Relatos del Topo Silva

Choquequirao, la otra ciudadela Inca

Cuando tengas esta revista en tus manos ya habré emprendido un nuevo viaje, esta vez el destino es Perú a donde partimos un grupo de amigos con el objetivo de hacer una caminata por los andes peruanos más precisamente la cordillera de Vilcabamba con el objetivo de unir dos ciudadelas incaicas, Choquequirao y Machu Picchu

Choquequirao (del aymara chuqui, oro, y del quechua k’iraw, cuna, es decir: “cuna de oro”), son las ruinas de una ciudad inca situada  Se ubica a 3033 metros entre las estribaciones del nevado Salcantay y al norte del valle del río Apurímac en la provincia de la Convención, región del Cusco, al sur del Perú. Los restos arqueológicos de Choquequirao están conformados por edificios y terrazas distribuidas en diferentes niveles, desde el nivel más bajo Sunch’u Pata hasta la cima truncada más alta, la cual fue nivelada y cercada con piedras para formar una plataforma con una área aproximada de 150 metros cuadrados

Choquequirao (a veces también referida como Choqequirau o Choquekiraw) es conocida como la “hermana sagrada” de Machu Picchu por la semejanza estructural y arquitectónica con esta.

 

 

Panorámica de Choquequirao

Choquequirao (2)

Colgado de la montaña

Choquequirao

Andenes en Choquequirao

Choquequirao (3)

El entorno de Choquequirao es uno de los más ricos en biodiversidad. Todas estas especies se han acondicionado a pesar de las variaciones de temperatura como es sol durante todo el día e inclementes heladas durante la noche. La fauna del lugar está compuesta principalmente por cóndores, tarucas, vizcachas, zorros, zorrinos, pumas, picaflores, osos y el gallito de las rocas, ave nacional del Perú. En su flora destacan los helechos gigantes, el ichu y una gran variedad de orquídeas, donde resalta la de la variedad wakanki.

 

Época Inca (1438-1534)

Fue un centro tanto cultural como religioso para la región. Presumiblemente esta ciudadela fue usada como una garita de control para asegurar el acceso a las áreas de Vilcabamba, que conectaba la selva con otros centros importantes como Písac y Machu Picchu. También se estima que la ciudadela jugó un importante papel sirviendo como nexo entre la selva amazónica y la ciudad imperial del Cusco.

Época de transición (1534-1572)

Choquequirao es considerada uno de los últimos bastiones de resistencia y refugio de los Incas, quienes por órdenes de Manco Inca, abandonaron la ciudad de Cusco para resguardarse en las ciudades de la región Vilcabamba, cuando alrededor del año 1535 Cusco se encontraba sitiado por los españoles. Fue en este lugar (y en general en todo el valle del Vilcabamba) donde Manco y los demás Incas de Vilcabamba resistieron el embate de los españoles, hasta la captura y ejecución de Túpac Amaru I en 1572.

Referencias en la época colonial

El primer explorador que da noticias una ciudadela llamada “Chuquiquirau” fue el explorador español Juan Arias Díaz Topete en el año de 1710. La primera referencia escrita de Choquequirao data del año de 1768 y su autor fue Cosme Bueno, sin embargo la documentación fue puesta de lado y echada al olvido por las autoridades y el público en general. En 1790, Pablo José Origaín menciona en su “Compendio de Noticias Geográficas del Cuzco” una ciudad despoblada desde la antigüedad con el nombre de Choqequirau.8

Redescubrimiento y restauración

En 1834, José María Tejada (prefecto del Cusco) viaja a la ciudadela atraído por las leyendas sobre tesoros en Vilcabamba; así mismo en 1837, Leonce Angrand cartografió el lugar por primera vez, pero sus mapas fueron también puestos al olvido. No fue hasta 1909, año en que el arqueólogo Hiram Bingham y el topógrafo Clarence Hay (ambos norteamericanos) visitaron Choquequirao y elaboraron una descripción minuciosa del sitio, que la ciudadela adquirió mayor atención por parte de los arqueólogos, el gobierno y los turistas. Las primeras excavaciones comenzaron varias décadas después de la visita de Bingham, alrededor de 1970; así mismo en 1986 se hacen estudios intensivos y un plan de restauración del sitio. Actualmente, se calcula que sólo un 30% del complejo, que comprende unas 1810 hectáreas, ha sido desenterrado y puesto en funcionamiento como zona turística.

El complejo de Choquequirao se compone de nueve sectores, entre los que destacan el centro político religioso, el sistema de fuentes y canales con acueductos, y el grupo de las portadas.

Topografía

Desde una vista aérea o a cierta distancia, es fácil distinguir las típicas terrazas incas que conforman las más grandes construcciones de Choquequirao. Un Templo, algunas edificaciones administrativas y habitaciones para los administradores y asesores principales, que estaban situadas alrededor de la plaza central.

Hacia las afueras del centro de la ciudadela destacan las habitaciones usadas por el resto de la población, que están agrupadas conformado una pequeña aldea. En Choquequiero existen numerosos canales de regadío, y acueductos para el suministro de agua potable. A pesar del tiempo y las inclemencias climáticas, la mayoría de las edificaciones de la “hermana sagrada” de Machu Picchu se encuentran bien preservadas, y su restauración durará, según algunos entendidos que están a su cargo, aún varios años más.

Posición estratégica

Desde la perspectiva andina su ubicación es indudablemente estratégica, lo que le permitió a este singular asentamiento abarcar y tener un dominio sobre lo que podría considerarse uno de los trayectos altitudinales más extraordinarios del país.
A su vez, desde el aire los investigadores, que lo han apreciado, dicen que Choquequirao se muestra como un gran libro abierto, con el caudaloso río Apurimac a sus pies y una gran cadena montañosa que se precipita hacia las vertientes orientales cubiertas por una inmensa vegetación tropical; siendo otra muestra de la pretensión andina de dominar el mundo desde las alturas.

Que llevó a los Incas a construir sus ciudadelas en las alturas, con una armonía tan grande con la naturaleza es algo aún por descubrir y este espíritu de curiosidad y aventura me lleva a este sitio a tratar de desentrañar parte de sus misterios en una caminata que nos llevará unos ochos días

Topo Silva

Andenes de cultivo en Choqiequirao

 


 

 

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