Decíamos a comienzos de este mes que en Mayo siempre habían sucedido rebeliones.
En los últimos días han comenzado a aparecer embriones de malestar y rebelión social crecientes en contra de los poderes de los Estados.
No es justo referirse solo al poder nacional, la rebeldía se produce también en ciudades y pueblos pequeños, en los cuales, son también las municipalidades las destinatarias de las protestas.
¿Quiénes son los que se sublevan?
Los sectores de clase media laburante, el pequeño comercio, los “no esenciales”, los emprendedores que se dedican a servicios no permitidos por el covid.
¿Cuál es el motor de la bronca? Es simple, la gente siente que los únicos privilegiados son los empleados de los respectivos Estados, que siguen cobrando – tal vez un poco reducido – el sueldo. Entonces, tranquilos ellos proponen medidas restrictivas. Seguramente necesarias porque la pandemia aprieta, pero económica y socialmente dolorosas.
¿Existe alguna salida? Se preguntan los funcionarios. No hay una respuesta clara. Pero va ganando voluntades la desobediencia.
Algo similar sucede con nosotros, los jubilados; nuestros ingresos se han reducido drásticamente, hemos perdido una buena parte de nuestra capacidad de consumo, pero seguimos cobrando “algo” que nos permite la supervivencia. Estamos disconformes, pero callados.
El resto de los trabajadores vive en suspenso. Los que trabajan en una empresa grande, no sabe hasta cuándo durará. Han visto cerrar a varias, otras se han reducido, miran a las paritarias y piensan: ¿Quién pagará esto?
Las restricciones que dictan los gobiernos se cumplen a medias.
La gente sale a las calles, abren sus negocios aunque no vendan casi nada; los bares abren y ponen mesitas afuera, casi no hay clientes.
Mientras los jóvenes practican el desafío con sus fiestas clandestinas.
“Miren en qué terminó la clandestinidad…” – dice, desengañado, un viejo comunista.
Mayo es un mes de rebeliones. Seré breve hoy. Estoy escuchando que los gobiernos andan diciendo que no mantendrán el confinamiento… ¿A que estamos jugando?
Es simple la cosa – me responden – se vienen las elecciones.
¿A quién votará esta vez la clase media’ – Pregunto.
No hay respuesta.
Un “que se vayan todos”, flota en el aire enrarecido de Mayo.
Espacio Cultural El Sitio
Mayo 29 (aniversario de El Cordobazo), 2021.