellos vikingos que se lanzaban a los mares desconocidos en sus precarias embarcaciones, pudiera tener algún mínimo punto de comparación.

Pero no, ni hablar.  En poco más de cincuenta años han sucedido cosas que ni la ciencia ficción podía prever en tan cortos tiempos.

Primero fue Laika, la perrita rusa,  en 1957, subida al Sputnik 2. Realizó varias vueltas a la tierra antes de morir congelada (se sabe ahora) por la falla del sistema de calefacción. De todos modos hubiera muerto, se lo sabía, no había retorno posible.

Cuatro años más tarde, Yuri Gagarín, también ruso, de solo 27 años de edad, a bordo de la Vostok, fue el primer hombre en dar una vuelta completa a la Tierra en 108 minutos, y volver sano y salvo.

Un mes después, apresuradamente, los norteamericanos lo lanzaron a Shepard, en un vuelo balístico no orbital.

Un año después, en febrero de 1962, John Glenn dio la vuelta a la Tierra a bordo del Mercury Friendship 7.

Se había iniciado la carrera espacial. Al ritmo que imponía la guerra fría entre aquellas potencias.

En 1984 tuve el privilegio de visitar el Museo Smithsoniano, en Washington, y sentarme en la cápsula original que lo había transportado a John Glenn durante varias vueltas a la tierra. Apenas más grande que un lavarropas. Un asiento y un ojo de buey frente a la cara.. Traté de imaginarme la situación de Glenn en el espacio. Lanzado sin control posible, que no fuera la fuerza de la gravedad terrestre que lo traería de nuevo a la atmósfera, envuelto en llamas, como un meteoro y caer finalmente en el mar desde donde se lo rescató.  “Hay que ser muy valiente – pensé -, muy valiente”. Y le rendí un homenaje silencioso a quién para esa época era ya Senador por el Estado de Ohio.

En octubre de 1998, Glenn; después de 36 años de aquel vuelo; realizó su segundo viaje espacial, a bordo del transbordador espacial Discovery para estudiar los efectos del vuelo espacial en los ancianos. A la edad de 77 años, Glenn fue la persona de mayor edad que haya ido al espacio. Hay que seguir siendo muy valiente.

Luego se produjo el tan discutido (por incierto) viaje y aterrizaje en la Luna por los tres astronautas norteamericanos. Ante la duda, sin comentarios.

Con el final de la guerra fría se inició un salto cualitativo: la construcción mancomunada entre varios países, incluidos Rusia y los EE.UU. de la estación espacial internacional (ISS) que se encuentra muy avanzada y tiene tripulación cambiante permanente. Es una base científica muy importante y sirve de entrenamiento de astronautas y será, seguramente, el punto de partida externo para poder explorar zonas más alejadas de la tierra.

Simultáneamente cientos de satélites no tripulados de todo tipo giran en torno a la tierra para posibilitar comunicaciones y realizar estudios diversos. Muchos países, incluido el nuestro, disponen ya de tecnología para construir satélites, y cohetes impulsores para eventuales naves del futuro.

Se puede escribir mucho más sobre todo esto, pero solo me referiré a un “viejo experimento espacial” que se realizó a fines de los setenta: el lanzamiento de los Voyager I y II. Ambas naves. Lanzadas en 1977, recorrieron las cercanías de los planetas exteriores: Júpiter, Saturno y Urano y Neptuno, y siguieron viaje luego, rumbo al espacio infinito.

Ambas sondas llevan consigo un disco de oro con una selección de hora y media de duración de música proveniente de varias partes y culturas del mundo; saludos en 55 idiomas humanos;  un saludo del entonces Secretario General de las Naciones Unidas y el ensayo Sonidos de la Tierra, que es una mezcla de sonidos característicos del planeta. También contiene 115 imágenes donde se explica en lenguaje científico la localización del Sistema Solar, las unidades de medida que se utilizan, características de la Tierra y características del cuerpo y la sociedad humana. Este disco fue ideado por un comité científico presidido por el astrónomo Carl Sagan quien, refiriéndose al mensaje, asegura que su objetivo principal no es ser descifrado, su simple existencia pone de manifiesto la existencia de los humanos, así como sus esfuerzos por contactar a otras especies inteligentes que pudiesen existir fuera del Sistema Solar.

Miremos de vez en cuando el cielo, allí está nuestro futuro.

Esto reflexionamos hoy, Desde El Mangrullo

Junio 11, 2016.

 


38 Las Buenas Almas

Cruzaba el peaje de la autopista y pensaba si esto que estaba pagando cumplía alguna ecuación válida. Quiero decir, entre lo recaudado y el costo de mantenimiento de la vía. No pude llegar a ninguna conclusión.

Pero me vino a la memoria un interesante recuerdo. Cuando vivía en Venezuela, allá por los ochenta, en las rutas interiores, de montaña y selvosas, de pronto un grupo de gente, generalmente niños y doñitas que habitaban en algún conuco cercano, habían armado una barrera con cañas de bambú. Para pasar, te cobraban un peaje. Generalmente reducido. Pero no lo pedían, lo exigían.

Mucha gente sentía cierto temor por esa situación, en medio de la selva. Pero los piqueteros naturales (originarios) no tenían la menor actitud agresiva, por el contrario, actuaban como si estuvieran vendiendo productos regionales.
A las buenas almas venezolanas de aquéllos años, no les gustaba mucho esa actitud cuasi primitiva de esa gente humilde. Y despojada.

A mi me resultaba simpático ese mecanismo precario de distribución de la riqueza. Es más, estuve cinco años sin sacar licencia de conducir porque me parecía más justo dar la pequeña y muy establecida coima a los inspectores (que tenían un bajo salario) que aumentar la riqueza corrupta de aquellos funcionarios de la democracia algo trucha que gobernaba por entonces.

Lo reconozco: asumía conductas de anarquista.

Pero ahora, que la tarea de preparar los programas de El Sitio FM me han obligado a muchas lecturas y reflexiones sobre los pueblos originarios y la cruel realidad que los viene castigando por siglos, renuevo mi aprobación por aquella conducta concreta de aquellos pobladores marginados del boom petrolero.
Ningún peaje puede ser más justo que el que establezcan los verdaderos dueños de la tierra, a quienes con miserables papeles legalizados por verdaderos ladrones de saco y corbata, los despojaron, simplemente.

Los despojaron, como aquí, en nombre del progreso. Progreso. No me gusta esta palabra. Me suena traicionera. Generalmente se apoya en un solo plato de la balanza.

Entonces me digo: no sería bueno y justo que una enorme barrera, allá, por Neuquén corte la famosa Ruta 40 con un letrero que diga: “Ud está por ingresar a territorio Mapuche, pase por la cabina y abone su aporte para la recuperación de la cultura de nuestro pueblo” (podría hasta omitirse “la cultura”).

Y no se debiera hacer algo similar en los múltiples accesos al Camino del Inca.

Y a los múltiples senderos que recorren todas las serranías del país?

Y esos visitadores del Impenetrable, que tanto lo describen, no debieran abonar su derecho a husmear esas tierras infernales donde mueren, más que viven, las etnias chaqueñas?

Por favor, solo pido una cosa: si estas ideas prosperan que los entes recaudadores sean los propios originarios y sus organizaciones leales, no los Estados, por favor.

Gracias. Lo sugerimos hoy, Desde El Mangrullo
Junio 18, 2016.

 

 


39-Apocalipsis tomorrow

Posiblemente algunos lectores me acusen de alarmista. A ellos le recomiendo que relean  Desde El Mangrullo 30, lo encontrarán en nuestra página web: elsitiofm.com.

De tratarse de un alerta, sería posiblemente tardía, o por lo menos, demorada.

Porque nos guste o no saberlo o reconocerlo, estamos ya en medio de la tormenta energética.  Nadia sabe ya a ciencia cierta cuánto cuesta realmente la energía. Análisis y discusiones que debieran ser técnicas se hacen inevitablemente políticas.  Alguien sabe, por ejemplo, cuánto costará dentro de tres meses un barril de petróleo?  Y cuanto cuesta hoy  realmente un kilowatio de energía eléctrica?

Nuestro país, que siempre anda por los extremos, tiene la osadía de manejar aumentos (reducidos) del 400% en el precio del gas natural y de enviar facturas cuyo monto difiere del contenido en la factura anterior hasta en un factor 20….  Veinte veces más, por un consumo igual o apenas algo mayor provocado por el frío reinante.  El ministro que tomó estas decisiones sigue vivo y tranquilo. Es más, parece invisible, o inexistente, como si todo fuera obra divina. En el fondo sabemos que no se trata simplemente de una avivada o negocio. Algo pasa.

Debe ser relativamente fácil saber cuánto cuesta el gas natural: lo estamos importando, porque el propio no alcanza. Hay que ver el monto de la compra, y sumarle el costo de la distribución, que no debe ser nada menor.  Ese será el precio, los subsidios son nubes pasajeras.

Si fuéramos inteligentes (homo sapiens) tendríamos conciencia que estamos viviendo las vísperas. La energía a granel está comenzando su etapa final. Cada día habrá menos, y obviamente, será más cara.

Posiblemente terminemos debiéndole una a Aranguren: nos obliga a pensar que la mano viene pesada, más allá de él y sus discutibles medidas coyunturales. Cada día habrá menos energía disponible. Esa es la cuestión de fondo.

Todos conocemos el significado de la palabra apocalipsis. La crisis de la energía, en el mundo, será apocalíptica. Como en aquella película de Mad Max, nos mataremos por el último galón de gasolina.

Qué podemos y/o debemos hacer?   Simple pero difícil: adaptarnos a una nueva forma de vida.

En las ciudades, cuanto más grande y sofisticadas, más difícil será. Por suerte tenemos presentes avisos por montones. Falla la corriente eléctrica, no funcionan los ascensores, no sube agua a los tanques aéreos de distribución, nos quedamos sin iluminación, sin refrigeración, sin calefacción, y, en pocas horas, sin comunicaciones. Todo eso ya se lo ha vivido en numerosas poblaciones urbanas. Cada una de esas categorías de dificultades tienen que ser previstas y resueltas mediante soluciones diferentes. Posiblemente los grandes edificios deberán disponer de generadores alternos que permitan el funcionamiento de un ascensor de emergencia, y un sistema de bombeo que garantice un caudal reducido de agua.

La gente sueña con las energías alternativas (solar, eólica, bioenergía, etc.).  Son importantes de tener presentes, pero no pueden resolver las grandes demandas.

La energía es difícil de almacenar (salvo los combustibles). La tecnología para proveer baterías eficientes se encuentra aún en desarrollo. Sin baterías eficientes, la energía solar es de uso limitado. La eólica debe ser vista más como un “refuerzo” que como una fuente independiente. La bioenergía debe ser muy estudiada todavía, porque su producción a gran escala competirá con los alimentos.

La única fuente visible que disponemos para reemplazar el petróleo es la energía nuclear. Hacia ella vamos.

Un mundo donde todo tendrá que ser eléctrico. Hacia allá vamos. Principalmente en las grandes ciudades.

En la vida rural y en poblaciones pequeñas, posiblemente puedan subsistir modelos de provisión energética más independientes.  Allí seguramente se podrán utilizar mucho más las fuentes alternativas, aptas para consumos no masivos.

En esos lugares ya la gente se está preparando: se multiplican los calentadores de agua solares y las fuentes fotovoltaicas para resolver el funcionamiento de dispositivos menores, por ejemplo, para las comunicaciones.  Pronto comenzarán a verse en los techos pequeños molinos que permitan cargar baterías de acumulación. Y en los establecimientos rurales  se están instalando digestores que utilizando excrementos, grasas y desperdicios, permiten obtener metano. Y con él calor y/o electricidad,  a la vez que se protege al medio ambiente.

También están ensayándose plantas generadoras de energía a partir de desperdicios diversos.

Seguramente, en los hogares, volveremos a recrear la cultura de construir calentadores que permitan quemar todo lo que “sobra” (cartones, papeles, podas, hojas secas, etc.).

Ya los europeos, que vienen venir la crisis con la anticipación propia, han retornado a las estufas de leña, alimentadas, ahora automáticamente, por chips de madera provenientes de especies renovables. Ya se ven por aquí algunos modelos, pero será costoso mantenerlos.

Todo esto lo sabemos, o lo presentimos. Es hora de tomar conciencia e iniciar el cambio cultural: bajar los consumos y ensayar alternativas.

Tomorrow no es mañana, lamentablemente, es hoy.

Desde El Mangruillo.

Junio 25, 2016.

 


40 Política y gestión

Son conceptos que se relacionan, pero son diferentes.
En cualquier organización, pública o privada, una cosa es la política y otra es la gestión. Como actividades exigen destrezas diferentes.

La política tiene que ver con las ideas, con los grandes objetivos, con el enfoque y planes estratégicos.
La gestión es la ejecución eficiente de esos planes, mediante acciones que permitan alcanzar aquéllos objetivos.

El pensamiento político se desarrolla en un marco ideológico, conceptual. Se asumen principios, lineamientos, conductas. Se conciben coincidencias y alianzas. Se visualizan adversarios y enemigos.

Desde el pensamiento político se elaboran los documentos básicos y generales que definen a la organización.

En el espacio de lo público y/o estatal la política se plantea como objetivos la organización de la economía, la educación, la salud y el bienestar social, diseñando instrumentos tendientes a la de distribución del trabajo, la riqueza y las responsabilidades..

La política se plantea la lucha por el poder para posibilitar la concreción de sus ideas, planes y objetivos, con miras a resolver favorablemente las dificultades que enfrenta la sociedad en su conjunto..

Hacer política no implica necesariamente gobernar, implica, sobre todo, participar, comprometerse.
Al poder generalmente se lo piensa concentrado en la cúspide de las estructuras del gobierno. Es una falsa visión, o al menos temporaria. El poder real está distribuido en un conjunto de instituciones, grupos o personas que integran a la sociedad. La célula básica del poder es el ciudadano, cuando participa.

Muchas personas confunden a la política con la gestión de gobierno. Como dijimos al comienzo, se relacionan, pero son cuestiones diferentes. La obligación del político es elegir y marcar el camino, la responsabilidad de los funcionarios gestores es garantizar la marcha ordenada y bien resuelta por ese camino.

La gestión requiere disponer destrezas técnicas que no siempre tienen (ni deben tenerla) los políticos. Ubicado en el puesto máximo de la conducción la virtud que la realidad le exige a los políticos es saber seleccionar a su equipo de colaboradores, con los cuales realizará la gestión. Capacidad técnica, responsabilidad, sensibilidad y ética son cualidades imprescindibles que deben poseer quienes integren un equipo de gobierno.

En nuestro país, lamentablemente, estamos muy lejos de todo eso. Los políticos han perdido la brújula y navegan sin ideas propias, buscando únicamente los caminos conducentes para acceder al poder. Saben que cuanto menos definiciones precisas asuman más fácil les resultará reclutar apoyos y aliados coyunturales. No se enfrentan ideas. Se negocian apoyos.

El poder, simplemente el poder. La selección de colaboradores la realizan teniendo en cuenta fidelidades y obsecuencias. El objetivo central es conservar el poder. Todo lo que se haga o no se haga debe responder a ese objetivo.

Asi están las cosas. La gente no entiende tanta ineficiencia. La gente se pregunta porque tanta demora en las decisiones. Es muy simple, se suman la ineptitud con el deseo de no comprometerse en el riesgo. Si quieres conservar el cargo, evita tomar decisiones conflictivas, ese es el mensaje de la decadencia.

Como se sale de esto?
Por suerte, hay muchos caminos. La historia lo ha mostrado en otras ocasiones y en diferentes lugares del mundo. A veces surge una generación comprometida que denuncia y lucha por un cambio. Otras veces, los pueblos, cansados, explotan. También puede suceder el surgimiento de un liderazgo corrector. Hubo líderes que supieron llevar a sus pueblos a destinos felices.

Pero el verdadero cambio debe comenzar en nosotros mismos. Debemos recuperar la dignidad como valor y asumir la intolerancia ante todo lo que venga torcido. No necesitamos que nos expliquen mucho sobre lo que viene torcido, lo vemos, lo sabemos, solo que generalmente lo callamos. O miramos para otro lado.

Hay que comenzar a asumirlo. Basta de pedir, hay que exigir.

Hace ya varios años que un anciano, poco tiempo antes de morir, lanzó un mensaje decisivo en España: “ ¡¡ Indignaos !!” , dijo, y millones comenzaron a recorrer las calles en busca de un nuevo destino. No lo han alcanzado todavía, pero el statu quo de la corruptela está herido de muerte.

Sin ninguna duda, indignarse, es un buen comienzo.

Eso pensamos y decimos hoy, Desde El Mangrullo
Julio 2, 2016.


41 El Día de la Independencia

“ …Una enorme nave espacial cubría todo el cielo ….” (perdón, me equivoqué en la búsqueda con google… suele suceder).

Algunos dirán que hoy, precisamente hoy, debiera escribir seriamente.

Pero es tanto lo que he escuchado en estos días acerca de los 200 años de la Independencia que un poco me cansó el asunto.

Una cosa confirmé: eso de inventarnos hazañas viene desde hace bastante tiempo…  ni rey tenían los españoles por entonces….a Fernando lo tenía atrapado el Napo, y lo soltó a tiempo para que pudiéramos desconocerlo y aplicar su nombre a la más popular de las bebidas cordobensis…

Creo que en realidad el tema de la independencia fue una excusa: lo que queríamos era comenzar cuanto antes a pelearnos entre nosotros y poder decirle al mundo que ese es nuestro deporte nacional.

Y lo logramos en solo 3 años. Ya en el 19 éramos varios países, cada cual por su lado. Debieron transcurrir sesenta largos años para que nos pusiéramos de acuerdo en llamarnos federales -siendo unitarios-  e iniciar  el famoso modelo agro exportador que nos hizo dependientes por muchos años más. Y que nos permitió ponerle nombres apátridas a un montón de calles y avenidas. (este recurso literario ya lo usé, perdón).

Doscientos años….no es nada, como dijo Gardel. Se trata de la independencia de todo un país….Cuantos años le ocupa a un joven actual independizarse de sus padres? Cuarenta?  Y estamos hablando de un solo individuo.

Además, independizarnos de España…que boludez… nos gustan Serrat y Sabina;  los tipos hubiéramos dado cualquier cosa por salir con la Paloma San Basilio o la Ana Belén…. Y las ganas de los chicos de vivir en España…. O en cualquier sitio lejos de aquí.

Hablando de Serrat…. Nacimos juntos, en el 42….él se dedicó a la poesía y a la música, yo a otras cuestiones….pero siempre fuimos buenos amigos, como hermanos. Ambos peleamos a favor de los siux.

Así estás las cosas ahora, un tanto extrañas. Nos independizamos de España, le ganamos a los EE.UU. y nos derrotó Chile. Con Messi y todo. Yo sé que mezclo cosas…. Pero en realidad se mezclan solas. Por ejemplo vivimos discutiendo sobre Messi, que es propiedad de Barcelona, lo mismo que Serrat…. Nosotros no tuvimos nada que ver con los que les metieron plomo y sable a mayas, aztecas, incas, mapuches, comechingones, sanavirones (no hay que hacer diferencias locales), montoneras gauchas y otras etnias que se oponían al p r o g r e s o.

Nos independizamos de Madrid para poder pelearnos con Buenos Aires, así fue la cosa, y poder ponerle nombres ingleses a la mitas de los equipos de futbol del país. Teníamos que cambiar el diezmo por las franquicias portuarias y disponer de un motivo más de encono con los chochamus de la capi fede…

A eso se sumaron muchas cosas, por ejemplo, cuando Indeoendiente (fíjense la coincidencia del nombre) le arrebató el campeonato a Talleres….Por eso, el otro equipo local, se robó el nombre del segundo prócer nacional….o es el del ferrocarril más largo…?   no sé bien cuál fue el origen.  Me corrigen aquí: me dicen que los Talleres eran los del ferrocarril… bueno, uno no sabe de todo.

Esto de la independencia a terminado por confundir todo.

Lo rescatable es que con independencia y todo conservamos esa hispanidad que nos hermana con una gran parte de Latinoamérica, que nos permitió inventar el realismo mágico y que el Gabo ganara las olimpíadas en Suecia. Que a Maradona lo cante Calle 13. Que Mercedes sea conocida en todas partes, junto con Facundo Cabral y Cafrune. Hablando de nombres y casos…Alberto Cortez no era pariente de Hernán…. No se confundan los peruanos.  Tampoco tiene parentesco el Evo con el que escribe editoriales en La Nación.  Ni con el gobernador de Jujuy. Y el Facundo que mencionamos recién no tiene nada que ver con el colonizador de Brasil ni con el despreciado por Sarmiento, aquél era Quiroga, no Cabral.  Hablando de Brasil, es cierto que a su mayor estadio le pusieron Maradona?  Ah, es Maracaná…. , me parecía que no podía ser ….

Ultimamente se nos mezcla todo….vieron?   Para colmo, ahora quieren independizarse los ingleses….

Feliz día, les desea, desde el mangrullo, El Sitio Espacio Cultural (independiente).

Julio 9, 2016


 

42 Tres asuntos tres

Monjas que mienten. Ministro torpe. Presidente mudo.

Suele ser terrible que la realidad sea la única verdad. A veces nos gustaría más un destino un poco más novelesco, algo rosado, de ser posible.

Posiblemente el Sr. Aranguren haya creído que se convertiría en el gran patriota que daría solución definitiva al problema real de la escasez de energía (que no es culpa suya) mediante la táctica economicista de que para que algo no se consuma, debe ser caro. Pero no estábamos tratando de disminuir la importación de chocolates suizos. Se trata de un insumo básico de la sociedad y de la industria. El Ministro debía dar a conocer con la mayor exactitud y seriedad posible los costos reales de cada tipo de energía que utilizamos en el país. Además, informarnos cuanta energía tenemos disponible y cuanto estamos demandando. Y proponer un plan de ahorro. Eso debía ser el comienzo.

Lo de las monjitas, supuestamente ayudando a esconder valijas con dólares, no se nos ocurre como tratarlo. Que se ocupe Francisco de este asunto. O directamente el Señor, se trata de sus pastoras.

El Presidente no ensayó el discurso que hubiese correspondido, que debía iniciarse con una clara explicación de la situación energética, del costo de la energía en el mundo y en nuestro país, de la necesidad de importar gas ante la demanda creciente y del efecto distorsionante de los subsidios que gozan determinadas regiones altamente consumistas.

Porque no somos tan tontos como para no comprender lo que, sin placer, ya comprendimos cuando cargamos combustible –desde hace años- en nuestros vehículos.

A partir de esa explicación el Presidente debía exponer una estrategia dura pero posible de retiro (gradual) de subsidios y eventual ajuste (también gradual) de las tarifas energéticas para alcanzar en un tiempo razonable el equilibrio con los costos.

Y también asumir su rol de conducción y poner en marcha un programa integral de ahorro energético, en nombre no solo de la economía, sino también del medio ambiente.

Y también debía proponer un programa detallado de cómo ir evolucionando socialmente del subsidio hacia el trabajo.

Un programa de esas características bien sabemos que es posible, además de necesario.

Seguramente muchos lo hubiésemos comprendido y apoyado.

Pero no, parece que en nuestro país debe reinar la prepotencia de las decisiones arbitrarias. Algo así como llevarse por delante a la realidad. A lo macho.

Torpeza y arbitrariedad, poca comunicación social,  estas parecen ser las características de esta gestión inicial que puede acarrearle un costo elevadísimo al flamante gobierno nacional. Semejante imprudencia es difícil de comprender en alguien que ya hizo experiencia de gobierno durante varios años en la principal ciudad del país.

Y como suele suceder cuando se quiere disimular un gran error, se suman más torpezas. En eso estamos. Frete a una derrota real o virtual (da casi lo mismo) de la política ejecutada. Se está perdiendo la confianza que todavía no ha sido ganada.

Ese es el lamentable saldo que el Gobierno debe administrar.

Breve y concreto, eso pensamos hoy, Desde El Mangrullo.

Julio 16, 2016.


43 Algunas consideraciones ambientales

En nuestro Valle de Anisacate (y en muchos lugares de las serranías) no existen redes de recolección cloacal. Nuestros residuos cloacales previo pasar por una cámara séptica se descargan en pozos negros o  -generalmente- en sangrías que distribuyen los líquidos residuales en  nuestros terrenos y posiblemente en el de nuestros vecinos.

La materia fecal es transformada por las bacterias de la cámara séptica en líquido que fluye por las sangrías. La tierra  procesa ese líquido sin mayores consecuencias.

El verdadero problema lo representan los aditivos químicos que utilizamos para la limpieza o desinfección de nuestros enseres e instalaciones.

El detergente, por ejemplo. Tiene la capacidad de modificar las condiciones físicas y químicas del agua y perdurar por bastante tiempo. Aún los supuestamente considerados biodegradables conllevan el efecto de producir modificaciones. El detergente viaja por las aguas de las napas, de los ríos, y llegan a lagos y mares. Afectan la fauna y flora, cuando no la destruyen, la modifican.

La recomendación más importante es utilizarlos lo más diluidos posible y en la mínima cantidad necesaria. Si adquieren detergentes concentrados, deben diluirlos con agua antes de utilizarlos, para poder cumplir con lo anterior. Seguramente a sus plantas no les gustará recibir detergente a través de las sangrías.

El cloro también es un problema cuando lo utilizamos en exceso. Se dice que la lavandina no mata a las bacterias de la cámara séptica. Puede ser cierto, pero si se lo utiliza en baja concentración. Si volcamos mucho cloro en los desagües disminuiremos la eficiencia de la cámara séptica, con sus consecuencias.

Regar a las plantas con el agua de la piscina cuando contiene una proporción de cloro es un verdadero asesinato. Es necesario esperar a que el agua se ponga verde, lo cual es una medida de la atenuación del cloro existente. Entonces si se puede regar con ella.

Tiempo atrás usábamos soda cáustica para destapar las cañerías. Ahí si que matábamos bacterias en la cámara séptica. Afortunadamente ya no venden libremente ese producto.

Otra, que parece inofensiva es vaciar el aceite o grasas de fritar usados en las piletas de la cocina. Ese aceite o grasa impermeabilizará los canales de tierra de las sangrías y se opondrán a la absorción del agua por la tierra. El aceite o grasa usados debemos guardarlos en recipientes adecuados. Son un combustible excelente para utilizar en los inicios del fuego de la parrilla, o la salamandra, o el hogar. Basta empapar un papel con ese aceite para facilitar el encendido de la leña o del carbón.

Observación: si se nos ocurre volcar aceite o grasa por las cañerías, tendremos que ayudarla a fluir con mucho detergente o productos desengrasantes, y volvemos al conflicto que planteamos al comienzo.

Cuidemos el medio ambiente. De paso hacemos economía.

Hasta la próxima.

Desde El Mangrullo

Julio 23, 2016

 


44 Pachamama

El próximo lunes se celebra simbólicamente el Día de la Pachamama. En realidad, da comienzo un mes especial, durante el cual las etnias originarias, y todos los que las reivindicamos y apoyamos, rendimos culto a la tierra, madre de la vida.
Es posiblemente este un año especial para que la reflexión sea más profunda. Porque de eso se trata, de una profunda reflexión.

Un invierno impiadoso nos hizo ver hasta donde dependemos de las energías. Un ministro inflexible y un gobierno desorientado se fueron por el lado de las tarifas para promover el ahorro energético. Comenzamos a sentir y sufrir las intemperies.

Pero no busquemos el desconsuelo en las políticas que nos afectan las posibilidades, porque, pelea más, pela menos, podemos presionar para que cambien. Alli no está el verdadero problema.

Debemos preguntar a la Pachamama y reflexionar con ella que debemos hacer. Porque mucho antes de que a Aranguren se le ocurriese el tarifazo, teníamos el problema energético sobre nuestras cabezas y futuro. Lo hablamos y reflexionamos a partir del COP 21 (cuyos resultados y conclusiones no deben ser pasadas por alto). Que las grandes potencias económicas concluyan en que se viene el fin de la era petrolera y no tenemos sustitutos eficientes a la vista, no es poca cosa. Es como que el capitán del barco, en la zozobra, diga: los botes no alcanzan para todos.

La energía será escasa y cara, ahora mismo o en poco tiempo más, depende de cómo desarrollen las políticas. Pero habrá que aceptar y acostumbrarse a esa realidad.

La Pachamama dirá con sabiduría de siglos: tienen que aprende a consumir menos. A consumir lo necesario, y aprender a utilizar los residuos de ese consumo.
El recetario que debemos elaborar será larguísimo, pero constituirá un buen ejercicio para comenzar. Como se deben hacer las cosas: pensarlas, elaborarlas, definirlas, y ejecutarlas. Hará falta una gran cuota de rigurosa disciplina, porque no se trata de una cosa menor o de una práctica sencilla. Será difícil desacostumbrarse a la comodidad y el confort que llevamos más allá de nuestras reales posibilidades.

Ya algunos miran desconcertados el aire frio calor que compraron el año pasado y que hoy vacilan en encender. O la caldera unificada a gas natural que provee el agua y la calefacción. Y ya llevamos años pensando en utilizar menos el auto. O preguntarnos: para que le instalamos el gas?
Los que vivimos en las afueras, este año gastamos el triple de leña que el año pasado. El precio superó la duplicación y además, por el clima, viene húmeda, y rinde menos.
Tampoco habrá leña para mucho tiempo más.

Vivir con poca energía no será fácil. Es un gran desafío que tendremos que enfrentar.

Eso pensamos Desde El Mangrullo.
Julio 30, 2016.


45 Monsanto

Apareció la noticia: Monsanto desistiría de su inversión en Malvinas Argentinas.

Algunos periodistas y comentaristas radiales analizan el tema poniendo cierto énfasis en la pérdida de 400 puestos de trabajo directo que la empresa prometió al pueblo de esa localidad.

Podemos preguntarnos: Cuántos puestos de trabajo podríamos generar si instaláramos una gran fraccionadora y distribuidora de drogas toxicológicas diversas?  Seguramente miles.  Cabe otra pregunta: estaríamos de acuerdo con tal inversión?  Sería promovida y autorizada por algún gobierno?

No se debe anteponer la necesidad de crear trabajo produciendo cualquier cosa. Es un argumento estúpido que nos puede llevar por caminos de consumo escandalosos. Menos aún cuando el mundo se debate ante las amenazas ciertas de escasez estructural de energía y la reducción de las reservas de materias primas estratégicas.

Estamos llegando a un punto en el cual debemos analizar con cuidado qué tenemos que producir y qué debemos consumir, si queremos que nuestros nietos tengan el derecho de vivir.

Proyectos como el de Monsanto hay que analizarlos por lo que se propone producir y por los inconvenientes que el proceso puede generar en el ambiente y en las personas que viven en la región. En ese caso concreto se sumó el hecho de que la planta industrial se situaría en las proximidades de una zona habitada. Generalmente, esos procesos, cuando se realizan, se ubican en zonas alejadas de las poblaciones. Por el doble peligro, el de la posible contaminación permanente y por la eventualidad de un accidente que produzca un escape mayor.

Nadie sabe muy bien que se proponía hacer Monsanto en esa planta. El objetivo parecía ser producir semillas. Según la literatura esos procesos contienen una etapa de incorporación de insecticidas y/o fungicidas (ambos, obviamente tóxicos).  Esos detalles parecían no claros en el proyecto presentado, lo que motivó –posiblemente-  que se negara la autorización de impacto ambiental requerida.

Parece ser que el informe de impacto ambiental solo se refería a las obras civiles y nada especificaba del proceso industrial que se pretendía realizar.

Lo grave es que en el inicio contó con el beneplácito conjunto de los gobiernos nacional y provincial, pese a sus diferencias.

Los antecedentes de Monsanto no la ayudan: Esa empresa multinacional estuvo involucrada en resonantes desarrollos tóxicos como las sustancias desfoliadoras que se utilizaron en la guerra de Vietnam y en diversas armas químicas abastecidas durante las dos grandes guerras mundiales. Y otras cositas por el estilo. En algunos de esos casos tuvo de socia a la “honorable” Bayer alemana.

Ahora, parece que Bayer ha adquirido Monsanto. Cuidado. No nos confiemos demasiado en creer que todo tiene la inocencia de una aspirina.

Eso decimos hoy, Desde El Mangrullo

Agosto 6, 2016


46 Asuntos generacionales

Una cuestión a la que suele recurrirse para diferenciar a los sesentosos/setentosos con las generaciones actuales es el tema de la violencia.
Calladamente nos piensan y nos ubican en el casillero de “los que fuimos violentos”.
Debo decirles algo: esa idea la metió el poder militar de entonces. Fue producto de una exitosa campaña psicológica en la que invirtieron millones (“los argentinos somos derechos y humanos”), conducente a crear “la teoría de las dos violencias”, que llevaba a concluir que la represión y las desapariciones fueron una “respuesta institucional” y no una intencionalidad política e ideológica.
Hasta lograron – a muchos – hacerles pensar que la violencia (como concepto) nació en los años sesenta/setenta.
La violencia es muy antigua: nació con la vida misma.
Con la supervivencia de las especies.
Quizá debamos – con precisión – referirnos a la violencia política o social.
Solamente en Argentina podemos recorrer un larguísimo camino de ese tipo de violencia: les echamos aceite hirviendo a los ingleses; le metimos sable, bayoneta y lanza a los españoles; asesinatos y matanzas entre federales y unitarios; Dorrego. Quiroga, Peñaloza, asesinatos inútiles; las luchas obreras de comienzos del siglo XX; la semana trágica; la Patagonia rebelde; la década infame; el bombardeo sobre la Plaza de Mayo; la Libertadora; el Plan Conintes; Azules y Colorados; ….
Y recién entonces estamos llegando a los famosos 60´.
Es una pretensión tonta – de unos y otros – creer que la violencia fue un invento de la guerrilla idealista de los seguidores del Che Guevara o de los montoneros peronistas. Más bien fue una idea tomada de procesos que se desarrollaban en otras latitudes. De diversos signos ideológicos.
Otro concepto que se debe ajustar: la paz no es lo opuesto a la violencia.
Lo opuesto a la violencia es la no violencia. Pacifistas somos todos. La humanidad entera busca la paz, aún a través de la guerra. O acaso el propio San Martin, a quien veneramos estos días no buscaba la paz del continente, sable en mano?
La violencia es una parte dolorosa de la vida, muchas veces inevitable.
El combate entre el tigre y el venado. Las ballenas versus el kroll. Lo que sucede en la invisibilidad de los mataderos y frigoríficos. Darle la espalda al que nos necesita. La muerte prematura de un niño.
Hay también violencias más supinas: malgastar el agua que escasea; contaminar los suelos y los ríos; despoblar el cielo de pájaros; consumir todo lo que surge, sin preguntarnos que quedará para mañana, jugar al riesgo individual de la velocidad. En fin, formas y formas de violencia.
La violencia que realmente duele, es la violencia inútil.
Hay otra violencia muy peligrosa: la reprimida.
Cuando alguna vez se suelta, suele ser incontrolable.
Los sesentosos y setentosos fuimos y somos pacificos. Solo que en un momento particular de la historia, algunos, debimos elegir entre dos violencias que regían en la realidad: la de la opresión y la de la libertad.
Un tercer concepto: la democracia, no existía.
Oyeron bien lo anterior? En esos tiempos no había democracia. El orden estaba subvertido. Gobernaban las armas del poder por sobre la Constitución. Esa era realmente la subversión de los valores.
En el mismo tiempo hubo algunos que se marginaron, mirando hacia otro lado. Eso les reportó beneficios, progreso, complejos, y culpas.
Que no vuelvan a suceder esos enfrentamientos depende de todos nosotros: debemos utilizar a la democracia para resolver los problemas,, principalmente de los más postergados, y no para sostener a la injusticia.
Esa es la garantía de la paz.

Eso decimos hoy, en homenaje a San Martín, Desde El Mangrullo.
Agosto 13, 2016


47 El tema de la energía

Es una desgracia que el tema de la energía se haya convertido en un tema social y político, y quizá en el menos afortunado de los enfoques.

La Suprema Corte acaba de aplicarle un justo castigo a un gobierno que además de cometer un gran error no tuvo capacidad de admitirlo primero, y corregirlo después. Lástima que parece que se salva un ministro que debiera sentir el escarmiento, no solo por su torpeza inicial sino que luego, en sucesivas tentativas tácticas no hizo más que aumentar el papelón.
Pero no hizo justicia: los precios y subsidios continúan favoreciendo a los sectores ricos, principalmente de Buenos Aires. Los pobres y el interior siguen financiando a la ciudad más rica del país.

Desde nuestro humilde editorial trataremos de sumar un poco de objetividad a este escabroso tema.

El precio de la energía no es ni debe ser un asunto social, sino estratégico.
En nuestro país los pobres no son pobres porque deban pagar la energía. Casi no la consumen, y si pueden, se cuelgan de las líneas y trasladan su costo al resto. Y en cuanto al gas, el tema pasa por las garrafas. Eso utilizan los pobres. Y también los no pobres, que vivimos fuera del alcance de las redes de gas.

No es un problema energético que en la Argentina 10 millones de compatriotas padezcan desempleo o subempleo, y sus ingresos eventuales y subsidios apenas les alcance, con suerte, para una comida diaria. Y que muchos de ellos vivan en casas de cartón y techos de chapas viejas.

Seamos claros: el tema de la energía no ocupa un lugar importante (en lo que a costo se refiere) en la estructura de gastos necesarios de los pobres. Antes que ella (la energía) deben evaluarse los costos de alimentos, medicamentos, transporte, educación.
Además resulta casi obvio que a los sectores más pobres es a los que se debe subsidiar, entre otras cosas, el consumo de la energía.

El precio de la energía se hace sentir en la clase media que vive de un ingreso fijo. Las clases sociales más altas posiblemente no se enteren de lo que pagan mediante débito automático.

Y posiblemente más preocupante aún sea la situación de las Pymes (y de la producción en general) al trasladarse a la estructura de costos e incidir sobre la inflación.

El tarifazo fue un error técnico y político inadmisible cometido por un gobierno que habiendo ganado por un estrecho margen de votos no tiene espacio para ese tipo de errores. Hasta en su propia línea de aliados le están pasando facturas.

Pero más allá de Macri y Aranguren, y de la coyuntura algo indefinida que afrontaremos en el corto plazo, el tema de la energía se nos viene encima con todos sus aspectos, no solo el costo/precio que nos agobia. Porque cuando en pleno invierno se debilita la presión de gas y se deben parar industrias para que no nos castigue el frío, y cuando en pleno verano barrios enteros de las grandes ciudades se quedan sin electricidad (sin ascensores, sin heladera, sin aire, sin agua) no nos preocupa tanto el costo, sino la carencia.

Ese es y será el verdadero drama: tener la energía necesaria, a un precio justo y razonable.

Hay que resolver una doble ecuación: disponer más energía y consumir menos. Ambas son imprescindibles.

La producción requerirá inversiones que por lógica matemática pagaremos todos los contribuyentes. La reducción del consumo admite dos posibilidades que deben ser concurrentes: una, tecnológica, aplicando todas y cada una de los desarrollos que posibilitan economizar consumo; la otra, conducta. Usar la energía mínima necesaria. No derrocharla.

En estos días como dijimos al comienzo, las circunstancias han convertido al tema energía en un problema social, pero en los próximos meses se podrán ver los otros aspectos que mencionamos. Nos tendremos que acostumbrar a precios bastante más altos de la energía, en cualquiera de sus formas.

La repercusión del costo de la energía sobre los sectores más bajos de la estructura social deberá ser estudiado y resuelto en el marco del concepto de la justicia social, e integrarlo en la canasta de consumo a la que todos los argentinos debemos poder acceder.

Eso debe estudiarse bien a y a fondo.
Para eso están los funcionarios. No para implementar la fácil, sino para resolver la difícil.

Eso pensamos y decimos Desde El Mangrullo
Agosto 20, 2016.


48 Otra sobre la libertad

Hace algunos días les conté la anécdota de cuando una niña, por darle la libertad, soltó a mi canario Quaf, al cual, ya de noche lo encontré asustado y acurrucado en un rincón y, para su tranquilidad, lo volví a su jaula, su casa, su mundo protegido.

Desde entonces quería contarles esta historia.

En el año 1972 estaba yo preso político en la cárcel del Chaco- En realidad, por razones de seguridad (de ellos) a los “subversivos” nos rotaban de cárcel en cárcel.
Éramos muy respetados y apreciados por los “presos comunes”, posiblemente por dos razones diferentes: porque sentían cierta admiración ante nuestra entrega (aunque no la comprendían bien) y porque nuestra presencia en las cárceles operaba mejorando las condiciones (limpieza, comida) debido a que los periodistas y nuestros familiares andaban permanentemente denunciando las realidades existentes en ellas.

Las cárceles son, de alguna forma, parecidas a las ciudades, dentro de ellas hay y sucede de todo. Hay una forma de vida, con códigos diferentes, pero vida al fin.
La libertad, dijo alguien, no es un problema de espacio. La libertad tiene que ver con poder realizar decisiones.

Los presos viejos van ganando algunos espacios.. Andan por todo el penal realizando diferentes tareas. Cuidan los jardines. La huerta. Realizan la limpieza. Cocinan. Trabajan en la carpintería. Hacen los colchones. Etc.

Un día cualquiera, un preso muy viejito que oficiaba de peluquero, me cortaba el pelo. Me puse a conversar con él. Lleva muchos años preso? Le pregunté. Cuarenta, me respondió. Y nunca salió en libertad? Si, me dijo, una vez, hace como 20 años….pero estaba todo tan cambiado afuera y me sentí tan solo en la ciudad, sin medios de vida….solo. De modo que decidí cometer un delito para que me volvieran a la cárcel. Y desde entonces, de tanto en tanto cometo otro, aquí dentro mismo, para quedarme. Las autoridades y los jueces lo saben ya de memoria.

Me miró con ojos profundos: esta es mi vida, mi mundo… me dijo.

Algo parecido creo que quiere decirme Quaf, todas las mañanas.

Esto reflexionamos hoy, Desde El Mangrullo
Agosto 27, 2016


49 La Cuarta Guerra

La Primera y la Segunda, ya pasaron, y fueron terribles.
La Tercera lleva ya varios años en desarrollo. Una guerra larga y novedosa en metodologías, orientada a la conquista de los recursos energéticos: principalmente el petróleo.
No fueron pocas las batallas distinguibles: Irán; Afganistán; Irak; Libia; Egipto; Siria….
Se disimuló su formato con cuestiones religiosas y culturales primero, y como lucha antiterrorista después. Pero la gran pregunta es (sin que ello los justifique): los atentados en New York, Madrid, París, Italia, Bélgica, Alemania… fueron decisiones ofensivas o represalias salvajes a los ataques previos de los aliados?

Porque cierto es que todos esos importantes países destacaron tecnologías bélicas impresionantes para tratar de controlar el mercado energético que los preocupaba. Lo lograron? Todavía no se sabe.
Sabemos de los 50 millones de víctimas que dejó la Segunda Guerra en Europa, pero no tenemos una idea precisa de cuantas se produjeron a lo largo de más de 30 años de combates aislados, en esta Tercera Guerra.
Cuando terminará? No es fácil predecirlo. Hay otros recursos en disputa, además del petróleo, que poco a poco se acaba.

La Cuarta Guerra será (es) diferente. Es de tipo interno. Con diferente intensidad y matices, según el lugar. Es la lucha entre los marginados por un sistema económico/social mal resuelto y los que lograron acomodar sus intereses en alguno de los muchos escalones que presenta el sistema.
Se trata de la violencia de cualquiera contra los todos y del sálvese quien pueda.

Con un ingrediente estructural impensado: el narcotráfico en todas las escalas, que provee de fondos económicos para permitir el acceso a la tecnología bélica, siempre disponible en el mercado de los negocios.

El sistema no puede controlar esta guerra. Porque sus propios instrumentos están comprometidos. Se generaliza la desconfianza hacia el Estado, por unos y otros.
Una forma de anarquía violenta se propaga dentro y desde los barrios marginales (donde todo vale) hacia las zonas de clase media y alta.
Como en un increíble retorno a la Edad Media, barrios cerrados y countries piensan ya en levantar murallas en reemplazo de los cercos perimetrales. Una defensa inútil, como pudo saberse de aquellos tiempos: cuando los bárbaros lograban entrar, las murallas encerraban un infierno. Además, ahora, quién vigilará en las murallas?

Estamos viviendo los comienzos de esta guerra. El Estado parece solo pensar en la solución policial/militar. Se especializa en administrar los efectos, nunca las causas.

Esta guerra es difícil: no tiene formato. Tampoco organización. No hay con quien negociar. Ni siquiera con el narcotráfico, formado por bandas que parecen islotes incomunicados, que, incluso, también se matan entre ellos.
Aunque en los últimos tiempos se habla, en algunos países, de la formación de un “estado narco”. Parece una idea de ficción: un estado paralelo controlado por la marginalidad contra las reglas y leyes del estado institucional.
Sin embargo, numerosas novelas de ciencia ficción han planteado esto como una situación inevitable en el desarrollo de las nuevas sociedades dominadas por la tecnología y el consumo.

Si por un momento volvemos a la Tercera Guerra podemos observar que algo parecido representa el Estado Islámico (EI) dentro del mundo árabe institucional, este último bastante deshecho y desprotegido por culpa de las políticas occidentales. Hacerse cargo.

Tenemos que pensar en estas cosas. No simplificarlo. No darle quizá la dimensión de una “guerra” pero tampoco reducirlo a una cuestión de delincuencia y manejo policial.

En nuestro país la “base social” que nutre a la cultura marginal puede alcanzar en el presente el 25% de la población. La cuarta parte. Este es un dato sumamente preocupante. Si esa proporción no disminuye drásticamente, en un plazo breve, no alcanzaremos ninguna solución. A expensas de esos sectores crecerá una sociedad en paralelo, inevitablemente violenta.

Es bueno recordar algunas reflexiones:
Es imposible llegar a un acuerdo con quien no tiene nada que perder.
La acción debe ser social y cultural.
Mucho no se está haciendo.
El Estado institucional prefiere contratar policías, cuando lo que hacen falta son maestros, y de los buenos. Esos que también eran asistentes sociales y psicólogos. Y sabían hacer suyos los problemas de los chicos, y de sus familias.

Pero por sobre todo, tenemos que replantearnos la llamada “cultura del progreso” (que es solo para algunos) y la del consumo (que es desmedida y no es para todos).

La paz que pretendemos requiere que asumamos un planteo de vida más simple.

Y solidario.

Esto pensamos y decimos hoy, Desde El Mangrullo
Septiembre 3, 2016.


50 Historias de minas

No las piensen por ese lado.
Enfoquemos el tema en el campo geológico.
Debe la Provincia de Córdoba permitir la minería? Esta es una cuestión que siempre está en pleno debate, impulsado por la cámara minera y bien recibido por los funcionarios “productivistas”. Digo aquéllos para los cuales siempre primero está la producción, y luego veremos que hacemos con las consecuencias.

Bien pensada, la economía de una región debiera desarrollarse para generar ingresos que se distribuyan con justicia para lograr bienestar social. Teniendo en cuenta esto y agregando otros argumentos vinculados a la realidad del suelo, del clima, del tipo de población existente; de sus fortalezas y de la infraestructura existente y necesaria, entre otras cosas, el Estado debiera planificar adecuadamente los desarrollos regionales.

Hay relaciones de compromiso entre estas cuestiones. Por ejemplo, la minería no es muy compatible con el turismo. A los turistas les gusta ver pájaros (como se dice más abajo) y no escuchar bombas que perturben su tranquilidad. Tampoco la minería es compatible con la agricultura. Ambas actividades compiten por el agua, y la primera, en general, suele contaminarla con productos químicos.

Hace algunos años hicimos un estudio socio productivo en el Departamento Minas de nuestra provincia. Hace siglo y medio atrás allí se explotaban las canteras. El Departamento llegó a tener 16.000 habitantes a comienzos del siglo XX. Al iniciarse el XXI la población está reducida a prácticamente la mitad. Eso dejó la minería.

Les preguntamos a los habitantes de esa región si querían que volviera la minería (existía esa propuesta). La respuesta fue contundente: NO. Los argumentos eran muy válidos: nos destruirán el único camino que nos une al resto de la Provincia; acabarán con los restos arqueológicos de los pueblos originarios que los poblaban, que son una importante atracción turística; contaminarán los ríos que bajas de las montañas. Y no generarán empleo de valor, solo sueldos de explotación.

Y que quieren hacer en esta región?
Agricultura y turismo. Esa fue la respuesta.

Paralelamente el organismo provincial encargado de la Cultura se plantó en defensa de los sitios arqueológicos. El proyecto minero no prosperó.

Otra vez me visitaron astrónomos que trabajaban en el Observatorio de Bosque Alegre, perteneciente a la UNC. Las explosiones de una cantera muy cercana vibraban peligrosamente el espejo del telescopio y propagaban una nube de polvillo incompatible con el funcionamiento y cuidado de los delicados equipos allí instalados. Se propuso la promulgación de una ley provincial que impidiera la explotación minera en la zona. No conozco si se concretó.

La política nuclear de la Nación siempre anda empujando la idea de volver a extraer uranio en las Altas Cumbres. Es cómodo para ellos, se trata de una región con infraestructura (caminos, agua, etc.). Una locura. Aquella explotación iniciada en los 60´ dejó dos pasivos ambientales traumáticos: una laguna contaminada con material radiactivo en la zona de Los Gigantes y una montaña de residuos con algún grado de actividad en pleno barrio Alta Córdoba, en medio de la Ciudad, subproducto de la producción de combustible nuclear en la planta de Dioxitec, ubicada allí, irresponsablemente, desde aquellos tiempos.
Esa montaña enterrada de más de 40.000 ton de material contaminado es posible que deba permanecer allí a lo largo de los tiempos: ningún municipio permite que camiones que la transporten crucen sus espacios, tampoco se sabe adónde llevarla. Todo un tema.

Hace algunos años hubo un intento de explotar oro en la región de Ongamira. Nadie sabe muy bien explicar la razón, si hay indicios comprobados de su existencia. Pero las tecnologías a cielo abierto suelen lograr resultados a fuerza de demoler montañas enteras.

En plena zona de las Altas Cumbres, al lado mismo del camino, se puede observar un socavón inmenso, como si fuera una cantera en explotación. Un desatino para la postal turística de una zona única de nuestra provincia.

Pequeñas canteras para abastecer consumos provinciales e incluso brindarles materiales a provincias vecinas, ya existen. Suficiente.

La Provincia de Córdoba dispone de un modelo económico bastante amplio: agricultura en gran escala en sus llanuras y la posibilidad innovadora de producir diversas especies en sus valles serranos; producción de carne y leche bovinas; desarrollo sostenido de porcinos; industria alimenticia; industria metalmecánica y automotriz; desarrollo de nuevas tecnologías en más de 100 empresas jóvenes; electrónica; un complejo químico en Rio Tercero; y turismo que trae efectivo distributivo en diferentes momentos del año.

Es suficiente. Por el momento, la minería puede esperar algunos siglos más. Algo de valor tenemos que dejar para los que vienen…
No les parece?

Esto pensamos hoy, Desde El Mangrullo
Septiembre 10, 2016


51 Equilibrio y gradualidad

En el campo de las ciencias se define la reversibilidad de un proceso como la posibilidad de recorrerlo en sentido contrario, para volver a las condiciones de origen.

La termodinámica química permite demostrar que no existen los procesos reversibles.
Sin embargo, lo que más se aproxima a la reversibilidad son los procesos lentos, graduales, que evolucionen recorriendo “infinitos estados de equilibrio”.
Se entiende la idea? Ir cambiando de a poco, dejando que el sistema que evoluciona se acomode antes de dar el nuevo saltito.

Muchos argentinos sueñan con un proceso social reversible. Volver a los tiempos de pleno empleo. De país de clase media alcanzable con el esfuerzo y el trabajo. Con una tasa de pobreza inferior al 5% y con solo el 4% de la población viviendo en villas de emergencia. Sin subsidios, solo la mínima asistencia social necesaria y solidaria. Poca delincuencia. Mucha seguridad en las calles. Policías confiables. Servicios eficientes. Ferrocarriles deficitarios pero existentes. Flota naval propia, con astilleros incluidos. Un estado que manejaba muchas cosas, quizá con deficiencias, pero con poco robo.

La vida era más simple: éramos felices fabricando nuestros propios juguetes: autitos de plástico con masilla y rueditas de tapas de penicilina. Las niñas aprendían a coser haciendo la ropita de sus muñecas.
Otro mundo. No digo mejor, digo diferente, con individuos más responsables ante lo propio y ante lo colectivo.
A ese ayer, obviamente, nunca retornaremos.

Pero hay varias cosas de ese pasado que es imprescindible recuperar, entre otras, la dignidad, el honor, la solidaridad. Y apuntar hacia un futuro mas esperanzador.

Para revertir el proceso de marginación y marginalidad en que estamos metidos hacen falta políticas graduales. Debemos recuperar cuestiones recorriendo “infinitos estados de equilibrio”. Eso sugiere gradualidad en las decisiones. Cambios apoyados en pilares culturales.

Lo contrario del “tarifazo”.

Que a nadie se le ocurra que se pueden quitar los subsidios de la noche a la mañana, con esa idea obsesiva del shock que tienen algunos en sus mentes.

Recuerdan el plan jefes y jefas de hogar? Era un sistema de subsidios que la gente debía compensar con trabajo. Hasta podría ser un sistema no excluyente que permitiera a algunos sumar un ingreso adicional a un salario bajo, trabajando en un Programa, algunas horas diarias. Si la gente paga el subsidio con tareas útiles no sería necesario tanto control y entrecruzamiento de datos. Y además del ingreso económico estaríamos devolviendo un poco de dignidad.

En San Carlos Minas, el intendente que heredó el desastre de la gran crecida, mi amigo Guzmán, utilizó a los jefes de hogar para reconstruir varios kilómetros del canal de riego que se había llevado el río.
El mismo plan permitió a muchas localidades arreglar y mantener sus plazas y paseos.

Ni hablar de todo lo que se puede hacer en escuelas, hospitales, calles, baldíos, caminos y medio ambiente, por solo citar ejemplos.

Cuando llegué a Venezuela, en época de democracia social cristiana, el gobierno creó un programa público privado mediante el cual todo baño público debía tener siempre un encargado de su limpieza. De ese modo estado y empresas generaron miles de empleos útiles. En plazas, parques, estaciones de servicio, bares, etc. eran un lujo los baños limpios. Una buena cuota de dignidad asociada. El personal debía tener uniforme y utensilios adecuados, con lo cual generaron seguramente trabajo en varias pymes proveedoras.

Se pueden pensar en muchas ideas como esas, incluso, algunas, relacionadas con la seguridad de los jóvenes… guardias sociales en el ámbito de las escuelas, que impidan la venta de substancias peligrosas, por ejemplo.

Apostemos por un verdadero plan de recuperación del trabajo y la dignidad, pero tengamos muy en claro que solamente con gradualidad, y mucha comprensión y educación, lo lograremos concretar.

Buena suerte.

Les deseamos, Desde El Mangrullo
Septiembre 17. 2016.


52 Un poco de trueque

Cuando en el año 2000 se comenzó a multiplicar e imponer el “club del trueque”, el sistema sintió un escalofrío. Algunos ministros se miraban desorientados.

No era poca cosa que después de muchos siglos de política económica monetaria la gente optara por ignorar a la moneda (de curso legal, como se dice) y estableciera una nueva escala de valores basada en la importancia relativa de las cosas.
Es que en realidad, la moneda (el dinero) no solo escaseaba sino que no se lograba entender cuanto valía. Había perdido su esencia. Se volvió impreciso, como lo fue la sal, las especies o el cacao, en un pasado no tan remoto.

La gente saltó varios siglos atrás y volvió a la plaza, a practicar el intercambio, tal como lo indica el mercado: un acuerdo entre la oferta y la demanda. Pero sin el dinero como intermediario. El trueque genera un nuevo ordenamiento de valores, impreciso, pero real.

Seguramente el sistema pensó en reprimir (siempre lo hace, desde cualquier signo ideológico), pero no se animó. Confiaron en que el fenómeno sería pasajero. Y así fue. Contribuyó a su final prematuro el hecho de que se comenzaron a ofrecer objetos robados, lo cual tergiversó los principios solidarios de quienes lo impulsaban.
Otra vez, el hombre derrotó al hombre.

Vivimos tiempos difíciles. El mercado ha comenzado a esclavizarnos mediante la táctica perversa de crearnos necesidades no reales, pero si culturales. Se hace cada vez más difícil desobedecer la moda (la norma, digamos), con el agravante de que viene inspirada en gustos y valores nacidos en otras latitudes más opulentas y, de alguna manera dudosa, más igualitarias?. Posiblemente no sea esta la palabra precisa, pero no sé cómo expresar el concepto de sociedades en las que para tener un par de zapatillas deportivas de moda no es necesario quitárselas por la fuerza (cualquier nivel de fuerza) al otro que si las tiene.

Estamos en un país en el cual la cuarta parte del conjunto humano tiene ingresos muy reducidos comparados con los costos de la vida.
La gente no tiene el dinero suficiente para cubrir sus demandas. Las reales y las impuestas por una publicidad desmedida y despiadada.
Pueden pasar muchas cosas (están pasando muchas cosas).
Podemos agregar un ingrediente ultra peligroso: el alcohol y las drogas (en ese orden tipo cronológico) que se estabilizan como una demanda adictiva, permanente.
Y la oportunidad invalorable que se les ofrece a las mafias de comercializarlas en un mercado negro fuera de control.
Hasta en eso se joden los pobres: solo logran acceder a la droga de baja estopa, la que lastima no solo al cerebro sino también a tejidos más simples del organismo, haciendo más que inestable la supervivencia.

Podríamos agregar un montón de ingredientes adicionales a este cóctel mal resuelto que nos quieren vender como una modernidad aceptable (o tentadora).
Un verdadero desastre.

A veces no es pecado volver un poco hacia atrás. Pensar un poco en “las cosas simples”, como dice la canción. Las cosas simples son hermanas gemelas de las importantes.

Tal vez resulte sano para nuestros cuerpos y para nuestro espíritu reconstruir y practicar un poco de trueque. No atentar contra el sistema económico frontalmente, porque seríamos heroicamente derrotados, pero si darle espacio a un trueque limitado, que ponga el valor en las cosas, en las necesidades, y no en el valor aparente del dinero.
No es necesario ir a la plaza, podemos comenzar con nuestros vecinos (de paso los conoceremos mejor). Cambiar un frasco de mermelada casera por una vieja paila que mi vecina tiene y no usa, y yo la necesito para mi mermelada. Tengo dos palas, cambio una por un rastrillo. Y suma y sigue.
Se sumará (ya existe) un delivery alimenticio de fin de semana que requerirá presencia de algo de dinero, pero poco a poco generará también algunos caminos de intercambio. Yo te doy productos de mi huerta, tu me pagas con pizzas? Cambio compu en buen estado por guitarra sana.

Esto puede suceder más fácil en las pequeñas comunidades….pero, un edificio en las ciudades, no es algo parecido? No será un camino para comenzar a derrotar la soledad, en los edificios?

En este fenómeno las redes sociales jugarán (ya lo están haciendo) un papel decisivo: tenemos publicidad gratuita. Debemos cuidarla, utilizándola bien y con prudencia.

No estoy planteando una sociedad basada en el trueque (es demasiado), solo hablo de ponerle un poco de freno a este sistema que pretende arrastrarnos a sus negocios.
Si, arrastrarnos a sus negocios, más allá de nuestras necesidades reales.

La propuesta es simple: volver un poco al trueque. Es volver también al diálogo.

Seguramente nos reencontraremos con otras cosas importantes olvidadas, pero no borradas…siempre queda guardada en nosotros una copia de seguridad.

Seguiremos, Desde El Mangrullo.
Septiembre 24, 2016


53 El abismo

Hay, debe haber, una línea límite, marcada por la ética y fundamentada por la razón, que no debemos cruzar.

Del respeto a ese límite surgen reglas de juego que cada vez que fueron transgredidas la civilización volvió a la barbarie y se volvieron frágiles los encantos de la vida.
Esas reglas de juego no requieren ser escritas como leyes impuestas, deben estar grabadas en los chips que regulan las conductas humanas.

No matar ni torturar prisioneros. No avasallar los derechos de los otros en nombre de nuestros intereses. No sojuzgar ni explotar a los débiles. No apropiarse de lo ajeno. No practicar la violencia para amedrentar e imponer nuestras consignas. Respetar ideas, costumbres y culturas de otros puebles. No propiciar la muerte, solo respetarla porque es un destino común, que tiene sus propios tiempos.
Y podríamos continuar completando una larga lista de cuestiones trascendentes.

Es posible que los pueblos primigenios de diversas regiones y razas hayan inventado a las religiones para disponer de ese chip interno necesario para que las sociedades en evolución dispusieran de un espejo que permitiera a sus individuos integrantes saberse seres sociales y controlarse a sí mismos.
Con dioses poderosos como árbitros inapelables.

La historia del hombre y de los pueblos muestra que ésa línea fue transgredida muchas veces, provocando tragedias imborrables, generando odios permanentes y fomentando tendencias de zozobra y descreimiento.

Después de la Segunda Guerra y de la impotencia colectiva que vivimos durante la guerra fría ante la amenaza nuclear, pensamos que los pueblos y los países comenzaban a respetar la famosa línea que no debía (debe) atravesarse.
Las guerras frontales y generalizadas se volvieron escaramuzas. Muchas de ellas terribles y muy violentas, inaceptables, pero de alguna manera, limitadas: parece que nadie se atreve a oprimir el botón que daría paso al holocausto final y apocalíptico.

Pero otro peligro está creciendo a nuestro alrededor: una guerra inédita desplegada por individuos y grupos relativamente reducidos.
Delincuencia de origen socio económico exageradamente violenta, sumada a barras bravas; carteles narcos enfrentados; disputas barriales o grupales; fiestas llevadas al límite por estimulantes artificiales; violencia de género; justicia por mano propia; frecuentes asesinatos con móvil confuso; inundan los titulares de los medios que poco a poco parecieran que todos se van volviendo amarillistas. Pero no, no nos confundamos, no son los medios, es la realidad la que se pone amarilla rumbo al naranja y con perspectivas de llegar al rojo.

Esta guerra que parece iniciarse puede llegar a ser la más difícil de controlar de todas las imaginables, porque será (es) aleatoria y desorganizada.

Las causas de lo que sucede hay que buscarlas en el espacio de lo estructural. Quizá relacionada con la impotencia de alcanzar un tren tecnológico que cada vez se aleja más rápido y son menos los que logran alcanzarlo y subirse a él.
Y parece que el que sube, gana. Y el que se queda abajo pierde, para siempre.

Las luchas grupales se están propagando por todas las latitudes. En la mismísima Europa (tan evolucionada) se viven situaciones que hace pocos años sólo eran advertidas en el África o en el Medio Oriente. El drama creciente y sin salida de una inmigración mal resuelta. El terrorismo islámico amenazando, y concretando.
En los EE.UU. multiplicados francotiradores generan estragos semanales.
Los índices de criminalidad en Centro América, México, Venezuela, Brasil y ahora Argentina se han convertido en un dilema social.

En estas cuestiones se está jugando ahora el Poder.
El poder oculto tras fachadas democráticas.
Como un imán inventado por el demonio para atrapar a algunos y para derrotarnos a todos.

Que los dioses nos protejan.

Eso deseamos, Desde El Mangrullo
Octubre 01, 2016.

 


54 Novedades primavera/verano

El presidente filipino, Duterte, acaba de declarar que Alemania lo tuvo a Hitler y Filipinas lo tiene a él. Hombre violento que no se anda con vueltas: ha decidido acabar (en el estricto sentido de la palabra) con la delincuencia, los traficantes de drogas y hasta con los propios consumidores. Y lo viene haciendo, ante el estupor internacional. De paso, en sus declaraciones mandó a Obama al infierno y a la UE al purgatorio.

Dilma y Lula caen estrepitosamente en Brasil tras unas elecciones municipales que los sepultaron a bajo una montaña de votos adversos. Se derrumban los llamados procesos populares en América Latina… sus defensores miran hacia afuera buscando a los culpables…. Miren hacia adentro, muchachos.

En Colombia el voto popular no avaló en acuerdo de paz firmado entre el gobierno y las FARC, abriendo con ello un intervalo de incertidumbre, aunque existen aparentes intenciones de reformular el acuerdo y volverlo a plesbicitar.

En España, el socialismo vive su crisis y también se desbarranca generando una grieta en el bipartidismo por la cual intentan penetrar las nuevas alternativas?

En los EE.UU. un tal William Trump sale a competir enarbolando banderas que hasta hace 10 años a nadie se le hubiera ocurrido siquiera mostrar ante sus íntimos. Alguien dijo con cordobesa picardía: sería el primer presidente blanco, rico, que se mudará a la casa dejada por un negro.

La primera lluvia mediana y rápida (como son ahora) puso en jaque a los famosos desagües de Mestre, que fueron la bandera de su campaña. Siéntate a la orilla del Suquía y verás pasar muebles flotando, mezclados con botellas de plástico (miles) y promesas (montones).

El paso del huracán Matthius puso – una vez más – en evidencia las distancias sociales entre países pobres y ricos: aproximadamente 1000 muertos entre Haití, República Dominicana y Cuba, y solo 5 el La Florida. Las fotos publicadas en los medios completan este comentario.

La cuestión del bono de fin de año es un insulto a todos… mientras se discute si el ingreso mínimo que define a la línea de pobreza es del orden de los $ 7.000.-/ mensuales discuten sobre un hipotético bono anual de fin de año que no alcanzará los $ 1.000.- Era más digno darle a los pobres una botella de sidra y un pan dulce…y decirles: no pierdan las esperanzas. Como suelen decir los obispos.

Los viejos intérpretes y bandas de rock ya en retirada van pasando por Córdoba en una interminable y sentida despedida. Muy bueno. A su vez los grandes, que en algún momento parecían competir, se juntan a interpretar canciones mutuas. Un verdadero y callado mensaje de paz, aunque no descubramos ahora ese costado del asunto. Falta que se dejen de pelearse las modelos y las barras bravas, así quizá la televisión y los medios publiquen cosas más importantes y en las canchas de futbol vuelvan a escucharse los cánticos de contrapunto.

La Bayer compró Monsanto….se habla de que pondrán una fábrica de aspirinas en Malvinas Argentinas. Abstenerse, consumir paracetamol. Por las dudas.

Algo así como un tercio de territorio agropecuario provincial bajo el agua. Qué quedará allí cuando se retiren las aguas?? Alguien lo está estudiando?? Las tierras sumergidas quedarán cubiertas por lodo fértil o por residuos salinos con arsénico incluido? No dejes para mañana lo que debes hacer hoy.

La región de Paravachasca se ha puesto verde. Muchos pájaros trinando. Mi perra Kupita se está curando muy bien de su herida. En El Sitio estamos armando con fines demostrativos y productivos caseros, una huerta en altura. La idea se la robamos a una publicación del INTA, la recomendamos, es un verdadero manual: http://inta.gob.ar/…/de…/files/inta_-_mi_casa-_mi_huerta.pdf

Feliz Primavera !!

Les deseamos Desde El Mangrullo
08 Octubre, 2016

 


55 Una de Alta Gracia

Año 1966. Golpe del General Onganía, derrocamiento de Illia.
Resistencia estudiantil en Córdoba, meses y meses de movilizaciones..
La clave de semejante y prolongada lucha fue que logramos unir a los cristianos del Movimiento Integralista con los proto marxistas de la FUC y los radicales liberales de Franja Morada.
Nuestro Centro de Estudiantes, independiente, tuvo el mérito de administrar esa impensada confluencia.

Se venía el 21 de septiembre, Día del Estudiante, necesitábamos convertirlo en una jornada de reflexión y lucha. Nos decidimos por la simbiosis entre una marcha y una peregrinación: iríamos y volveríamos caminando hasta y desde Alta Gracia, y allí haríamos la gran asamblea. La idea fue apta para las dos concepciones ideológicas.

Y la hicimos nomás. Juntamos más de 4000 estudiantes en Alta Gracia, y la presencia de todos los medios, locales y nacionales. Por aquel entonces Luis Rubio (alias “el huevo Rubio), hoy juez, Gatica y la “gorda” Buconic, eran los voceros del Integralismo, mientras que la FUC tenía como referentes a Tatián (padre); Abraham Kozac y Rodolfo Vittar; Franja Morada era liderada entonces por Nilo Neder, el flaco Alonso y Hugo Diaz. El Ateneo de Ciencias Económicas era presidido por (no se desmayen…) Domingo Cavallo. El negro Reyna, luego famoso periodista del diario Córdoba, representaba una nueva tendencia de izquierda, el grupo “Malena”.

La FUC empujó la idea de que al regreso tratáramos de coincidir con la salida de los obreros de la Renault e invitarlos a sumarse. Era su línea: obreros y estudiantes, unidos y adelante….

A todos nos superaron las circunstancias.
Mientras avanzábamos hacia Córdoba se sumaba y se sumaba gente, con banderas y antorchas…. Cuando llegamos a la ciudad, pasadas las 22.00 hs. éramos más de 15000….un mar de entorchas aplaudido desde todos los edificios de la Avenida Vélez Sarsfield, por donde avanzábamos. La idea era hacer una asamblea en el sitio que ya era histórico, donde ahora se encuentra el Patio Olmos.

Pero, tres cuadras antes de llegar, nos aguardaba la policía con sus gases, perros y caballos. Y nosotros veníamos agotados por la doble caminata. La represión fue contundente, y la dispersión total. Algunos nos salvamos de ser detenidos gracias a la solidaridad de las pensiones estudiantiles que nos escondieron cuando nos perseguían…

Así celebramos el Día del Estudiante en septiembre del 66´ , con una jornada de lucha unitaria entre cristianos, marxistas e independientes, unidos por una causa común y futura: enrumbarnos hacia un proyecto nacional y popular, con sus variantes…

Diez días antes, el 12 de septiembre, había surgido el primer mártir, Santiago Pampillón, baleado por la policía frente al Cinerama, dando este hecho origen a una de las batallas más terribles de la historia del Barrio Clínicas, cuando miles de estudiantes atrincherados con centenares de molotov en los techos, nos pedían armas a sus dirigentes. Habían saqueado todo el combustible de las estaciones de servicio del barrio. Así venían las cosas…

La jornada en Alta Gracia logró reponer la sensatez en la lucha.
Por un tiempo…luego, todos sabemos cómo evolucionaron las cosas.

Lo recordamos hoy, Desde El Mangrullo
Octubre 15, 2016.


56 Cuando vuelvan los pájaros

En los estudios ambientales se denominan bioindicadores a especies vegetales o animales que presentan cambios en sus organismos posibles de detectar y medir de ese modo el efecto de agentes externos difíciles de evaluar por vía directa.
Hablando un día con Mario Ravera (investigador del Ceprocor) luego de una visita técnica que hicieron a la Laguna de Mar Chiquita para tomar muestras de agua y barros para comprobar posibles contaminaciones provenientes de los ríos y arroyos que en ella descargan sus aguas, me decía Mario: en general se ve bien, además las aves acuáticas la siguen visitando y empollando allí, incluidas las que provienen de lejanas regiones en sus migraciones anuales. Eso es una buena medida de que la laguna está “sana”. Los análisis realizados confirmaron estas apreciaciones.

Hace algunos años nos tocó investigar los efectos contaminantes producidos por un horno incinerador de residuos patógenos que había sido clausurado en el cementerio parque de Villa Allende. Los vecinos del lugar, que habitaban el barrio Pan de Azúcar, colindante con el cementerio, presentaban síntomas y efectos de contaminantes diversos. Logramos detectar, conjuntamente con la Dirección de Toxicología de la Provincia, presencia de plomo en sangre (afortunadamente en concentraciones bajas, comparadas con patrones de Alemania) en muchos niños que habitaban el barrio. Obviamente se realizaron operaciones de limpieza y control en toda la zona. Y seguimiento médico y analítico de todos los pacientes. No obstante, como es lógico, los vecinos continuaban intranquilos.
Hasta que un día uno de ellos dijo: “ya pasó…volvieron los pájaros al barrio.…”

Cuando uno recorre la autopista a Rosario ya no se ven pájaros. Solo palomas atravesando el cielo y aves migratorios que vuelan muy alto, entre lagunas. Antes, hace 40 años, los cercos laterales del camino se veían poblados de jilgueros y calandrias. Bandadas de Cabecita Negra o de Piquitos de Oro, poblaban los pocos árboles autóctonos que quedaban. Ahora los pájaros sobrevivientes se han refugiado en las plazas de los pueblos y parques lindantes a las ciudades. Los agroquímicos han terminado con la vida de insectos y aves. Hasta los grillos se han mudado a las ciudades. Y como alguna vez dijimos, los sapos se han vuelto mascotas de lujo.

En nuestras serranías la situación no es tan crítica pero tampoco favorable a la supervivencia de las especies autóctonas. Los incendios forestales matan en directo y en indirecto, despoblando de malezas y alimentos a las aves del monte. Los valles de Punilla, Calamuchita y Traslasierra eran antaño una música de trinos que costaba diferenciar de que especie provenían. En las quebradas de los cerros la Reyna Mora y el Rey del Bosque defendían su hábitat. El Martín Pescador pasaba rasando pescando su mojarrita. Jilgueros. Mixtos. Siete Colores. Semilleros. Corbatitas. Brasitas de Fuego. Cardenales, y cuantos más, poblaban de colores los arbustos.

Ahora, algunos, aparecen de tanto en tanto por estos parajes donde se ha prohibido fumigar. Pero son pocos. Son una novedad trasmitida por los vecinos.

“Cuando vuelvan los pájaros…” La vida será otra vez la vida.

Eso pensamos y recordamos hoy, Desde El Mangrullo
Octubre 22, 2016.


 

57 Marchas y cortes

El clima se enrarece. No solo el meteorológico, también el social.
La violencia de género y sin género se multiplica en todo el territorio nacional.
Justicia por mano propia a cargo de adolescentes. Toda una advertencia. Pero no es una sorpresa, en el otro extremo social, chicos de 11 años empuñan revólveres y realizan asaltos. Más advertencia todavía.

Pasivos, extremadamente pasivos, soportamos irregularidades peligrosas a nuestro alrededor. Desde los mosquitos hasta la llegada mañanera de nuestros hijos trasnochados con síntomas de resaca.
La droga anda por ahí, nunca creemos que le tocará a los nuestros, pero los porcentajes debieran alertarnos. Cuando nos enteramos, generalmente ya es tarde, y no sabemos qué hacer.
Soportamos (o no, pero allí están) fotos de cómo algunos pelotudos/as asesinan animales indefensos en las selvas, pagando, seguramente, un puñado de dólares por alcanzar semejante barbarie.

Esta semana pasada los vecinos del lugar cortaron las rutas 36 y 5 en protesta por la supuesta instalación de un nuevo enterramiento sanitario en la zona. Dicen que el estudio de impacto ambiental está mal hecho. Que el terreno tiene pendiente. Que las aguas superficiales viajarán rumbo al canal que trae agua desde Los Molinos. Y que las napas subterráneas son las que les proveen el agua a sus barrios. Argumentos fuertes.
Parece que los vecinos tienen razón. Y también la tendrán los otros vecinos potenciales a los cuales les toque cercana una planta similar. Nadie quiere vivir cerca de un enterramiento sanitario. Y tienen razón.

Entonces qué hacer? Dónde debemos meternos la basura ?

Dos cuestiones: una, cierto es que a corto plazo no hay otro recurso que el enterramiento, pero eso debe tener un plazo inflexible. La otra: de una vez por todas hay que iniciar, con la decisión y energía requerida, los programas de gestión de los residuos sólidos urbanos mediante procesos de separación que permitan la recuperación y/o reciclado del 50% de lo que tiramos. Ese es el porcentaje aproximado, que reduce a la mitad el problema actual. Y en etapas más ambiciosas el porcentaje reutilizable puede alcanzar el 80% de los residuos. Y hasta podemos obtener energía de ellos.
Una vez logrado el envión cultural que hace falta todo resultará lógico, y nos diremos: porqué no lo hicimos antes?

Pero este tipo de programas debe comenzar inevitablemente en los hogares, a partir de una renovada concepción cultural consistente en aprender a invertir algunos minutos diarios a la separación y limpieza de los residuos hogareños. Luego vienen las diferentes gestiones institucionales que admiten múltiples formatos e instrumentos para la recolección, la separación y el recupero.
La campaña cultural que nos convenza a todos y todas de invertir esos minutos diarios y nos permita sentirnos orgullosos de nuestra conciencia ciudadana, debe COMENZAR YA. En las escuelas. En los sindicatos. En los centros vecinales. En los medios de comunicación. En futbol para todos, por ejemplo, esa si sería una buena inversión del estado.

Porque no se trata de colocar algunos recipientes de colores en las plazas para hacer creer que cumplimos con la Pachamama y con el pueblo. Se trata de realizar una verdadera política de estado, comunicacional y cultural.
Tenemos que convencer y convencernos sobre la necesidad de enjuagar el envase vacío de la leche o del jugo antes de colocarlo en el recipiente correspondiente. Y separar y ordenar los materiales que vendrán a recoger en días diferentes: El primer paso es simple: separar lo seco de lo húmedo. Lo seco es recuperable o reciclable: papel, cartón, vidrio, plástico, metales. Cuanto más limpios los entreguemos mejor será el resultado de la gestión.
Lo húmedo también puede tener su camino, en etapas posteriores.

Si lo logramos, sentiremos un profundo orgullo, que nos permitirá afrontar otros desafíos.
El medio ambiente y la calidad de vida, agradecidos.

Desde El Mangrullo.
Octubre 29, 2016.


58 Reflexiones necesarias

La violencia. Muchos estamos preocupados ante el cóctel delincuencia + violencia. Al cual hay que agregarle alcohol y drogas. Y se escuchan todo tipo de teorías y propuestas para combatirlas. La mayoría piensa también en la respuesta violenta.

Pero la reflexiones necesarias son varias. Por ejemplo: estamos pensando en como evitar que nuestros jóvenes queden atrapados en esa trampa que, tal como está, parece no tener salidas? Estamos buscando alguna solución real para atenuar la injusticia social que sin ninguna duda es la principal causa impulsora de la delincuencia? Estamos inventando alguna posibilidad concreta y viable para los marginados?

Miren, los seres humanos somos todos más o menos similares, unos rubios, otros morochos, algunos más negritos, otros con rasgos nativos… pero todos pertenecemos a etnias de probable origen común….en caso contrario, Dios estaría en un dilema.

Hay países europeos que no saben qué hacer con sus cárceles vacías. Unos proponen hacerlas escuelas, o museos, o centros comerciales…. hogares transitorios y dignos para refugiados…. Nosotros en cambio, estamos buscando financiamiento internacional para construir más cárceles….porque no nos alcanzan…. La gran pregunta: a cuantos ciudadanos podemos tener presos? Cuál es el porcentaje máximo que permite asignarle alguna lógica?

Tenemos que estudiar el problema más a fondo y comenzar a buscar las soluciones por el lado de las causas, más que por la represión de los efectos.

Se que por ahí me gritarán: ingenuo !! idealista !! gil !!

No me conmueve, ni me creo tonto, todo lo contrario.

Miren, todos podemos ser violentos bajo ciertas circunstancias. El problema no es de pronto reaccionemos con violencia….el problema es justificarla cuando estamos tranquilos y reflexivos.
El mismísimo Sarmiento fue violento. Acaso no justificó y celebró el salvaje asesinato del Chacho Peñaloza? Pero a Domingo Faustino lo recordamos por las escuelas y otras obras que impulsó para construir un país digno. Aunque lo hiciera desde un modelo de pensamiento político cuestionable por muchos.
Casi todos nuestros héroes patrios fueron violentos. Acaso la mayoría no eran militares?

No hay una violencia buena y otra mala. En algún tiempo caracterizamos a las guerras como “justas” o “injustas”. Pero los caídos fueron víctimas, cualquiera fuera su bando. Y la destrucción fue para todos. Como hablar de justicia entonces?
…………………………………………….

Estamos ante un gran desafío. Como recuperar a nuestra sociedad. Como derrotar al ataque indiscriminado y oprobioso y a la justicia por mano propia?
Cómo diseñar un camino creíble para miles de jóvenes que no ven un horizonte?
Como reconvertir las cárceles – actualmente verdaderas academias del delito – en ámbitos que le brinden una oportunidad diferente al que la habita?

El que cae preso actualmente ya está condenado. Lo esperan el sida; las pulgas en la cama y la mugre en todas partes; la droga; la desesperación por la familia que dejó afuera; el chantaje de los caciques que dominan su pabellón; la incertidumbre sobre qué hacer cuando salga…. La certeza de ser despreciado y segregado por la sociedad…para siempre.

Cómo recuperar a una persona en esas condiciones?

Por dónde comenzar?

Qué podemos hacer cada uno de nosotros para tratar de cambiar este destino. El de ellos, los condenados por un error inicial que luego no supo o pudo modificar, y el nuestro, acosados cada vez más por la inseguridad y el descreimiento?

Quizá sea inevitable para los gobiernos construir cárceles, pero exijamos también que se implementen programas de contención y de recuperación. No podemos dejar a miles y miles de jóvenes a merced de circunstancias que ellos no pueden resolver.

Hay dos enemigos que debemos comenzar por controlar: el alcohol y las drogas.

Tenemos un aliado: el diálogo social, difícil de iniciar, pero necesario, imprescindible, para buscar y encontrar el entendimiento.

Comencemos también por ser justos nosotros, más que reclamar una justicia externa.

Eso decimos, desde El Mangrullo
Noviembre 5, 2016


59 Herencia del siglo XX

El panorama que tienen ante si las nuevas generaciones no es para nada agradable.

Superpoblación urbana. Marginalidad. Altos consumos de alcohol y drogas. Adicciones. Violencia. Inseguridad. Migraciones forzadas. Medio ambiente seriamente comprometido. Probable crisis energética a corto o mediano plazo. Consumo excesivo de materias primas y recursos naturales estratégicos. Transformaciones tecnológicas difíciles de asimilar por mayorías. Surgimiento de minorías elites socialmente desvinculadas. Aislamiento, Barrios cerrados. Murallas reales y/o virtuales.
Esta lista podría continuar, incluso con detalles. Pero creemos que es suficiente.

Cuál será la estrategia humana para resolver semejante situación?

La sociedad europea padeció al terminar la Segunda Guerra con sus cincuenta millones de víctimas aquel desencanto existencial tan bien descripto por Jean Paul Sartre en su histórica novela La Nausea.

Otros novelistas cuentan la desmotivación europea previa al “descubrimiento” de América y el resultado inmediato que el oro y/o la aventura produjo en el Renacimiento.
En términos de cambios sociales me inclino más por el efecto de la aventura (y su esperanza) que por el oro, que como bien sabemos, siempre se distribuye entre pocos.

Alguna vez le comentaba a un amigo, hablando de estas cosas, que posiblemente el desafío del hombre por la conquista del espacio podría generar un segundo (y necesario) renacimiento, para superar todas estas dificultades domésticas del planeta.
Pero ahora lo dudo: ha decaído el interés hasta por “conocer” el universo. Quizá es un sentimiento depresivo al saber que aún viajando en una super nave tardaríamos 1700 años en alcanzar la estrella más próxima, después del sol. Y que solo la Luna, Marte y algunos satélites y asteroides disponen de realidades físicas compatibles con caminar sobre ellos. Es decir: hasta el espacio posible de alcanzar a corto plazo se ha vuelto pequeño.

Parece que la esperanza impulsora deberá provenir de otras cuestiones.

En los momentos difíciles (por ejemplo en grandes extravíos) los buenos líderes suelen decir: “ no debemos desesperarnos… reflexionemos….”

Esa pareciera ser la palabra mágica. La sociedad, los jóvenes deben reflexionar, sin hacerle mucho caso a los chips programados que vaya a saber quién y con qué propósito diseñó.

Salirse unos pasos del sendero. Sentarse en una roca. Pensar. Reflexionar.

Qué debo hacer ahora? Hacia dónde quiero ir? Cual camino debo escoger?

Buscar la vieja brújula. No confiar en el mensaje grabado del GPS que nos quiere convencer de seguir el camino más corto.

A las montañas se sube por senderos en zigzag. Los cóndores y águilas ascienden en círculos. Ni los aviones transitan en línea recta, recorren geodesias orientadas según los vientos.

Sabemos y entendemos que la herencia es pesada.
Pero hay que resolverla.

Eso sentimos, Desde El Mangrullo
Noviembre 12, 2016.


60 Historias contadas – El golpe

Mucha gente se pregunta cómo algunos que estábamos políticamente marcados pudimos sobrevivir al golpe del 76?
En la mayoría de los casos, cuestiones fortuitas. O inexplicables gestos solidarios. También tuvo cierta importancia sobrevivir los primeros dos meses. Mi amigo Horacio, el astrónomo, “enterrado” en La Perla, fue salvado por un suboficial que lo llevó a enfermería el día que la Cruz Roja visitaba el lugar…quedó registrado. Eso lo salvó. Después hubo habladurías, pero yo si sé lo que estoy diciendo.

Yo sobreviví al golpe del 76´ también por fortuitas circunstancias.
La noche del golpe, por error, se llevaron a mi padre. Eso me permitió esconderme los primeros días.
En medio del terror reinante hubo muchas solidaridades que asumían el riesgo. Carmen y César nos contuvieron en su casa las primeras horas. Durante la noche se escuchaban los disparos y las sirenas. Un policía vecino nos cuidó la casa, le daba de comer a nuestra perra (La Maga) y nos informaba de las novedades. Porque lo hizo? Creo que simplemente por ser vecino. La realidad nunca es lineal.
Lo cierto es que dos días después decidimos, Susana (con Natalia en su vientre) y yo, afrontar la realidad en nuestra casa… a Florencia la dejamos con nuestros amigos…
Esa debió ser la noche más larga y aterradora de nuestra vida, pero no sucedió nada.

La Universidad de Córdoba fue intervenida por la Fuerza Aérea, que eran los más blandos, según se decía.
Un Vice Comodoro interventor del IMAF que me tocó en suerte, de apellido Pelliza, cuando me interrogó (porque yo me presenté para que soltaran a mi padre) me confesó que era peronista, y que su hermana cruzó el Rio Matanzas el día que regresó Perón…
No tengo nada concreto contra ud. me dijo. Por favor, suelten a mi padre.
En ese frágil rinconcito quedé, extrañamente a salvo… mi padre apareció a los dos o tres días, abandonado, con los ojos vendados, en una calle de San Vicente. Lo habían tenido todo el tiempo vendado y atado, en el Campo de la Ribera.
Se que hubo quienes, de algún modo, intercedieron por mí, pero en esos tiempos esas cosas se callaban. Nunca pregunté, porque nadie me iba a responder.
De todos modos: gracias.

Cuando se fue la Fuerza Aérea y el Ejército se hizo cargo de la Universidad se acabó mi buena estrella. Nos expulsaron juntos a Cáceres y a mí. A él por comunista, a mi por peronista. Todo tenía el mismo color para aquellos milicos.

Cuando los compañeros de trabajo reclamaron (en realidad, peticionaron), la respuesta fue clara: “Ese debe estar dos metros bajo tierra…que se conforme con estar vivo….” . Efectivamente, tuve mucha suerte, centenares de compañeros cercanos estaban bajo tierra. Supe entonces que no me matarían, pero tampoco me dejarían vivir.
No hubo que pedir más explicaciones. Desde ese momento, un solo objetivo: salir del país….ni pasaporte teníamos.

Sobrevivimos un tiempo fabricando juguetes de madera y “pilchitas” para muñecas. Y cosas por el estilo. Muchos amigos solidarios nos ayudaban y acompaban.
Luego conseguí trabajo como gerente en una fábrica. En ese momento pensé que la pesadilla había terminado para nosotros. Minga.

La mano seguía dura. Un día los Servicios visitaron a los dueños de la fábrica y fueron claros: “el subversivo debe irse”. Algo similar sucedió en el colegio donde trabajaba Susana. Qué había sucedido? En la revista Gente había aparecido una foto nuestra del día que en el 73´ salimos en libertad. Periodismo consecuente, perseguidor.
Estaba claro: éramos exiliados en nuestro propio país, y una amenaza fluctuante según quien manejaba nuestro caso…El margen era estrecho. Como irnos y adónde? Ese era el tema, drama, en realidad.

Gastamos nuestros últimos pesos iniciando el trámite de obtener la ciudadanía italiana. La obtuvimos, pero dos años después, estando ya viviendo en Venezuela.

Una noche desolada abrí un atlas y busqué países donde se explotara el aluminio, que era mi única fortaleza profesional. Allí surgió, entre otros, Venezuela.

Un amigo del PSIN (Partido Socialista de la Izquierda Nacional) me llevó a ver al “colorado” Jorge Abelardo Ramos, en Buenos Aires. Me sorprendió la marcada pobreza en la que vivía este prestigioso historiador argentino – también perseguido – cuyos libros nos habían permitido conocer una historia nacional más cierta que la que hasta ese entonces conocíamos.
Abelardo era amigo del entonces Embajador de Venezuela, Jorge Dáger, quien nos recibió y escuchó mi historia. Junto a él estaba, ese día, Eduardo Falú. Simple coincidencia, pero me emocionó. Eran amigos.
(De modo que sepan porque, ahora, en El Sitio, pongo de tanto en tanto alguna canción triste, de esas que tan bien compuso y cantaba don Eduardo.)

Dáger me escuchó, me miró, y me dijo: “ Mire amigo, Ud. nos hace falta en Venezuela, …así que no busque más…Ud. se nos viene pa´allá…” seguramente había medido y comprendido mi desolación. Tuve ganas de llorar, pero me contuve.

A los treinta días me llamó Dáger a la embajada. Allí estaban los cuatro pasaportes, el mío, el de Susana y los de nuestras hijas. Todos con visa de cortesía del gobierno venezolano, y unas cartas para su hermana, por entonces concejal de Caracas y otra para Freddy Muñoz, un alto dirigente del MAS, para que nos ayuden.

Algunos dólares pudimos juntar vendiendo todo lo que teníamos. Otros vinieron de amigos que me compraban faroles fundidos en aluminio … (esa historia ya la conocen…)

El padre de una amiga de mi hija Florencia, que por ahí aparece en facebook, Mariana Lucca,, se solidarizó con nosotros…pero, murió pocos días antes de nuestra partida en un accidente aéreo, en un avión de Austral que cayó en el Río de la Plata. Antes del accidente me había comprado todos los faroles que me quedaban….y me dio todo su apoyo moral… . me quedó de él un recuerdo triste e inolvidable, era un tipo excelente, que había ayudado también a otros compañeros. (Mariana, sé que estás leyendo esto, te mando un beso).

El 15 de julio de 1981 partimos para Caracas. La visa de cortesía nos permitía viajar con pasajes solo de ida. Era todo lo que yo quería y podía. Partimos los cuatro, con solo 800 dólares, para iniciar una nueva vida. Nuestros amigos nos despidieron en la terminal de ómnibus de Córdoba…éramos unos cuantos…todos lloramos.

Allí comenzó otra historia que seguramente vale la pena que muchos de uds. conozcan.
Será la segunda parte de este relato.

Hasta entonces. Gracias.


61 Historias contadas (parte 2) – El inicio del exilio

Partimos de Ezeiza en un vuelo de Aerolíneas, con pasaje de ida solamente y con los 800 dólares que habíamos logrado juntar. Susana (32), Florencia (11), Natalia (5 y yo (39)). Llevábamos pocas cosas y solo una larga lista de nombres. No conocíamos a nadie. Eran amigos de amigos. Y solo algunas referencias laborales.

Durante el vuelo pensé en mis abuelos, expulsados de la realidad de Europa, subidos a esos barcos, sin nada más que el deseo de una nueva vida. “Como nosotros…me dije”.
Ese era el sentimiento: irse, pensando que nunca volveríamos. Una incertidumbre infinita mientras silenciosamente, sin que nos diéramos cuenta, una acumulación de fuerzas increíble.

Llegamos al aeropuerto de Maiquetía al amanecer, nos recibió el calor del Caribe, lleno de aromas reconfortantes y esa brisa tibia que siempre sopla desde el mar, y que quedaría grabada para siempre en mi memoria como un símbolo de la tranquilidad.

Las primeras malas: un derrumbe en la autopista a Caracas, debíamos viajar por un camino alterno: 4 horas, 150 dólares. En Caracas, todos los hoteles llenos, solo una suite disponible: 150 dólares. No habías pasado un día y ya solo nos quedaban 500. Y un susto creciente.

A la mañana logramos dar con un hada venezolana: Marisela Ayala, que había sido novia/amiga circunstancial de mi amigo Walter durante un año que vivió allá.
Marisela escuchó cuales eran nuestras realidades y fue práctica: diario en mano nos dijo: aquí se comparten apartamentos, porque son grandes. Y nos consiguió un cuarto confortable en un apartamento que habitaba un matrimonio de color. Vivian ellos con su hijito Harold, que no podía entender el color blanco y el pelo rubio de nuestras hijas. Y las perseguía por todos lados.
Los cuatro vivimos dos largos meses en ese cuarto. Eran buena gente y se portaron muy bien con nosotros. Harold poco a poco se acostumbró, y mis hijas también.

Otra mala: era julio, todos los contactos estaban de vacaciones en las partes más remotas del mundo. Habíamos llegado a la Venezuela todavía muy rica de los ochenta.
Yo andaba repartiendo curriculums por todos lados en todo lugar tecnológico que figuraba en la lista que me habían dado los amigos en Argentina, pero las oficinas estaban en general vacías…Todos de vacaciones. Ese detalle no lo habíamos siquiera imaginado.

Había viajado con poca ropa (allá es muy barata, me dijeron) y un solo par de mocasines. Una mañana desgraciada, saliendo de una entrevista infructuosa en el centro de investigaciones del petróleo, que se encontraba en un pueblo que se llama Los Teques, la mala suerte de pisar mal, tropezar, y zas!!! Se me despegó la suela de un mocasín…Regresé como pude al apartamento compartido y salimos a un supermercado a comprar pegamento para arreglar el mocasín… allí, suerte, nos encontramos con un viejo amigo de Susana que llevaba año y pico allá y no solo nos ofreció algo de ayuda sino que hizo algo muy reconfortante para nuestro alicaído ánimo: nos sacó a pasear en su auto por la hermosa Caracas y nos llevó a comer en algún sitio agradable. Además nos llenó de esperanzas: “”aquí todo es posible”, nos dijo.

La concejal hermana de Dager y los líderes del MAS también estaban de vacaciones, de todos modos su papel principal era ayudarnos a cambiar la visa por una de transeúnte, la de cortesía duraba solo 3 meses. Y lo hicieron. Pero tuvimos que salir del país para volver a entrar con la nueva visa. Nos fuimos en ómnibus a Cúcuta (Colombia) el lugar más cercano. Doce horas de viaje de ida y doce de vuelta, Por carreteras selvosas con los aromas que describe tan bien el Gabo en sus novelas. Fue una buena experiencia para comenzar a aclimatarnos al Caribe y a su gente. Y a la cerveza. Y a las arepas. Y a las frutas y a los exquisitos helados tropicales.

Todos los días salía a buscar trabajo. Sabía que en el apartamento me esperaban –ilusionadas- Susana y las chicas: Cómo te fue? Yo antes de llegar me sentaba un rato en un parquecito cercano para descargar la angustia y fortalecerme.. Entonces podía mentirles: “bastante bien…hay buenas posibilidades…”.

Ya había comenzado agosto, en la lista me quedaban ya pocos nombres. De golpe comenzó el milagro. Hablé con Raúl Conde, un ingeniero argentino, que trabajaba de docente en la Universidad Central de Venezuela, en la Escuela de Mecánica. Este allí nomás llamó por teléfono a su director, Othman Falcón y le contó de mi. Perfecto dijo Othman, que me vea el 5 de septiembre, cuando terminen las vacaciones que yo lo contrataré. Que se quede tranquilo. La cosa comenzaba a cambiar…pero faltaba un mes, y ya no nos quedaban dólares. Sería cierta la oferta? Ya me habían explicado que los venezolanos nunca dicen no, pero tampoco eso significa si.

Segundo milagro: Otra llamada me puso en contacto con otros argentinos, economistas que trabajaban para las Naciones Unidas, y ganaban buena plata. Daré solo sus nombres: Jorge, Miriam, Ricardo, Mary.. Nos invitaron a cenar, escucharon nuestra historia y nos dijeron que el tema principal ya estaba entonces resuelto, que así funcionaba Venezuela, que lo de la universidad salía seguro…. Nos prestaron algo de plata y nos dieron mucho (mucho) respaldo anímico. Jorge y Miriam se convirtieron en padrino/ madrina de nuestras hijas, y sus hijas, adolescentes, ayudaron mucho a Florencia. Con su ayuda logramos alquilar a finales de agosto un pequeño apartahotel y pudimos sentir que ya teníamos un sitio propio.

Pero faltaba un largo mes. En Argentina me habían dicho que en Venezuela se estaba creando el CITAL (Centro de Investigaciones Tecnológicas del Aluminio) que congregaba a las grandes empresas y a las universidades, que allí estaba mi gran oportunidad. Aproveché esos días y me fui a Puerto Ordaz, en ómnibus, 600 km, ciudad donde se encuentra la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) un holding del acero, el oro y el aluminio, solo un poco menos poderoso que Petróleos de Venezuela. Me esperaba allí uno de los contactos desconocidos. En realidad me esperaba su esposa, que por suerte era médica. Porque el golpe de calor, al bajar del ómnibus, me desmayó. Desperté en la casa de esos amigos.
Así conocí Puerto Ordaz, lugar donde luego trabajé por años, totalmente adaptado a su clima y a su gente.

Uds. no podrán creerlo, todavía con mis únicos mocasines reparados, pantalón y camisa, me recibió el Presidente de la CVG… si, el Presidente….su oficina era tan grande que me sentía perdido en ella…. Me recibió muy bien y sacó un rollo de planos, los estiró en su enorme escritorio y me dijo: este es el CITAL, como ve, solo planos todavía. Vaya a la Universidad, y comience desde allí.
Pero la estrella no era mala: ninguno de los argentinos podía creer que me hubiera recibido el Presidente de la CVG en persona. Después supe que en Venezuela, del mismo modo se llegaba al Presidente de la República, con solo pedir la audiencia y esperar un poco. Y sin chaqueta.

Comenzaré a hacerla corta. El milagro sucedió. Othman Falcón me contrató en septiembre como profesor adjunto con un buen sueldo, pero recién cobré todos mis sueldos en abril del año siguiente. Los amigos Jorge y Ricardo me financiaron hasta entonces. Nuestra vida comenzó a cambiar y poco a poco aprendimos a disfrutar en ese país alegre y simpático y por entonces, realmente lleno de oportunidades.

Por ese tiempo también aparecieron Mary y Alberto (los mavericks, con ellos jugábamos a las cartas todas las semanas) y nos prestaron un autito que nos dio la movilidad que requeríamos. Antes de que finalice el año logramos alquilar un departamento. La vida comenzó a normalizarse.

Venezuela nos devolvió la vida. Es y será siempre nuestro segundo país, y nos duele profundamente su realidad actual. Su pueblo es valioso, ya superará su desencuentro.

Vivimos catorce años en Venezuela. El CITAL nunca se formó. Quizá por suerte, porque en realidad lo hicimos nosotros, desde la actividad privada.

Trabajé mucho y bien, me reconstruí como profesional. Enfrenté numerosos desafíos, junto con Othman y otros amigos, creamos empresas, nos hicimos socios en la aventura de la tecnología independiente, hicimos cosas realmente importantes en las grandes industrias del aluminio y del oro. Fuimos bien reconocidos. Todavía lo somos, porque perduran nuestros equipos funcionando. Toda una gran satisfacción.

Aprendimos a amar el mar tibio del Caribe y a vivir en libertad.

Todo eso. Y mucho más.

Pero eso ya serán otras historia, y otras postales.

Hasta pronto


62 Historias contadas (parte 3): El regreso.

Me tocó hacer de punta de lanza del retorno familiar. Sin saber muy bien porqué, decidimos regresar de Venezuela. Era el año 1994, gobernaba Carlos Menem, y se preparaba su segundo período. La Argentina vivía una inexplicable euforia de consumo, con una balanza comercial muy negativa, que presagiaba el fin del sueño.

La caída del muro de Berlín había complicado nuestros negocios en el mundo del aluminio. El precio internacional del metal bajó de 2000 a 800 dólares la tonelada cuando Rusia decidió desprenderse de sus reservas estratégicas. Ese precio estaba 100 dólares por debajo del costo de producción en la mayoría de las empresas. Eso frenó las inversiones en equipos y tecnología, que era lo que nosotros ofrecíamos. Según expertos la crisis duraría al menos 6 años. Esa fue una de las causas principales que impulsaron el regreso, decidimos achicar la empresita venezolana y se quedaron en ella dos socios. No daba para mucho más.

Adaptarme nuevamente a la Argentina de ese entonces me costó mucho más que aclimatarme en aquella Venezuela. Mi país era ya otro país. Y posiblemente yo, otra persona.

Por prestigio acumulado y amistades políticas aterricé contratado por la Secretaría de Industria de la Nación, para coordinar un programa de apoyo a las desfallecientes PyMES que trataban de sobrevivir a los efectos de Martines de Hoz (antes) y Cavallo (ahora). Se sumaba también la privatización de YPF y qué hacer con el personal. En Venezuela me había tocado participar de un exitoso programa de reconversión laboral cuando el estado debió achicar la industria del acero.

En el programa nos tocaba hacer de “médicos de pymes”, pero el único medicamento disponible eran aspirinas.
Eso, y la corruptela que veía a mi alrededor me fueron descomponiendo. Casi todos los funcionarios se llevaban a fin de mes, además del sueldo, un jugoso sobre. No sé si todos, pero si la mayoría, aún cuando la única condenada por ese acto haya sido la María Julia. Dicen que esa práctica ya venía de antes, y que prosiguió después. No me consta, pero es posible.

Yo venía de haber vivido muchos años de lucha, sacrificando intereses personales; dos años de cárcel y 14 años de exilio, forzado al comienzo e impreciso después.
Pero algunos porteños que me rodeaban me miraban como a un paracaidista. Eran los embriones de los que luego –sin haber luchado un solo día – se sentían los hijos de la democracia. Los hijos, nunca los padres.
Recuerdo que uno de ellos llegó a decirme: “vos sos uno de los violentos del 70´…”
Y ése personaje, poco tiempo después, supimos que le cobraba a un amigo el 50% del monto mensual con el cual lo había hecho contratar. El pibe lo grabó y lo denunció, y al pichón de corrupto tuvieron que cortarle la cabeza. O le dieron otro cargo. Nunca se sabe.

Duré pocos meses en ese lugar. Lo suficiente para lograr traer al resto de la familia.
Nos instalamos en Córdoba, donde puse una pequeña oficina para dedicarme a lo mío: sobrevivir con el conocimiento y experiencia adquirida.
Las pymes con las que había interactuado desde aquel programa reconocieron mi oficio, y la oficina se convirtió –inesperadamente- en una verdadera clínica de empresas complicadas frente al cambio de paradigma que se venía. El nuevo paradigma incluía a la computación y anteponía la comercialización a la producción, pavada de desafíos para el pensamiento de los viejos empresarios, que no confiaban en su descendencia innovadora.

A nivel familiar la readaptación a la Argentina fue también muy difícil. A los pocos meses Natalia (la menor) regresó a Caracas a continuar estudiando allá. Florencia (la mayor) también deambuló nuevamente por Caracas y luego se fue acercando a Italia, donde luego de un par de años, definitivamente se instaló. Susana y yo comenzamos también nuestros desencuentros.
De todos modos logramos un mérito: construir un proyecto familiar en el cual cada integrante pudo trazar su destino. Eso nos mantiene unidos. Aún en las diferencias y distancias.

La crisis del 95´presagiaba desempleo. En Córdoba, Mestre padre anunciaba despedir al 30% de los empleados públicos. Las automotrices también despedirían personal. El único sector que parecía poder escapar de la recesión era la construcción. Las grandes empresas de Córdoba me contrataron para diseñar un programa de reconversión laboral, para paliar el conflicto social inminente.
Lo hice, y creamos un instituto, el ICER, que no duró mas que un año, porque Mestre padre, inteligentemente, optó por reducir salarios y no despedir personal.

En esos desafíos andaba, libre y contento, cuando se me cruzó el ángel o el diablo (todavía no lo sé, prefiero llamarlo el destino).
El flamante gobierno peronista de Córdoba me ofreció integrar la también flamante Agencia Córdoba Ciencia. Después de algunos titubeos, acepté. Y la dirigí durante casi ocho años, hasta fines del 2007.

Esa es ya otra historia. Más reciente y más conocida.

Con esto termina esta saga, desde ahora, solo contaré de tanto en tanto, algunas anécdotas y pasajes. Será más entretenido.

Hasta la próxima.

Desde El Mangrullo
Diciembre 3, 2016.


63 La espalda del Uritorco

Todos estamos acostumbrados a la imagen del Uritorco de frente. Esa que se ve desde Capilla del Monte. La postal convencional.
Sin embargo, hasta finales del siglo XIX y comienzos del XX, que fue cuando se inició el desarrollo del ferrocarril, Capilla del Monte prácticamente no existía.
En realidad, salvo Cosquín, que era una antigua estancia, los pueblitos de punilla fueron desplegados por el avance ferroviario.
Esta conciencia geográfica resulta muy importante cuando se recuerda que durante esos siglos anteriores la vida transcurría a espaldas del Uritorco, por donde transitaba el Camino Real.
Efectivamente, desde varios siglos antes ya estaban las estancias jesuíticas de Jesús María, y de Santa Catalina. La primera, construida sobre un asentamiento indígena llamado Guanusacate (agua muerta, bañado) y que cuando se fundó como localidad se llamó Villa Primera. La segunda también se inició en 1584 como una estancia en el paraje llamado llamada Calabalumba La Vieja. En 1622 la estancia pasó a manos de los jesuitas, quienes le dieron, en años posteriores, la estructura actual.

Lo cierto es que el Camino Real se iniciaba en las cercanías de Córdoba y recorría un conjunto de postas dentro de las cuales se destacaban la propia Jesús María; Sinsacate; Barranca Yaco: Los Talas; Inti Huasi; San Pedro Viejo; El Chañar y la Posta del Tigre, ya en el límite de Santiago del Estero.

Por ese camino y huellas adyacentes se desplazaron primero los conquistadores y ejércitos libertadores y luego las partidas de federales y unitarios con sus interminables persecuciones, combates y escaramuzas.
Por allí mismo, en las cercanías de Barranca Yaco fue emboscado y asesinado en 1835 Facundo Quiroga.

Las montoneras gauchas tenían dos destinos: el norte, cuando se dirigían a Santiago o al Tucumán, o hacia el oeste, en busca de los Llanos riojanos y valles catamarqueños.

Bien debían conocer todos ellos las espaldas del Uritorco y las sierras de la cadena que les impedían galopar hacia los Llanos. De modo que generalmente recurrían a la opción de ir hasta la Posta del Tigre y desde allí a las salinas grandes, atravesarlas y llegar a los llanos.

Pero muchas veces los adversarios o enemigos debieron esperarlos o emboscarlos y les fue necesario cruzar las montañas, quizá por Santa Catalina, el Valle de Ongamira y desde allí por Cruz del Eje rumbo a las salinas.
Pero, seguramente no pocos de ellos debieron internarse en las serranías para ocultarse y buscar nuevos pasos en las quebradas y arroyos existentes.
Para esas largar travesías que las montoneras realizaban a caballo, eran importantes los arroyos, para bastecerse de agua.

A pocos km de Santa Catalina, yendo hacia Ongamira, hay un pequeño caserío llamado Todos los Santos, por allí cruza un arroyo que llaman Río Pinto. Ese arroyo nace en las vertientes de la espalda del Uritorco y se desplaza hacia el Valle de Ongamira primero y luego busca y se pierde en las llanuras que atraviesa el Camino Real.
Otro arroyo nace en la espalda del Uritorco, pero viaja en el otro sentido, para aportar sus aguas al rio capillense, el Calabalumba. Se lo llama Las Huertas Malas, porque cerca de su naciente hay un sembradío de frutales, cuyo origen se desconoce, pero por la edad de los árboles se supone fueron plantados en el siglo XIX. Este arroyo se desliza por un desfiladero profundo, y se encuentran en él hermosas cascadas y ollas de agua cristalina.
Alli existe una gruta formada por un alero de roca, cuya entrada fue cerrada parcialmente por un muro de piedras, al estilo incaico. Tiene todas las características de un refugio. Se la llama la Cueva del Ermitaño, y algunas leyendas la sitúan como refugio de un soldado escondido en las épocas de la colonia.

Yo tengo otra hipótesis. Que fue el refugio de un montonero gaucho perseguido que se lanzó a través de las serranías y encontró esa cueva, y allí se quedó. Si esto fuera así, el escondrijo data de un tiempo más cercano: la segunda mitad del siglo XIX. Y el origen de los frutales puede haberse originado mediante semillas o plantas que el fugitivo consiguió, por ejemplo, en la Estancia Santa Catalina. El arroyo de Las Huertas Malas y el Rio Pinto nacen en laderas cercanas de la misma serranía. Y siguiendo el curso del segundo se llega necesariamente a Santa Catalina.

En mi adolescencia temprana solía ir a pescar al Dique Los Alazanes, que se encuentra más arriba aún, en las serranías de las espaldas del Uritorco, hacia el lado de Las Gemelas, y junto a otros amigos pasábamos allí varios días. Dormíamos en una sala que disponía en su casa el encargado del dique, de apellido Luna Este vivía solo allí. Bajaba una vez por quincena a buscar provisiones a Capilla. Las compraba en el negocio de mi padre, de allí lo conocía.
Luna tenía también algo de ganado en la zona, algunas vacas y caballos que andaban sueltos por el monte. Solía estar con él un ayudante de campo, un hombre grande que creo recordar que se llamaba Don Pancho. Una noche, reunidos en torno al fuego del hogar y haciendo rondar una ginebra, Don Pancho contó la historia de los “chacheros”…unos personajes vestidos todo de negro que hablaban mediante el sonido del viento en las piedras. Según Don Pancho sus mensajes sonaban como letanías, y se trataba de ánimas de los montoneros perseguidos y asesinados en esas serranías….decía que todos habían sido riojanos….chacheros …..me digo ahora: .hombres del Chacho Peñaloza? Quizá.

Esa leyenda fantástica de los chacheros me quedó grabada…. Y ahora, que se nos dio por pensar al Uritorco desde el otro lado, desde donde seguramente se lo conocía antes de que el ferrocarril generara los pueblos de Punilla, me invadió una lógica incierta, pero probable. Me imaginé a grupos dispersos de las montoneras atravesando esos cerros, para evitar los caminos conocidos, seguramente en manos del ejército regular. Me los imaginé acampando en la profundidad de las quebradas…. Me los imaginé pensando con tristeza que ya no tenían muchos sitios para ir….y me imaginé a uno de ellos amontonando piedras en la entrada de la cueva decidido ya a quedarse…. lo pensé armando una huerta y consiguiendo los frutales….lo imaginé pensando en un nombre para su sitio…. Y dadas las circunstancias, pensado como un destierro, porqué no llamarlo Las Huertas Malas?


64 Las convicciones

Son supuestas verdades en las que creemos y que nos permiten y obligan ser como somos.
Abarcan todo el espacio de nuestras actitudes y actividades.
Modelan también, lo que conocemos como el sentido común.
Las convicciones solo compiten con las dudas.
Las convicciones y las dudas conviven en nuestro interior y provocan las búsquedas, como mecanismo de resolución del conflicto.

Algunos creen que es bueno tener muchas convicciones y pocas dudas.
Otros opinan exactamente lo contrario: son las dudas lo que impulsan la búsqueda del conocimiento (la mayor aventura de la raza humana).
Resolver bien una duda, es adquirir una convicción.

Hay convicciones intimas, profundas, que se relacionan, por ejemplo, con la religiosidad.
Hay otras que son producto de consensos aceptados, acuerdos sociales que definen nuestro comportamiento frente al resto de las personas y frente a la naturaleza. De aquellas se nutre la moral, De estas se alimenta la ética.
El comportamiento ético supone un consenso con todos los aspectos de la vida, no tiene relación con los dioses.

Parece algo infantil hablar de estas cosas, pero podemos tomarlo como una acción de “mantenimiento”, para evitar que se desgasten por falta de lubricación.

Estas cuestiones debieran ser el espejo en el que todas las mañanas se miren los funcionarios responsables del manejo de la cosa pública. Entonces, el mundo funcionaría mejor.
Porque para ser un buen funcionario hacen falta dos cosas principales: ética en el comportamiento y capacidad técnica en la gestión.
La segunda se puede adquirir con el estudio y la práctica. La primera se debe disponer como un requisito básico.
Ingredientes faltantes en la actualidad, que pasan desapercibidos en la maraña de confusiones no resueltas en la que vivimos.

Los ciudadanos debemos pensar en estas cosas antes de entregarle el voto o la confianza a quien se propone encargarse de la cosa pública.

Y ser inflexibles.


65 Felices Fiestas

Ese sincero deseo es –debe ser- el tema central de este editorial.

Con fe, con esperanza, dice el Presidente, pero suena como una frase hueca en medio de demasiados desajustes heredados y/o creados.
Ese maldito círculo que atrapa a nuestro país y lo entretiene en un presente atormentado por el pasado y desorientado por el futuro.
Como que no podemos o no sabemos manejar los tiempos.

Nos hace falta un sinceramiento social para descubrir el hilo que entrelaza los problemas que nos afligen.
Un buen ejemplo es el tema de la seguridad, cuando confundidos creemos que se trata de un asunto policial o de la justicia.
Acaso no leemos a cuánto asciende la cantidad de presos en la Argentina? No alcanzan las cárceles. Y el adentro y el afuera se van haciendo equivalentes. Porque qué significa estar “afuera” en una casa amurallada y con rejas?

Basta de engañarnos. Lo sabemos. Este estado de delincuencia es un problema socio cultural, que no podemos o queremos resolver. Porque tiene su precio hacerlo. Implica repartir, y eso siempre significa ceder algo cada uno.
Además hemos dejado correr demasiado el reloj de los tiempos. Los irrecuperables no son pocos… en ambos bandos.

A la violencia no hay que combatirla, hay que desarmarla. Pero no significa quitarle las armas, significa modificar sus intenciones. Significa anteponer la solidaridad, como suele suceder, sorpresivamente, en situaciones críticas. “…los mismos tipos que me asaltaron, cuando caí al agua, se tiraron y me salvaron…”

Ahora, el sistema le teme a los saqueos. Todo un tema. Pero mientras tanto, el mismo sistema promueve lo inalcanzable para la mayoría. Nos preguntamos porqué un chico que ni siquiera alcanzó la adolescencia es capaz de matar a otro por un celular de los caros?
Muy simple. Porque no tiene otra forma de alcanzarlo. Y la TV le está diciendo que sin ese aparatito la vida no es vida. Que simple ecuación verdad? Elemental Watson….

Este tipo de ejemplos se puede repetir en multitudes de casos y cosas.
Pero no queremos o no podemos verlas.
Estamos pensando en meter en cuotas un viajecito al Caribe. O por lo menos, a Brasil.
………………………..

Qué podemos o debemos hacer?
No hay otra: comenzar a cambiar el orden.
Ya no se trata de soñar con las apocalípticas revoluciones de los sesenta, se trata de poner en marcha mecanismos menores, dentro de nosotros mismos. Extenderlos en nuestras familias, decirle las justas, no las contrarias, a nuestros hijos y sus pretensiones. Volver a conversar en el barrio con los vecinos. Ir logrando los pequeños acuerdos que luego nos permitirán alcanzar a los mayores. Jugar y apostar a la verdadera democracia. No hay otra.

Muchos políticos temblarán cuando se enteren que ese proceso ha comenzado. Porque significa el final de sus negocios.
Porque se han acostumbrado a una democracia entre pocos. Los amigos. La mesa chica. Lo bueno que es conservar esos cargos que no exigen mucho y pagan bien.
Además, no hay fracasos: siempre se le puede echar la culpa al otro…. Y en últimas decir: “ …. es muy difícil poner de acuerdo a la gente….”

Ese juego macabro solo se puede desarmar desde abajo.
Lo sabemos.
Comencemos ya.
Antes de que se nos acabe otro siglo.

Desde El Mangrullo, diciembre 24, 2016


66  Final y Comienzo

Termina un año, comienza otro.
Generalmente, en nuestra cultura, se visualizan estas fechas como un festejo.
Un detalle: el brindis de fin de año se realiza dedicado al futuro, no al pasado.
Es una apuesta que la esperanza le juega a lo ya sucedido.
Es decir, esperamos que el año que viene sea mejor que el que termina.

En las culturas originarias de América los tiempos se ordenaban de manera diferente.
El ordenamiento tenía que ver con cosas vitales de la vida, como el agua, el calor del Sol, la fecundidad de la tierra, la cosecha.
También se festejaba, con tragos y con danzas. En algunos lugares se realizaba algún sacrificio, no nos espantemos, aquí también suceden.

La Conquista impuso, entre muchas otras cosas desacertadas y desproporcionadas, hitos traídos de otras latitudes, incluidos los referentes climáticos del hemisferio opuesto.
Nieve. Trineo. Renos. Hombre de aspecto nórdico, gordito, vestido de rojo, abrigado, con su bolsa de regalos y apellido de mermeladas.

Vivimos épocas de oportunas revisiones, ya le llegará el turno a estas festividades que año tras año se van degradando, convirtiéndose en una tonta estadística comercial, en brindis obligados y porque no decirlo, en reuniones muchas veces desencontradas, con partícipes apresurados por el brindis para poder marcharse a la verdadera fiesta, que sucede en otros lugares.

Padres y abuelos tratan de sujetar a la tradición, que disimuladamente se escapa.

La dispersión geográfica familiar contribuye para disminuir la magnitud de las reuniones, y la diferencia horaria no permite el brindis conjunto ni siquiera a través de internet. Hasta la tecnología queda derrotada por el fenómeno de la dispersión.

Allá arriba (o abajo), en la estación espacial, astronautas rusos, norteamericanos y algún otro de origen diferente estarán mirando girar a la tierra y viendo cómo pasan los meridianos indicando con precisión el momento de encender las pirotecnias, que todavía asombran, pero que a muchos ya nos molestan.
Ellos tienen también otro ordenamiento temporal. Sin día ni noche. Dándole una vuelta al mundo cada hora y media (más o menos). Y sin saber exactamente cuándo, en que instante, les toca el brindis.
John, oriundo de Colorado, mira su cronómetro y levanta su copa, mientras Australia pasa por debajo de su cuerpo.

Feliz y Próspero Año Nuevo, es la fórmula convencional.

Les desea El Espacio Cultural El Sitio.
Diciembre 31, 2016.