Todos hacÃamos conjeturas acerca de cómo serÃa el final de la pandemia.
Pero no pudimos imaginar dos cosas: 1) Que sucederÃa por decreto. 2) Que se produjera un aluvión social avasallando todos los protocolos.
El gobierno de pronto dijo, sin tener como telón de fondo al prestigioso grupo de epidemiólogos, la pandemia terminó.Â
Y decretó el final de los aforos y simplificó los protocolos.
Luego de decirlo sobrevino una preocupación y trataron de atenuar la versión, pero ya era tarde, les pasó por encima un aluvión de millones de personas que invadieron boliches, restaurantes, estadios de fútbol, negocios, calles, avenidas, parques, plazas, autopistas, carreteras, sitios turÃsticos.
Una mayorÃa peligrosa dejó los barbijos en la casa. De recuerdo.
Estamos en medio del aluvión. Gente que pasa en todas direcciones. Se soltaron las amarras, ya no hay forma de frenarlos.Â
Nos sumamos al pensamiento de Bolsonaro. Aunque no se lo diga o reconozca.
Algunos paÃses muy organizados hicieron experiencias similares y tuvieron problemas: afrontaron una tercera ola. En algunos casos, muy peligrosa, pese a tener porcentajes muy elevados de vacunados con la doble dosis.
¿Qué puede suceder aqu� No lo sabemos, pero estamos preocupados.
Además, queremos hacer una pregunta: ¿Si se produce una tercera ola como consecuencia de este aluvión, los que lo promovieron, se harán responsables? ¿O mirarán para otro lado tratando de desviar la atención hacia otros culpables?
¿Se harán cargo de tamaña decisión? ¿O se harán los bolus, como tantas otras veces?
Es imposible comprender que quienes nos tuvieron encerrados durante casi veinte meses, de golpe, en una semana, sin ninguna preventiva gradualidad, hayan abierto las tranqueras de par en par… que hagan cargo los dioses, no lo dijeron, pero seguramente lo pensaron.
Está bien, pero recuerden que el apoyo de los dioses no es gratuito.
Los dioses, de cualquier religión, cobran peaje.
Y también aplican multas.
Espacio Cultural El Sitio
Octubre 09, 2021.