294. Muros interactivos

Desde hace un tiempo, mis muros de Facebook se han vuelto interactivos, se producen discusiones. Me parece excelente. Posiblemente es un indicador que muchos andamos buscando las verdades que necesitamos.

Hay algunos que parece que ya las encontraron, y las defienden a rajatabla, siempre dando ejemplos y empujando para el mismo lado.

A esos los ayudaremos con una pequeña dosis de dudas. Siempre es bueno dudar un poco, para revisar, para actualizar, porque hay viejas ideas o concepciones que ya caducaron, y algunos, distraídos,  no se dieron cuenta.

Todavía existen reyes y reinas, sin embargo casi que no gobiernan las monarquías, se han mantenido solo como un viejo privilegio.

También en algunas geografías perduran las tribus, pero utilizan jeans y celulares. Y no mastican vidrio.

Aquella revolución francesa que inventó el pensamiento liberal, cumplió ya dos siglos y medio, y los liberales evolucionaron, unos para un lado y otros al contrario.

La revolución rusa que parecía cambiaría al mundo hizo bastante ruido, ciento tres años después ya se sosegó. Los herederos armaron un conglomerado de principios, un guisado de ideas y conceptos, que les funciona mejor que el mono proceso del inicio..

Según noticias que llegan, en Rusia y en China, no saben qué hacer con los nuevos ricos.

La Cuba revolucionaria se ha convertido en una hermosa isla turística, donde el visitante puede ver funcionar un socialismo a medias. Pero lo que más gusta a los visitantes es la alegría tropical, la música, las playas con palmeras y tomarse un mongito al atardecer.

Desde aquellos años revolucionarios de los sesenta ya han pasado ochenta años, la vida completa de un abuelo.

Evita murió hace sesenta y nueve años, Perón hace treinta y siete. Al Che lo mataron en la selva boliviana hace un poco más de medio siglo.

Videla y algunos de los suyos ya no están, están repasando sus fechorías  en el infierno.

Las Malvinas siguen siendo una bandera, una de las pocas que nos unen. Nos unen mediante un nacionalismo extraño, que no practicamos ni compartimos en otras cuestiones.

La joven democracia del ochenta y tres ya está por cumplir cuarenta años, la edad difícil, o maldita, según se mire.

Néstor se fue, dejo a su esposa y a un hijo a cargo de la empresa.

Hugo Chávez se equivocó al hacer el testamento, nos dejó un Maduro algo inmaduro.

Muchas de las cosas de este popurrí son causa de nuestras discusiones, y alimentan una estúpida grieta mientras la realidad se desliza por debajo de la alfombra.

El mundo entero transita un mal momento, cuyas consecuencias todavía no imaginamos.

Debiéramos ocuparnos de cosas más importantes en lugar de jugar al desacuerdo.

Debiéramos, por el contrario, indagar cuál debe ser nuestro destino.

El destino de los argentinos. Todos. Sin que falte nadie.

No son tantas las cosas que debemos resolver. Es cuestión de ir acercando soluciones prácticas, sin tanta vehemencia ideológica, ponerle límites a ciertas ambiciones y organizar trabajo productivo.

Basta de discutir si el Estado o lo privado, ambos son necesarios, solo debemos repartir bien los tantos.

Ser primero país, Nación, no creer demasiado en esa división de obligaciones que quieren instalar en el mundo. Para colmo, sin consultarnos.

Mientras existan las fronteras, tratar de producir todo lo que sepamos, podamos y necesitemos, y desde esa posición negociar.

Hay muchos países humildes por ahí, que nos están dando su ejemplo.

¿Cómo lo hicieron?

Muy simple, pensaron un plan, lo desarrollaron y lo cumplieron.

Ese plan es lo que deberíamos estar elaborando y discutiendo en nuestros muros. Un plan concreto, producto de acuerdos necesarios que siempre se postergan.

Debemos discutir sobre lo actual, desprovistos de aquellos prejuicios tan antiguos.

No somos muchos, tampoco somos importantes para el mundo.

Lo que vale son las riquezas que tenemos y no sabemos explotar.

Terminaremos regalándolas, un verdadero pecado, por no aprender a explotarlas nosotros.

También tenemos unos cuantos vivos que nos entretienen discutiendo cosas menores, mientras ellos se comen el queso. Hay que desenmascararlos, no es difícil. Es cuestión de ver que tenían antes y que tienen ahora, y que hicieron para lograrlo.

Esto es lo que pensamos hoy.

Mañana, recordaremos a Belgrano y a la bandera.

Espacio Cultural El Sitio

Junio 19, 2021.

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